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"¡Vieja no, Vintage a mucho honor!", Cecilia López Montaño

"Vivo orgullosa de llegar a esta etapa de mi vida con la satisfacción de sentirme más joven de lo que marca el calendario".

Por Cecilia López Montaño
05 de febrero de 2016
"¡Vieja no, Vintage a mucho honor!", Cecilia López Montaño

"¡Vieja no, Vintage a mucho honor!", Cecilia López Montaño

Exministra, exsenadora, columnista y fundadora del Centro Internacional de Pensamiento Social y Económico.

 

La edad, esa pérdida de juventud por el inevitable pasar de los años es un tema que nos preocupa a todos. Pero es a la mujer a quien más le afecta porque con el osado asomo de la primera cana o arruga —la que salga primero— se le define como vieja.  Esa palabra, vieja, es dura y nos llega al alma porque cuestiona roles que llevamos en el corazón: procreadoras y cuidadoras de los nuestros. También afecta a los hombres quienes después de vernos como objetos sexuales y cuidadoras —íntimamente ligados con la edad— nos descartan como inservibles. La consecuencia obvia de ese estereotipo es la excesiva preocupación de las mujeres por su edad. Es aquí donde los años se vuelven un motivo de angustia y fijación que lleva a muchas a tratar de mantener artificialmente la juventud que se vuela.

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Siglos de lucha por nuestros derechos y el esfuerzo, generalmente inútil, por compartir con el hombre el poder económico y político, no han logrado acabar la angustia de envejecer. Ninguna mujer se salva de pasar de joven a vieja; pero la transición es cada vez menos dolorosa porque si a alguien se le ha alargado la juventud es precisamente a las mujeres, y no solo por el botox. Nuestro mundo se ha ampliado, revitalizado nuestro espíritu y esto se refleja en nuestra apariencia y energía. Con cada paso hacia adelante, nuestra autonomía intelectual y económica hacen que esta última etapa tenga un gran atractivo y que el vacío de dejar el rol de cuidadoras cuando los hijos crecen, abre un espacio para convertirnos en seres humanos independientes y dueñas de nuestro destino. No muchas lo logran, pero todas damos la pelea.

 

Cecilia López M. De negro2

 

Así, las mujeres de ‘ticinco’ ya ni somos solo cuidadoras ni mucho menos viejas. ¡Hoy somos vintage! Mujeres chéveres, llenas de vida, simplemente valorizadas por el tiempo porque crecimos y evolucionamos. Mujeres con mucho que aportar aún a nuestra sociedad, familia, y a las generaciones futuras.  Pertenezco a este grupo, y confieso que cada día me importa menos mi edad porque a medida que el número sube, se incrementan mi independencia académica, económica, y mi valor como persona. Hoy soy más amiga que mamá de mis hijos, y todavía los cuido, pero ellos me cuidan más. Mi autonomía los motiva a escucharme, disfrutando al máximo los momentos juntos. Vivo orgullosa de llegar a esta etapa de mi vida con la satisfacción de sentirme más joven de lo que marca el calendario. Por eso digo: ¡Vieja no, Vintage a mucho honor!

 

 

Foto: Cortesía. 

Por Cecilia López Montaño

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