
La historia del hombre que amputó a sí mismo el brazo para sobrevivir
Este amante de los deportes extremos, dictará en Compensar, Bogotá el próximo 11 de septiembre, una charla sobre la manera de transformar las crisis en triunfos. CROMOS habló con él.
Una película de acción en la que el héroe no se puede mover. Esa fue la descripción que el director británico Danny Boyle dio de su película 127 horas en una entrevista previa a su lanzamiento en 2011. «¿Cuándo más vas te vas a encontrar con un hombre que logra darle un giro de 180 grados a su vida mientras está atrapado en un cañón con una roca de 360 kilogramos aplastándole el brazo?». Fácil. ¡Nunca! Boyle hizo de un drama estático una película de suspenso capaz de congelar la sangre del más valiente. Pero no tanto por él, sino por su fuente de inspiración: Aron Ralston, el hombre que en la vida real sacrificó una de sus extremidades para volver a vivir. Él fue el verdadero héroe.
Sin embargo, once años después de su accidente, a Ralston todavía no le cabe en la cabeza que la gente lo llame «héroe». Para él, un héroe es aquél que se sacrifica por los demás. Y en ese orden de ideas, los héroes de su historia fueron los rescatistas, y en especial, su mamá. En la película no queda tan claro, pero Aron es enfático en admitirlo: «Fue ella la que me salvó».
A quienes no han visto 127 horas, ni ubican su nombre, les contamos que en 2003 este ingeniero mecánico, amante de los deportes al aire libre, en especial de salir a escalar, se fue solo a recorrer el cañón Blue John, cerca de Moab, Utah. En medio de su excursión se resbaló entre una de las fisuras, donde una roca cayó y aplastó su antebrazo derecho contra la pared del cañón, dejándolo atrapado.
James Franco fue el encargado de intepretarlo en la película 127 horas. Aron estuvo presente todos los días del rodaje para guiarlo personalmente en las escenas.
Tráiler de la película 127 horas
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Fotos: AFP
