Por primera vez, la televisión colombiana emitió a color y en directo para informar al resto del mundo sobre este acontecimiento.
La recepción de Pablo VI en el Aeropuerto Internacional El Dorado fue multitudinaria aquel jueves 22 de agosto de 1968 en horas de la mañana. Miles de personas lo saludaron con pañuelos blancos al aire y pancartas.
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Durante su visita, el sumo pontífice se reunió con el presidente de entonces, Carlos Lleras Restrepo, ofició matrimonios, bautizos y primeras comuniones. En el barrio Venecia, al sur de Bogotá, dio su bendición a algunos enfermos y ofició una misa que convocó a miles de devotos.
Luego, en el municipio de Mosquera, se reunió con campesinos colombianos y de diferentes rincones de América Latina, que viajaron exclusivamente para poder encontrarse con él.
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La razón que atrajo la presencia de Pablo VI en Colombia fue la celebración del 39 Congreso Eucarístico Internacional, que bajo el lema ‘Vínculo de amor’ constituyó una fuente de renovación para la Iglesia colombiana y, en particular, para la Arquidiócesis de Bogotá, que desplegó un gigantesco esfuerzo y una creatividad inédita para reavivar la devoción de los católicos.
Sus palabras de despedida, entrecortadas por la emoción, fueron: “¡No te decimos adiós, Colombia, porque te llevamos más que nunca en el corazón!”.
El 19 de octubre de 2014, Pablo VI fue beatificado por el Papa Francisco, en una ceremonia que congregó a miles de personas en la emblemática Plaza de San Pedro en Ciudad del Vaticano.

