Los sabores de mi niñez
Crecí comiendo chontaduro. Mi padre lo pelaba con su cuchillo –nadie podía tocar su cuchillo– para luego sazonarlo con sal y bajarlo con una cerveza helada. Y mi esposa también es del Valle, y en su familia comen el chontaduro con miel. Los vallunos tenemos al chontaduro como una de nuestras obsesiones gastronómicas: va en la sangre. No sé a quién se le ocurrió cocinarlos antes de comerlos, pero fue un genio. He escuchado también que en mi tierra hay quien le pone algo de manteca de cerdo a la hora de la cocción. La verdad es que un chontaduro fresco y recién cocido es increíble. Ahora que existe una corriente muy seria de cocineros que rescatan los ingredientes locales para elevarlos a la alta cocina, me he encontrado con el chontaduro muy bien utilizado en rellenos de tartas, panes, postres, encocados… Esta semana lo propongo en una leche de tigre para un ceviche refrescante y con todos los sabores de mi niñez.
INGREDIENTES
(para 4 personas)
12 langostinos U20-25 pelados y cocidos
120 gramos de pulpo cocido
120 gramos de calamares cocidos
200 gramos de pescado blanco (corvina, mero, cherna…) cortado en cubos
3/4 de taza de jugo de limón
1/2 taza de puré de chontaduro
1/2 taza de leche de coco
2 cucharadas de cilantro finamente picado
2 cucharadas de cebolla cabezona roja cortada en plumas
Ají fresco al gusto
Aceite de olivas
Sal
PREPARACIÓN
Sazone el pescado con sal y luego mezcle con el jugo de limón. Deje cocer durante un par de minutos e integre luego con el resto de los ingredientes. Marine durante un par de minutos más y sirva en copas con cuchara para que los comensales aprovechen la leche de tigre.
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