
En tiempo de crisis, ¡a recortar gastos!
El año arrancó con los precios por las nubes: el del dólar, el de las tasas de interés y el de los alimentos. Sí, todo comienzo es difícil para los consumidores, pero tal vez el del presente sea particularmente distinto a sus predecesores. Cada enero, los presupuestos de las casas deben ajustarse a las vicisitudes. El primer mes funciona como una prueba para la finanzas personales. A los gastos hay que enfrentarlos de modo inteligente, con lápiz en mano y papel, si se pretende llegar a fin de mes con la menor cantidad de contratiempos posibles. Isabel Mantilla, directora de Educación Financiera y Sostenibilidad de Asobancaria, sugiere “hacer un presupuesto en el que anotemos ingresos y gastos totales, porque tendemos a cometer el error de no saber en qué se nos van los recursos”.
Una vez el consumidor realiza la tarea, el paso siguiente es detectar las goteras por las que se filtra el dinero. Los gastos innecesarios pueden ir desde una cena en un restaurante hasta los pagos de la tarjeta de crédito. La recomendación es ser realista cuando de plata en el bolsillo se trata. “La tarjeta de crédito es un medio de pago y un medio para endeudarse. No tiene sentido pagar a cuotas un mercado que dura ocho días. Las compras a largo plazo deben destinarse para un bien que también sea a largo plazo”, explica Marcela Palacios, planeadora financiera de Old Mutual.
El negocio de los bancos está en prestar dinero a unas tasas de interés altas y, con la subida de estas al 6% por parte del Banco de la República, quizás los deudores lo sentirán más fuerte. Y es que en tiempos de turbulencia económica hay que saber endeudarse. No todas las deudas son malas, solo es cuestión de tener idea hacia dónde apuntar. La economista Mantilla considera que “adquirir créditos es una decisión subjetiva que depende de la situación de cada uno. Cuando las condiciones de los bancos cambian, como el acceso al crédito, se debe evaluar con conciencia cuál es la mejor composición deuda-ingreso y con qué fin se va endeudar”.
Dicho lo anterior, ¿se puede pensar en ahorro cuando no existe control en los gastos? “Lo ideal es ahorrar el 20% del ingreso. No tener deudas o que sean las básicas, como la del crédito hipotecario y no tener crédito de consumo. Uno debe tener un ahorro de contingencia, que es a corto plazo, para emergencias. Se puede tener un ahorro a largo plazo pensando en una compra de vivienda”, dice Palacios.
La situación actual es de cuidado, pero tampoco es para que cunda el pánico. Es imperante ser juicioso en la lectura de los pronósticos, estar informado del acontecer económico y ser implacable para ajustarse el cinturón. “Estamos ante un panorama diferente al que estábamos acostumbrados en años anteriores. El dólar con su tendencia al alza y las tasas de interés cambian todo, pero no debemos tener miedo”, finaliza Mantilla. Quizás es hora de replantear nuestra manera de gastar.
Para tener en cuenta
- 10.8% aumentaron los alimentos el año pasado, a causa del fenómeno del niño y la devaluación del peso.
- El portal sabermassermas.com es un simulador financiero que enseña a tomar decisiones financieras.
- 6.77% tuvo el país de inflación nacional en el 2015.
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