Nyotaimori, el arte japonés de servir sushi sobre un cuerpo desnudo

Una práctica que combina el erotismo y la gastronomía japonesa en una experiencia única.

Por Redacción Cromos

16 de noviembre de 2013

Nyotaimori, el arte japonés de servir sushi sobre un cuerpo desnudo
Nyotaimori, el arte japonés de servir sushi sobre un cuerpo desnudo

Nyotaimori, el arte japonés de servir sushi sobre un cuerpo desnudo

Para muchos el acto de comer estimula los sentidos y aumenta el placer de vivir, otros encuentran placer en una grata compañía, pero hay quienes prefieren vivir experiencias que involucren sus mayores gustos. 

El Nyotaimori es una técnica considerada todo un arte a la hora de comer sushi. Hace parte de un conjunto de fetichismos japoneses y consiste básicamente en usar el cuerpo desnudo de una hermosa y sensual mujer como una bandeja humana a la hora de servir alimentos. Una mezcla de erotismo y placer para paladares exigentes.

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Esta costumbre japonesa que se originó desde épocas de las antiguas geishas se ha extendido lentamente por todo el mundo desde los noventa. Hoy el Nyotaimori está presente en diferentes partes del mundo, Londres, Los Ángeles, Nueva York, Buenos Aires y París son sólo algunos lugares donde ya se disfruta del erotismo del cuerpo mezclado con el refinado sushi. 

La preparación de los alimentos y su apariencia estimula los sentidos, es por esta razón que un atractivo bocado bien servido puede activar placenteros niveles sensoriales, más cuando los platos son de todo el gusto de quien los come. 

De manera que para convertirse en una Nyotaimori o bandeja viviente para servir sushi, la mujer debe pasar por un entrenamiento que consiste en permanecer acostada durante horas sin moverse, además debe superar una serie de pruebas en cuanto a la temperatura, pues su cuerpo debe resistir por tiempo prolongado la comida fría. Este ritual prohíbe hablar y tocar el cuerpo de las sensuales mujeres. 

Y ahora, si de igualdad de género se trata, existe también una técnica llamada Nantaimori, que consiste en la misma práctica pero sobre el cuerpo de un hombre. Este ritual puede despertar críticas en las sociedades conservadoras, sin embargo, es una placentera opción para gustos poco usuales y para aquellos que buscan convertir el buen comer en toda una experiencia.

 

Por Redacción Cromos

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