Cuando pensamos en fútbol, posiblemente los primeros nombres que se nos vienen a la cabeza son los de Lionel Messi y Cristiano Ronaldo. Si repasamos las páginas de los álbumes de los mundiales, podríamos rememorar al brasileño Pelé y, si consideramos a los porteros, recordar a los italianos Dino Zoff y a Gianluigi Buffon. Todos estos nombres marcaron a varias generaciones, pues son sinónimo de tenacidad y triunfo.
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Sigue a Cromos en WhatsAppJenny Marcela Mateus es una guardameta colombiana que, si bien no ha jugado en las grandes ligas europeas, a diario disputa el juego de su vida. Esta deportista a sus 42 años acumula más de 40 medallas en competencias de atletismo, ciclismo y fútbol. “Estoy orgullosa de ser su mamá porque es una niña que, a pesar de su discapacidad cognitiva, nos ha llenado muchos vacíos. Es la compañía de mi esposo y yo, siempre estamos con ella”, cuenta Marlén Pinilla, su madre.
A los 5 años Jenny no hablaba, pero los mejores médicos y terapeutas la ayudaron a salir adelante. Según Marlén, a los 8 ella empezó decir algunas palabras y en el colegio encontró su lugar en los deportes. En la adolescencia primero se probó en el atletismo y en una carrera consiguió el primer lugar. “Para nosotros fue un orgullo muy grande verla ahí, por eso empezamos a apoyarla”, sostiene Marlén.
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Durante unas vacaciones, la protagonista de esta historia se terminó destacando en el fútbol. En uno de los centros de alto rendimiento de Compensar abrazó el balompié como un camino vitalicio. Haber competido en las Olimpiadas Fides Compensar fue determinante para su elección. Su amor por la pelota no es pasajero, ya que año tras año renueva votos con él. Así lo explica su mamá: “Jenny es muy fanática de fútbol, todos los días le alistamos los guayos y el uniforme. Ella entrena en Compensar, y los profesores la consienten porque, como es la única mujer del equipo, ellos la cuidan mucho. Mi hija es muy dedicada, siempre quiere jugar y espera con emoción la llegada de la Olimpiada Fides Compensar”.
Entre el 21 y el 27 de mayo se llevó a cabo la XXIV edición de la Olimpiada Especial Fides Compensar, que contó con la asistencia de más de 1400 deportistas, entre los que estaba Jenny. “Al verla en el arco siento una alegría inmensa, siempre la apoyamos, gritamos, le hacemos barra, es nuestro orgullo”, comparte Marlén.
Jenny tiene tres hermanos y una sobrina llamada Susan. La tía y la sobrina tienen una relación efusiva, cargada de diversión, admiración y amor fraternal. Ambas son inseparables, la pequeña de seis años ha crecido con el mejor ejemplo que un menor puede tener: una tía que desafía los límites. “Su amor más grande es su sobrina Susan, actualmente tiene 6 años y la adora, está agradecida de toda la dedicación que su tía Jenny le ha dado” cuenta Marlén.
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Para finalizar, esta madre tiene un mensaje para los padres que tienen a un hijo con discapacidad. “Educarlos y amarlos es quizás la demostración más pura sobre la tierra. A los papás que tienen un niño con discapacidad les digo que es un ángel de la guarda que tienen en su casa. Es un premio que Dios nos da”.
