Tal vez la princesa Marta Luisa de Noruega no es tan conocida a nivel mundial como un príncipe Harry o una Carlota Casiraghi, pero en el último año ha sido la protagonista de una de las historias más comentadas en el jetset europeo. No solo decidió casarse por segunda vez, dándose una oportunidad con el chamán estadounidense Durek Verrett, sino que también renunció a todas sus responsabilidades con la corona de este país escandinavo.
Para los que no conocen a su alteza, es la primera hija de los actuales reyes Harald V y Sonia, a pesar de ser la primogénita no es la primera en la línea de sucesión, sino la cuarta, después de su hermano menor, el príncipe Haakon, y sus sobrinos, Ingrid y Sverre.
Sigue a Cromos en WhatsAppLa vida amorosa de la princesa es uno de los principales motivos por el que ha sido tan mencionada en los últimos años. Vale tener presente que en 2016 la casa real noruega anunció que ella y su esposo de entonces, el escritor Ari Behn, y padre de sus tres hijas, se separaban, y en la Navidad de 2019 la familia real dio a conocer que Behn se había suicidado, al parecer fue consecuencia de una depresión con la que batallaba desde hace un tiempo tras la ruptura.
Desde 2019, Marta Luisa anunció, a través de su cuenta de Instagram, que sostiene una relación romántica con Durek Verrett y fue blanco de críticas, “Para aquellos que sienten la necesidad de criticar: conténganse. No depende de ustedes elegir por mí o juzgarme. Shaman Durek simplemente es un hombre con el que amo pasar mi tiempo y que me llena”, expresó en su cuenta.
Evidentemente la princesa siguió adelante con su idilio de amor y en julio de 2022, contra todo pronóstico, informó que se comprometía con el chamán, meses después renunció a sus responsabilidades con la corona, pero no a su título, por petición de su padre.
¿Cuál es el alboroto con su prometido?
A primer vistazo se pensaría que el motivo por el que el nuevo romance de la princesa noruega ha sido tan reprochado es una cuestión de racismo, de hecho, el mismo Verrett ha dicho que su situación es parecida a la que Meghan Markle sufrió con la realeza británica al casarse con el príncipe Harry.
Pero los juicios que se han lanzado hacia el estadounidense parecen no estar centrados en su color de piel, sino en su “oficio”. Él ha sido calificado como “estafador”, “charlatán” y un teórico de la conspiración.
El hombre de 48 años dice ser un “chamán de sexta generación”, es toda una celebridad y al parecer ha trabajado con personalidades de la talla de Gyneth Paltrow o Nina Dobrev. Asegura que resucitó entre los muertos y supuestamente predijo la caída de las Torres Gemelas dos años antes del atentado.
Entre otras polémicas del gurú de Hollywood están: en su libro ‘Spirit Hacking’ expresó que el cáncer es “una opción”, asimismo, en su portal web vende un medallón que se llama ‘Spirit Optimizer’, que según él le ayudó a recuperarse del COVID-19.
Luego de anunciarse el compromiso, en septiembre se realizó un sondeo que expuso que el 17% de los noruegos tienen un mal concepto sobre la familia real, que usualmente era popular, pero todos dicen que Marta Luisa y el chamán son el motivo.
La princesa que habla con ángeles
La noruega ha afirmado en diversas ocasiones que ha recibido ayuda de los ángeles, además, en 2002, cuando rechazó su título de “alteza real”, empezó a trabajar como clarividente. Sus emprendimientos y proyectos han sido también criticados, tanto así que tuvo que acordar no usar su título de princesa en sus actividades comerciales. Además, en sus redes sociales, al igual que su pareja, promueve el uso de terapias alternativas, un tema que provoca comentarios negativos en su país natal.
De momento se desconoce la fecha de la boda entre la princesa Marta Luisa y el chamán, esto se debe a que el hombre ha puesto en espera el tan esperado día porque se encuentra esperando un trasplante de riñón, ya que sufre de una enfermedad renal desde que era muy pequeño.