Visceral, metafórica, fría y provocadora. Siete Cabezas, es la producción colombiana que, a propósito de su estreno, está dando de qué hablar. Y no es para menos, su director Jaime Osorio, junto a un gran equipo de trabajo y a los actores Alexander Betancur, Valentina Gómez y Philippe Legler, logró plasmar el caos mental de un extraño guardabosques en un un mundo construido de forma coherente, donde incluso el lenguaje de la naturaleza evoca el caos y el suspenso.
Los protagonistas son una pareja de biólogos y un guardabosques que terminan convirtiéndose en las piezas perfectas para terminar el rompecabezas de un pequeño Apocalipsis del que nadie puede escapar. La armonía entre la metáfora permanente, las ilustraciones abstractas y la pasión explícita e inevitable hace de Siete Cabezas una película cautivante e imperdible. Además, resulta ser una excelente oportunidad para apoyar el talento colombiano.
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El rodaje realizado en un tesoro natural y protegido como lo es el Parque Chingaza, fue uno de los retos que afrontó desde el principio la producción y que, teniendo en cuenta el resultado final, supero hábilmente. El frío, la neblina y la imponencia de la naturaleza son algunos de los elementos comunicativos más importantes con los que se encontrará el espectador.
Es importante resaltar que la producción se preocupó mucho para proteger el medio ambiente, los animales y la reserva, y respetó al máximo el escenario natural que brilla en la película. Es un gran acierto conseguir exaltar los espectaculares paisajes de nuestro país, haciéndolos parte de obras de arte y, a su vez, velando por su cuidado y bienestar.
Sumergidos en el trastorno
La violencia, la automutilación, la desesperación, no poder huir de uno mismo, de los fantasmas psicológicos, de las sombras de la mente, de lo que nos debemos a nosotros mismos, son solo algunos de los estados que se encuentran en la cinta. El director consiguió sumergirse en el desorden psicológico de uno de sus protagonistas, al punto de que la estética general del producto cuenta y hace parte activa de la enfermedad.
Precisamente, otro de los grandes aciertos del director resulta ser la fusión del manejo de cámara, el diseño de los planos, la música y el caos interior que vive Marcos, el extraño guardabosques que va tejiendo la trama de suspenso y misterio que promete seducir a todos. Un coqueteo permanente con el Apocalipsis bíblico, del que incluso se utilizan cita y que expresa el mismo apocalipsis de la humanidad e incluso, el personal.
Para Valentina Gómez, quien da vida a la bióloga Camila, una de las cosas que deben resaltarse de la cinta es el trabajo arduo que junto al director hicieron en búsqueda del personaje, quien fue muy exigente con todos preocupándose por cada reacción y por cada detalle de la interpretación. De igual manera Alexander Betancur, el actor encargado de personificar a Marcos, el dueño del desorden psicológico que enmarca la película, trabajó mucho en soledad, el tema del aislamiento y el rechazo del propio cuerpo.
Siete Cabezas, no es un cuento de hadas, no es el film refrescante que le hará creer que la vida es rosa y que la realidad es un sueño. Al contrario, esta película lo pondrá de frente con los instintos bajos humanos, con la crudeza y la maldad. Prepárese para salir de la sala de cine absorto, intentando comprender las razones de los personajes, asimilando la historia con la que inevitablemente usted se va a conectar. Nadie puede perderse éste impresionante thriller psicológico.
Foto: Cortesía.