Fernando es su nombre, pero la mayoría de personas lo llaman “Flaco”. Sobran las descripciones para este emprendedor y actor de gran palmarés a nivel nacional.
Recientemente, un medio de comunicación, en una nota titulada La dura caída del Flaco Solorzano, informó que sus “últimos años no lo habían tratado tan bien. Antes de la pandemia intentó invertir con los pocos ahorros que le había dejado esa pasión, a veces tan mal paga, que es la actuación. Junto con su novia decidió montar un negocio de chorizos que bautizaron, con mucha gracia, como la choriserie. Iban bien, pero explotó la pandemia y, en un momento, el flaco vio como todo se desvanecía”.
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La nota se viralizó, al punto que el protagonista de esta historia dio una entrevista en la que le aclaró al público que no está en la olla ni viviendo de sus ahorros.
El Flaco Solórzano aclara los rumores
“Quiero hacer una serie de aclaraciones sobre una falsa noticia que anda circulando en redes sociales. Esta información no es real, es totalmente falsa y no sé si se publicó de forma malintencionada. Es una hartera hacer este tipo de comunicados, pero toca porque a uno de la rabia, se indigna y le da piedra (...) RCN Radio y Las2orillas —me han dicho que otros también, pero no me consta— publicaron que yo me fui a vivir a Cali porque estaba llevado y en la olla. Mejor dicho, dicen que me estoy comiendo un cable, viviendo de los ahorros, sin un peso y sin trabajo”, dijo Solórzano en un video.
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Una crítica al periodismo amarillista
“Estos periodistas no se tomaron el mínimo trabajo de investigar o verificar y, me imagino, cuando hicieron su carrera de comunicación social perdieron ‘Metodología de la investigación’ o ‘Ética’. Y no solo ellos sino sus editores que, para quienes no saben, son los encargados de aprobar el titular y el artículo. Los titulares, sobre todo, han sido de muy mala leche”, sostuvo el cartagenero criado en Cali.
Sobre su emprendimiento y lo que viene
“A mí me cogió la pandemia acá y, con mi esposa Lorena Altamirano, decidimos montar un negocio de chorizos que se llamó ‘La choriserie’, porque tenemos una pareja de amigos que hacen el mejor chorizo del mundo y están en Armenia. Entonces pensé en montar un restaurante de eso aquí y no en Bogotá porque, a ver, cuánto cuesta transportar ese chorizo desde Armenia hasta allá (...) Además, aunque yo amo a Bogotá y allá está mi trabajo, yo veía a mis papás cada cuatro o seis meses, y estando aquí me di cuenta de que podía verlos a diario y hacer paseos con ellos muy seguido”, dijo El Flaco Solórzano.

