La Fundación fue creada hace 17 años por el artista Juan Esteban Aristizábal Vásquez (Juanes) y Catalina Cock se sumó como cofundadora y actual presidenta. Este es el propósito de la organización: hacer que las nuevas generaciones de colombianos sean protagonistas en la construcción de una cultura de paz.
Cromos la entrevistó luego de que fuera galardonada con el premio World Economic Forum Annual Meeting.
Sigue a Cromos en WhatsApp¿Cuál es la misión principal de la fundación Mi Sangre en el contexto de la construcción de paz en Colombia, específicamente enfocada en la participación de los jóvenes?
En la Fundación Mis Sangre, llevamos 17 años tejiendo liderazgos extraordinarios. Lo hemos hecho en 29 departamentos y 275 municipios del país, y también hemos llegado a otros países como Guatemala y Sudáfrica, entregando herramientas a personas con potencial de liderazgo para impulsar el cambio.
Durante todo nuestro camino nos hemos enfocado en las nuevas generaciones, reconocemos en los y las jóvenes un poder inmenso de transformación. Así, teniendo presente que son ellos los agentes de cambio en sus comunidades, hemos fortalecido su liderazgo, apoyado, financiado y escalado sus iniciativas de cambio, y les hemos conectado en redes de aprendizaje para que su liderazgo y sus procesos, sigan creciendo y fortaleciéndose. Pero también trabajamos con todas las personas que rodean la experiencia de los y las jóvenes, conectamos con personas y organizaciones diversas para encontrar soluciones juntos a diferentes problemas como el reclutamiento forzoso, la equidad de género, la inclusión de migrantes, la salud mental, entre otros temas priorizados por las comunidades.
¿Cuáles son los principales desafíos que enfrenta Mi Sangre en 2024?
Estamos en momento muy retador y emocionante a la vez, un momento de mucho crecimiento, donde tenemos apuestas diversas de internacionalización, expansiòn de nuestros programas, de apertura a otros públicos, porque nos dimos cuenta que mucho de lo que hacemos en términos de formación en liderazgo, la capacidad de conectar a personas y organizaciones diversas por un propósito común, y la innovación colaborativa, son pertinentes también en otros entornos. Poner en marcha esa nueva visión de crecimiento e internacionalización son los principales desafíos que tenemos en este momento. También tenemos el sueño de consolidar un fondo patrimonial, después de 17 años, nos estamos haciendo la pregunta del legado de la Fundación y eso hace parte de asegurarnos que trascienda. Estamos dejando una semilla para el país y para el mundo, en términos de una escuela de liderazgos extraordinarios, liderazgos conscientes y tejedores, que cambiarán su mundo y el mundo.

"Estas estrategias las hemos implementado en nuestros proyectos a través de todo el país en causas diversas como la generación de confianza, la prevención de violencia basadas en género, el reclutamiento de niños, niñas y jóvenes en nombre de la guerra, la salud mental y el bienestar, la inclusión de población migrante, en general, en la construcción de una cultura de paz en sus muchas dimensiones": Catalina Cock Duque.
¿Qué significa para ti recibir un premio en el marco del World Economic Forum Annual Meeting?
Me siento honrada por recibir este reconocimiento que nos emociona muchísimo, porque es de la Fundación Schwab, una organización hermana del Foro Económico Mundial, y que reconoce la labor de innovadores sociales de todo el mundo, en este caso, a una emprendedora social. Pero reconoce por supuesto, el trabajo de la Fundación Mi Sangre y es una oportunidad para celebrar el impacto que hemos logrado, el rigor con el que hemos trabajado, la capacidad de escalada que hemos tenido y aprovecho además, para celebrar con todo el equipo, porque somos muchas manos, muchas mentes y muchos corazones los que estamos detrás y por supuesto nuestro cofundador Juanes, que ha jugado un papel vital en el trabajo de la Fundación Mi Sangre y sus logros.
¿Cuáles son los programas o proyectos más exitosos que la fundación ha implementado para fomentar la construcción de paz en Colombia?
En la Fundación Mi Sangre catalizamos liderazgos conscientes para el cambio sistémico, y esto es lo que quiere decir, es que no solo formamos y fomentamos liderazgos, sino que conectamos a las y los líderes, aprendemos de ellos, y estamos en constante aprendizaje y evolución para que este liderazgo sea extraordinario, y nosotros lo llamamos: Liderazgo consciente y tejedor. Así, promovemos un liderazgo público con consciencia de sí mismo, de los demás y del entorno. Un liderazgo que crea comunidad, colabora y construye soluciones pertinentes a problemas sociales en los espacios que habita.
Incubamos y acompañamos iniciativas de transformación social, entendemos a los salones de clase, los movimientos sociales, las comunidades, las organizaciones y los territorios como laboratorios de innovación social. Como parte del proceso de aprendizaje, nuestros participantes experimentan el análisis de contexto, la co-creación y la puesta en marcha de iniciativas de transformación social.
También lideramos estrategias de movilización e incidencia para cambiar paradigmas y usamos el poder de nuestra voz y el de nuestra comunidad para transformar paradigmas y creencias en temas relacionados con cultura de paz y convivencia, inclusión y diversidad, salud mental y la integración entre el ser humano y la naturaleza. Y finalmente, conectamos actores que inciden en el desarrollo de un territorio o una temática social, facilitando el diálogo, la construcción de confianza , la co-creación y la colaboración, estimulando liderazgos conscientes y tejedores para generar transformaciones sistémicas.
