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"Me costó trabajo demostrar que mis logros no dependen de mi esposo" Adriana Guillén

Directora de la Agencia para la Defensa Jurídica del Estado. Profesión: abogada con especialización en Derecho Tributario.

Por Adriana Guillén, Directora de la Agencia para la Defensa Jurídica del Estado
15 de mayo de 2015
"Me costó trabajo demostrar que mis logros no dependían de Edgargo Maya" Adriana Guillén
"Me costó trabajo demostrar que mis logros no dependían de Edgargo Maya" Adriana Guillén

"Me costó trabajo demostrar que mis logros no dependían de Edgargo Maya" Adriana Guillén

Una vez terminé mi especialización en derecho tributario en Los Andes, me quedé trabajando allí en el área de contratación, pero también trabajaba proyectos de investigación con las facultades de economía e ingeniería. Un día me enteré de que la procuraduría estaba pidiendo hojas de vida a diferentes universidades y pensé que ocho años eran suficientes y no me quería pensionar en la universidad, así que envié mi hoja de vida. Pasaron muchos meses, tanto que cuando me llamaron del despacho del procurador fui con las carpetas de contratos de la universidad, pensando que estaban investigando algo. Luego me di cuenta de que era una entrevista de trabajo. Fue chistoso porque cuando el procurador me ofreció el puesto, le dije que lo iba a pensar y que yo lo llamaba después; él me abrió los ojos y no dijo nada. Y no entendía la magnitud de su cargo. 

Empecé a trabajar en la Delegada para asuntos ambientales. El cambio fue muy brusco. Yo me paraba en la ventana de mi oficina y miraba la universidad y lloraba; quería volver. Yo venía de una oficina en la rectoría de los Andes y en la procuraduría el piso que me tocó se estaba cayendo, el escritorio se apoyaba en directorios telefónicos. Luego modernizaron las instalaciones y viví una de las mejores experiencias de mi vida, porque me tocó manejar el tema de tierras. Pude estar con comunidades campesinas, que están muy desprotegidas en Colombia, frente a negritudes e indígenas que están muy organizados. Viví de cerca la época terrible de despojo de tierras, y fuimos nosotros los que desengavetamos procesos de adjudicación de tierras, había 53 mil procesos que no habían concluido con adjudicación y nos dimos a la tarea de titular esas propiedades a los campesinos. Por esa época se expidió la ley de justicia y paz, hicimos las denuncias a la Fiscalía del despojo de Jiguamiandó y Curvaradó, hicimos restituir las Islas del Rosario, los cerros orientales de Bogotá. Éramos un grupo de procuradores jóvenes, inocentes, muy arrojados y sin miedo. Fue triste dejar la labor que veníamos haciendo, pero lo hice por amor.  

El romance con Edgardo Maya fue lento,  por la personalidad de él y porque él venía de un luto muy doloroso y yo de una separación y tenía dos chiquitos, pero una vez decidimos apostarle a la relación, pensamos que era mejor que cada uno ocupara su espacio. Me fui a la Sección Tercera del Consejo de Estado como magistrada auxiliar y me llegaron casos agrarios y  de contratación púbica. Ahí noté que pesaba mucho que fuera la novia del procurador. Es cierto que las puertas se abren gracias a esa relación, pero mantenerse depende de ti. Mi hoja de vida ha sido mía, la construí yo y no depende de Edgardo, pero tenía que esforzarme mucho para hacer ver esa individualidad. Es normal que piensen que por ser la mujer de..., le regalaron el puesto. Pero la satisfacción de demostrar que no es así y que tus logros son tuyos, es muy grande. Es injusto que tengas que demostrar que eres inteligente, que no te regalaron el cargo. Pero por otro lado, esa situación te obliga a ser más exigente contigo misma, no debería pasar, pero te exiges más y das buenos resultados.

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Después de pasar por Caracol, fui magistrada auxiliar de Juan Carlos Henao en la Corte Constitucional. Fue el momento más feliz de mi carrera, porque es especial tener un jefe como él, que se sale de los estereotipos, que permite trabajar en un equipo diverso, era una delicia intelectual y fraternal. Por aquella época se decidió sobre reelección, sobre los decretos de la ola invernal. Solo estuve tres años porque a la muerte del rector Hinestrosa llamaron a Juan Carlos a la rectoría del Externado. Me tocó ser titular unos meses y estuve en sala plena seis u ocho meses. El primer día me temblaban las piernas; es que era un honor, mucha responsabilidad y estaba sentada al lado de personas admirables. Cuando Juan Carlos se retiró, llevaba la ponencia de adopción de personas del mismo sexo, y yo muy comprometida con ese proyecto, lo tenía que llevar a buen término, se dieron debates muy fuertes desde lo moral hasta lo médico. El proyecto era muy ambicioso. Yo me debatía entre entender lo que había dicho un compañero sobre que esos cambios tan fuertes se daban con pasos pequeños, y lo que decía María Victoria Calle, quien comparaba la situación con la reivindicación de los negros en Estados Unidos. Ella decía que aunque aprobaron que los afroamericanos fueran a los mismos colegios de los blancos, debían ir en la parte de atrás de los buses. Yo quedé frustrada con el resultado pero entiendo a veces las sociedades no están listas a cambios tan drásticos.

Decidí aceptar luego el ofrecimiento del presidente Santos de dirigir la agencia y llegué a este mundo desconocido de la rama ejecutiva. Nadie sabía para dónde iba esto. La planta de personal estaba a la mitad, me tocó construir la entidad que estaba recién creada. Edgardo ya estaba pensionado y debo confesar que ya no sentí la presión de ser su esposa, pero abrirse camino fue difícil. Hubo momentos en los que en las noches le decía a él voy a renunciar, no pude. Él me decía, bueno renuncia. Al otro día, me levantaba y pensaba que yo no podía hacer eso y le decía a él, ya no voy a renunciar. Él me decía bueno no renuncies, entendí con el tiempo que era una decisión mía y que él me apoyaría en cualquier caso. Siempre he tenido su respaldo, sin interferencia, nunca opina sobre mi trabajo ni sobre mis decisiones. Yo soy igual con él. 

 

¿Qué ha hecho? 

1. Fue magistrada auxiliar de la Corte Constitucional y defendió el proyecto de Juan Carlos Henao que permitía la adopción por parejas del mismo sexo, además de estudiar la reelección presidencial. 

2. Fue magistrada auxiliar en el Consejo de Estado.

3. Como Procuradora Delegada para temas ambientales ordenó restituir las islas del Rosario, los cerros orientales y la titulación de miles de predios a campesinos despojados.

 

Foto: Kuan José Horta.

 

Por Adriana Guillén, Directora de la Agencia para la Defensa Jurídica del Estado

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