Por principio y por respeto no suelo escribir sobre mis colegas, sean hombres o mujeres. Y no lo hago porque en materia de periodismo hay tantas opiniones como periodistas. Muchos tienen unos egos que no caben en ningún recinto. Por alguna razón, que no he logrado entender en su integridad, algunos de los comunicadores sienten que están por encima de la ley, que saben de todo y que tienen licencia para juzgar y condenar.
Es un estilo que por supuesto no es exclusivo de los periodistas colombianos. Parece un mal generalizado. Habiendo dicho esto, hablemos de las colegas mujeres.
He tenido el privilegio de trabajar durante muchos años con muchas de ellas. Recientemente en Blu Radio he compartido cabina con María Alejandra Villamizar, Mábel Lara y Vanessa De La Torre. Cada una con su estilo particular de percibir la realidad del país. Apasionadas sí, objetivas también. De ellas he aprendido que el factor femenino, el hecho de ser madres y de tener que compartir sus percepciones sobre la realidad, en ambientes mayoritariamente masculinos, hacen que tengan unos mecanismos de defensa que rayan entre lo divertido y lo dramático.
Sigue a Cromos en WhatsAppPasan de la risa al llanto en cuestión de segundos. Pero tienen una capacidad de reaccionar que me dejan sorprendido. Laboralmente hay que abonarles a las mujeres que son juiciosas. Hacen las tareas, se estudian los temas, investigan y se apasionan como nadie. Admiro profundamente a Cecilia Orozco. De ella he aprendido su capacidad de trabajar. Es una periodista incansable, precisa, honesta y seria. En muchos casos he tenido la oportunidad de compartir temas con Ceci, como cariñosamente le decimos sus amigos. No deja nada al azar. María Elvira Samper, Yolanda Ruíz, María Isabel Rueda. La lista podría ser interminable. Ahora bien, si me preguntan si he visto discriminación en contra de algunas mujeres por el hecho de serlo, podría decir que el caso más reciente, que me dejó un mal sabor, fue el de la salida de Vicky Dávila de La FM.
Si bien ella se obsesionó con el tema de la policía y las chuzadas, también estoy convencido de que el trato que recibió no fue justo. Ya ella venía teniendo problemas con su amiga Claudia Gurisatti. Este caso no es aislado. Confieso que veo en muchas de mis colegas unos celos enfermizos entre ellas. Y así suene feo, es la discriminación entre las colegas la que afecta a muchas de ellas en su trabajo.
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