Estas estrategias las hemos implementado en nuestros proyectos a través de todo el país en causas diversas como la generación de confianza, la prevención de violencia basadas en género, el reclutamiento de niños, niñas y jóvenes en nombre de la guerra, la salud mental y el bienestar, la inclusión de población migrante, en general, en la construcción de una cultura de paz en sus muchas dimensiones.
¿En qué medida la fundación trabaja en alianza con otras organizaciones o entidades para maximizar su impacto en la construcción de paz?
Trabajar con otros está en nuestro ADN, constantemente estamos tejiendo, no solo en los territorios para conectar la juventud, sino para aprender de las organizaciones, los y las lìderes de diferentes sectores y crear juntos soluciones a problemas comunes.
Desarrollamos procesos de desarrollo y de construcción de paz, con otras organizaciones del sector pùblico, del sector privado, academia, iglesia, entre otros, y esto es lo que dentro de nuestra organización llamamos “tejido de ecosistemas”, conectar mundos y orillas aparentemente opuestos, para trabajar juntos y lograr cambios màs profundos, estratègicos y duraderos.
También a nivel internacional es muy importante la colaboración que tenemos con otras organizaciones. En la Fundación actuamos local y pensamos global, constantemente estamos llevando innovaciones que experimentamos nosotros en territorio para compartir con movimientos globales de los que haremos parte, y viceversa, traemos conocimientos del mundo para poner a prueba nivel local.
¿Cuáles son las lecciones aprendidas a lo largo de los años en términos de construir un entorno pacífico y sostenible en Colombia?
Es muy importante construir desde la capacidad y no desde la carencia, sobretodo trabajando con comunidades vulnerables, muchas organizaciones parten desde un diagnóstico de lo que falta, y por supuesto hay muchas carencias, pero es muy importante mirar las capacidades y los activos sociales que hay a nivel local: personas con inmensa creatividad, con liderazgos potentes, capital social, confianza y capacidad de construir desde la base hacía arriba. Entonces, ver esas capacidades y ese potencial humano, en lugar de verlos como agentes pasivos, o como víctimas y victimarios, hace toda la diferencia porque se convierten en agentes transformadores de la realidad.
Nos inspira un proverbio africano que dice: “si quieres llegar rápido ve solo, si quieres llegar lejos, ve con otros”. Como decíamos anteriormente, está en nuestra esencia y en nuestros principios, siempre trabajar de manera colaborativa, participativa, con otros, desde la diversidad y la diferencia. Algo que también parte fundamental de nuestros procesos formativos en liderazgo y en empoderar a los jóvenes como agentes de cambio es una apuesta de cambio interior para el cambio exterior. Creemos profundamente que la paz y el cambio empieza dentro de cada uno de nosotros y que debemos estar primero bien para poder hacer el bien afuera, en nuestros entornos y comunidades.
Cuando los líderes se embarcan en profundas exploraciones de su interior, emerge una capa mucho más profunda sobre quiénes somos, qué hacemos, cómo lo hacemos y, lo que es más importante, cómo queremos hacerlo. He sido testigo de numerosas historias de líderes que han elevado de forma similar su forma de trabajo (¡y su impacto!) al embarcarse en viajes de trabajo interior.
Además, el fortalecimiento de nuestro interior ayuda a sanar sistemas, porque el poder del trabajo interior no se limita al autodescubrimiento y al desarrollo personal, sino que se extiende a nuestra conciencia colectiva y a las estructuras sociales. El trabajo de Mi Sangre consiste en tejer ecosistemas, reuniendo un amplio abanico de participantes de los sectores público, privado, academia, entre otros, -a veces incluso a antiguos enemigos y víctimas- para crear juntos soluciones. A través de nuestras metodologías, hemos sido testigos del potencial de trascender las diferencias, el odio y el miedo para actuar colectivamente hacia la paz. Al ahondar en las profundidades de nuestro ser interior, desenterramos la empatía, la resiliencia y la sabiduría necesarias para remodelar estos sistemas.
¿Cuál es el papel de la educación en los programas de la fundación, y de qué manera contribuye a la formación de líderes juveniles comprometidos con la paz?
La Fundación Mi Sangre está en el mundo de la educación, entendiendo la educación dentro de un sentido más amplio: trabajamos dentro del sector educativo formal, nosotros hemos formado a 3.071 docentes y es una apuesta muy importante porque fortalecemos sus capacidades y les entregamos metodologías validadas y evaluadas para formar en ciudadanía, convivencia y contribuir a que los niños, niñas y jóvenes se conviertan en agentes de cambio. Así dejamos capacidades instaladas y hemos hecho evaluaciones donde volvemos cinco años después y las y los docentes siguen impulsando este tipo de educación transformadora, es por esto que seguramente nuestras cifras de impacto son mucho más amplias, pues nuestro trabajo sigue expandiéndose y multiplicándose en el tiempo.
Entendemos la educación en un sentido más amplio, de hecho hace poco fuimos un caso de estudio exitoso en una investigación del Global Education Leaders Partnership y Dream a Dream, por nuestra apuesta innovadora en un concepto que se llama “ecosistemas de aprendizaje”, donde se busca llevar la educación más allá de la escuela, y entender que todos los entornos pueden y deben jugar un papel importante en la educación, las familias, las comunidades, que todas las experiencias que viven los niños, niñas y adolescentes sean transformadoras.
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