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José Guarnizo, el periodista que le siguió el rastro a «La Madrina»

Un libro escrito por este reportero fue la base para la serie sobre Griselda Blanco, que emite Canal Caracol. Ella libró las guerras del narcotráfico, antes de Pablo Escobar.

Por Redacción Cromos
18 de octubre de 2014
José Guarnizo, el periodista que le siguió el rastro a «La Madrina»

José Guarnizo, el periodista que le siguió el rastro a «La Madrina»

Sabía que tenía una gran historia entre manos y que, como buen reportero, encontraría el momento ideal para que diera a luz. Era cuestión de esperar. Así que con la paciencia que caracteriza a los buenos investigadores, José Guarnizo, entonces periodista de la Unidad de Investigaciones de El Colombiano, fue guardando entrevistas, documentos judiciales y archivos desclasificados durante algo más de seis años. De tal manera que cuando vio la noticia de que Griselda Blanco, conocida como la Reina de la coca, la Madrina o la Patrona de Pablo Escobar, había muerto abatida por las balas de algún enemigo, tuvo la certeza de que el momento de escribir su historia había llegado.

Ya había construido un retrato de la Madrina gracias a largas conversaciones con ‘el Mono’, un hombre que trabajó con Griselda y que vivió gran parte de las primeras guerras del narcotráfico en Medellín a principios de los años 70 y que tras pagar 12 años de cárcel en Estados Unidos, llevaba una vida aparentemente normal en la capital antioqueña.

Había logrado contactar también a un sobrino de Blanco, que le ayudó a tejer - aunque de lejos- la historia familiar de la mafiosa. Y había logrado conocer a otros trabajadores, hombres y mujeres que tenían su propia aproximación a la Madrina. Tenía recortes de periódicos colombianos y estadounidenses que desde los años 70 le seguían la pista a esta enigmática mujer que antecedió a Pablo Escobar en fama, poder y dinero.

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Y también había guardado libros y documentales producidos en Estados Unidos que habían ayudado a tejer una historia llena de mitos y verdades a medias alrededor de la compleja personalidad de Griselda.

De tal manera que cuando se supo de su muerte en septiembre de 2012, se dio a la tarea de completar la historia. “Por esos días estaba leyendo Santa Evita de Tomas Eloy Martínez, él había recurrido al peluquero de Eva Perón y lo había convertido en uno de los protagonistas de su libro, así que me puse a buscar por toda la ciudad al peluquero de Griselda, hasta que lo encontré”, dice Guarnizo a CROMOS desde Medellín, donde ahora trabaja como corresponsal de la revista Semana.

Robertico, el estilista que encontró este avezado reportero, le habló de Griselda desde su visión de amiga. “En medio de archivos judiciales y la puesta en escena de tantos delitos cometidos, él es el que muestra la parte humana del personaje”, reconoce Guarnizo, quien alimentó su texto con los recorridos por algunos de los lugares de Medellín que la Madrina también pisó.

 

De tal manera que en apenas tres meses, este periodista tolimense terminó el libro que tituló “La patrona de Pablo Escobar, vida y muerte de Griselda Blanco” y que él mismo describe como “un gran reportaje que muestra una fotografía de Medellín y de Miami, a comienzos de los años 80, en el cual gravita el personaje de la Madrina”.

Al poco tiempo, RTI le compró a Guarnizo los derechos de adaptación del libro para producir una serie de televisión llamada La Viuda Negra, que está al aire con un buen reporte de sintonía por el Canal Caracol.

“Es evidente que hay modificaciones en la historia, se trata de dos productos completamente distintos”, reconoce José al referirse a la serie.

Aun así, el producto que ven los televidentes cada noche recoge una gran cantidad de elementos que el periodista plantea en su libro, como el inmenso poder económico que logró detentar Griselda, así como las sangrientas guerras que libró tanto en Colombia como en Estados Unidos en su ánimo de ser la más grande narcotraficante de que se tuviera noticia.

Y lo logró. Las pesquisas de Guarnizo, uno de los pocos periodistas colombianos que ha documentado la historia de la Madrina, lo llevaron a varias conclusiones y a confirmar varias verdades sobre esta mujer.

 

La verdadera Griselda

 “Cuando Griselda ya era la reina de la coca, Escobar apenas andaba montado sobre el lomo de una motico Lambretta, tratando de conseguir un kilo de coca para mandarlo hacia el norte”, dice Guarnizo en un aparte de su libro.

