
Pipe Bueno, "Martha es mi mamánager"
Martha Buenos es mi mamá y mi mánager, por eso la llamo con cariño “mamánager”. Se encarga de todo lo que tiene que ver con mi carrera, agenda, venta de shows, booking y demás. Ella me dio la vida, me atiende todos mis caprichos, está pendiente de mí y de mis dos hermanos, en todo sentido.
Es una relación graciosa, en el mejor sentido de la palabra, porque somos mamá e hijo y somos compañeros en el plano laboral. Nuestra relación tiene un condimento y un sabor especial. Y yo, como persona pública y que trabaja con ella, entiendo que lo que hace, que a veces me gusta y a veces no, es en pro de que todo salga bien. Es que no hay nada mejor que mis shows los maneje ella. Maneja mi dinero y tengo la certeza de que siempre está pensando en mi bien.
Claro que discutimos, como en toda relación sana hay discusiones, pero si peleamos por algo laboral o por una decisión en la que tenemos diferentes puntos de vista, me da tranquilidad cuando ella insiste en algo, porque si lo hace es porque sabe que es lo mejor para su hijo. A raíz de algunas situaciones familiares o de situaciones cotidianas, nuestra relación trasciende, hay ocasiones en las que ella busca ayuda y refugio en mí. Entonces no puedo llorar, así quiera hacerlo. He aprendido a brindarle ese apoyo y eso me ha servido para la vida, porque me ha enseñado a ser una persona de corazón fuerte. El dolor se queda por dentro.
Por lo general no estoy descontento con sus decisiones, tengo la certeza de que siempre busca y quiere lo mejor del mundo para mí, entonces, me relajo y dejo todo en manos de ella. Eso sí, todo el día hablamos de trabajo: horarios, contratos, disponibilidad de agenda… Si estamos en desacuerdo, de manera cariñosa, le doy sus nalgadas. Es más, cuando salgo de viaje, me escribe o me llama y me dice:“Me hace falta que me estés fregando la vida”.
No termino de aprender de mi madre. Quisiera, por ejemplo, aprender más de su carácter fuerte. A veces es factor de discusión entre nosotros, porque somos muy distintos, yo soy noble y a veces permisivo, pero entiendo que un jefe debe tener temple para tomar decisiones y ella lo tiene.
Por el lado emocional, soy un enamorado, romántico y visceral, y eso lo heredé de ella. Ser así me hace el intérprete que soy hoy: enamorado de mis parejas, de mis canciones, de los fanáticos... Todo eso, gracias a ella, que me hace un gran hombre.
Y como un gran homenaje llevo su apellido en mi nombre artístico. Ella está en mi esencia. Siempre desayunamos juntos y ahí se conjugan los escenarios familiar y laboral. Y los fines de semana sin shows, tratamos de compartir en familia, nos vamos a almorzar a las afueras de Bogotá. Nos gustan el sushi y la comida paisa, y siempre terminamos la jornada en cine.
Hay una canción mía que es triste, Ni por mil puñados de oro, que me hace llorar cuando la canto y la escucho, pero me identifico con apartes de ese tema y pienso en mi madre, sobre todo cuando habla del proceso de la vida de los hijos. Aunque a ella también le encanta la música del artista urbano Yelsid, el intérprete de El bus.
Para ella tengo una canción que no ha salido, la tengo guardada. Habla de amor y al cantarla se piensa que es una declaración a una pareja, pero termina diciendo “esa persona eres tú, mamá”.
Foto: Gustavo Torrijos.