Tal como lo mostró la serie televisiva, después de juntarse con un ladronzuelo y falsificador en el barrio Antioquia, Griselda Blanco empezó, en 1969, a construir su imperio con una novedosa forma de enviar cocaína: en los tacones de los zapatos femeninos, que por aquella época eran grandes y gruesos y tenían además plataformas.

Pero el reportero menciona un artículo del New York Times del 2 de febrero de 1985, en el que una investigación da cuenta de que antes de1971, Blanco enviaba coca también en brasieres, fajas y jaulas para perros. “Hasta en las pelucas de sus amigas”, según confesaría después Robertico.

El nombre de la serie, la Viuda Negra, proviene de la leyenda que se tejió alrededor de Griselda sobre la macabra costumbre de asesinar a sus maridos. En el libro, Guarnizo reconstruyó la vida familiar de la Madrina: Su primer marido fue José Darío Trujillo, conocido como Pestañas, con quien tuvo tres hijos. Según pudo documentar el periodista, murió de cirrosis.

Años después, Griselda se casó con Luis Alberto Bravo, un conocido narcotraficante, con quien ella tomó fuerza y alzó vuelo en el mundo delincuencial como una verdadera Madrina. Al parecer, a este sí lo mató ella durante una fuerte discusión familiar. Su tercera pareja fue identificado por el periodista como Darío Sepúlveda, el padre de su cuarto y último hijo, a quien llamó Michael Corleone. Diferentes fuentes le contaron a Guarnizo que Griselda asesinó a Sepúlveda porque había intentado quitarle a su hijo.

Pero además de inventarse las más ingeniosas formas de enviar cocaína a Estados Unidos, Griselda pasó a la historia por ser pionera en otros asuntos no menos escabrosos, como la idea de que sus matones asesinaran desde una motocicleta en movimiento o la de celebrar entierros multitudinarios que recorrían las calles que el muerto había andado en vida, con estridentes equipos de sonido, corridos, mariachis, tiros al aire, aguardiente y marihuana.

Según pudo constatar Guarnizo, el primer funeral con semejante protocolo se celebró en el barrio Antioquia, donde crecieron Griselda y Pestañas, justamente para enterrar al primer marido de la Madrina, en 1971.

 

Una historia más de impunidad

Más allá de documentar algunos de los crímenes de Griselda y de constatar algunos de los rumores que se tejieron a su alrededor y de desmentir otros tantos, lo que más le impactó a Guarnizo fue la certeza de esta mujer nunca fue judicializada en Colombia.

“Nunca tuvo una sola investigación penal en nuestro país, a pesar de que en la prensa de la época se le tildaba de narcotraficante y se hablaba de las ruidosas fiestas que ofrecía en sus fincas”, señala el periodista.

A su regreso de Estados Unidos, después de pagar más de veinte años de condena, Griselda pudo llevar una vida normal en Medellín, podía presentar sus documentos, hacer trámites ante entidades del Estado, tenía propiedades a su nombre, además de cuentas bancarias; escasamente tenía en su contra un par de infracciones de tránsito.

“Lo más curioso es que Estados Unidos parte del proceso penal se cayó por líos de faldas entre el principal testigo en contra y funcionarias de la fiscalía. Solo pagó por tres  homicidios, a pesar de que quienes la combatieron hablan de que pudo cometer más de cien homicidios”, refiere Guarnizo.

En Colombia Griselda fue poco conocida, tal vez porque la imagen de Pablo Escobar ensombreció todo lo que le antecedió, dice el periodista, quien se arriesga a calcular que la guerra que libró esta mujer pudo dejar más de 4.000 muertos.

En cambio, en Estados Unidos fue famosa. Protagonizó libros, documentales, artículos periodísticos y una gruesa investigación penal. Su muerte tuvo mucho más eco en la prensa de gringa que en la colombiana. No es gratuito que la serie del Canal Caracol se haya estrenado primero allá, con rotundo éxito.

Al día de hoy no se sabe quién mató a Griselda Blanco. La única pista concreta que encontró Guarnizo reposa en los libros del servicio mortuorio del 4 de septiembre del año 2012, donde se lee que Griselda Blanco de Trujillo había muerto de manera violenta el día anterior, había nacido el 15 de febrero de 1943, que su ocupación era “hogar” y que su estado civil era “viuda”.

 

Por Redacción Cromos

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