Hamid Martínez, el héroe del río fucha

Categoría: Sostenibilidad Ambiental. Por: Carolina Ardila

Por Redacción Cromos

12 de febrero de 2016

Hamid Martínez, el héroe del río fucha
Hamid Martínez, el héroe del río fucha

Hamid Martínez, el héroe del río fucha

El río Fucha es una de las cuencas hídricas más importantes de Bogotá; nace en los cerros orientales en el páramo de Cruz Verde, (una reserva forestal del Acueducto) hasta donde llegamos con Hamid Martínez, un hombre de 31 años empeñado en salvar al Fucha de la contaminación.  Hamid nos invitó a realizar el recorrido que hace cada ocho días. En esta ocasión lo acompañaron más de cien personas, vecinos y amigos que ha ido “reclutando” en su tarea de recuperar el río y hace conciencia sobre su conservación.

¿Por qué lo hace? Para generar conciencia, para que quienes viven en Bogotá vean de cerca la realidad de sus fuentes hídricas. De hecho, antes de empezar la caminata, Hamid hace una reflexión: invita a sus acompañantes a querer y proteger el río, a no botar basuras en zonas prohibidas, a ahorrar agua, a sembrar un árbol y a compartir ese mensaje con los demás.  Hamid empieza el recorrido en la parte alta de la cuenca, para que todos observemos que el Fucha está completamente limpio allí, y para que comprobemos que al llegar al barrio Aguas Claras, en la localidad de San Cristóbal Sur, el lecho se torna de un color beige y la basura empieza a aparecer en sus aguas. Justo en ese punto Hamid y sus acompañantes empezaron a recoger los residuos. Ataviados con tapabocas, guantes y botas de caucho, los voluntarios recogen plásticos, muñecos, telas, partes de computadores, todo tipo de residuos que los bogotanos tiramos sin consciencia del daño hecho. 

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"Comencé a caminar el río solo, a analizarlo. Un día empecé a recoger basura. Me comprometí con el río como parte de una curación y sanación de mi vida, también como parte de mi labor social para demostrar que cualquier persona del común puede ayudar de una manera desinteresada".

 

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Hamid es feliz mostrándoles a los ciudadanos que en su parte alta el río es limpio y a medida que su cauce se cruza con los bogotanos, se convierte en un asco. Quiere que la gente cambie su chip y deje de contaminar.

 

En esta zona de Bogotá empezó el sueño de Hamid. Nos contó que un día, hace más de tres años, mientras visitaba el Fucha cerró los ojos e imaginó que era un paraíso. En ese momento decidió que iba a recuperar el río que él mismo había ignorado durante tantos años.  “Empecé a tomarle fotos al río y analizarlo, a pensar qué podía hacer, y un día arranque solo a sacarle basura. Efectivamente, ese día creo que le saqué por ahí unos 40 kilos, que arrastré desde muy adentro hasta la carretera. Cuando iba saliendo con una bolsa me encontré a un amigo, le conté lo que estaba haciendo, él se me pegó ese día y sacamos más basura. Desde entonces nos empezamos a encontrar todos los domingos para hacer los mismo, y poco a poco más gente se nos fue uniendo”, recuerda Hamid.

La siguiente parada del recorrido fue en una zona que ha sido reconstruida por Hamid y sus compañeros. “Antes —cuentan ellos— era un lugar donde los ladrones no daban tregua, porque la basura les permitía  esconderse”. Sin embargo, ahora es una zona verde, hay una huerta urbana y árboles que ellos mismos han plantado. Es un espacio donde Hamid, con unos pequeños bafles y un micrófono, comparte lo que ha llamado “el perreo social”, una mezcla entre reggae y letras con sentido ambiental, que él mismo compone. 

Los encuentros en ese espacio son la estrategia para congregar a las personas y sembrarles, de manera atractiva, la semilla del amor y el cuidado por el medioambiente. “Esa es mi manera de empezar a enseñarle a la gente la importancia de nuestro río: hablándoles, cantándoles y transmitiendo conocimiento de generación a generación, lo hago de esta manera porque el poder de la palabra es muy fuerte”. Mientras Hamid cantaba, nosotros compartíamos con los caminantes de la jornada, quienes coincidían en que el trabajo que ha realizado este enamorado del río Fucha es de admirar: “Debería servirnos de ejemplo a muchas personas.  Nos está demostrando cómo con acciones relativamente sencillas pero con un gran amor por la vida se puede hacer algo grande por el medioambiente. Vemos cómo su labor se extiende por toda la cuenca del Fucha, que es el motivo más importante que él tiene para su vida: salvar el agua de este río”.

En algo más de ocho horas recorrimos las localidades que la corriente de agua atraviesa: San Cristóbal Sur, Antonio Nariño, Puente Aranda, Kennedy y Fontibón. En cada parada se recogió basura y en algunas se sembraron árboles. Los caminantes fueron testigos de la transformación del Fucha cuando pasa por la capital del país.  Hamid sueña que su trabajo algún día deje de ser necesario y que los capitalinos entiendan la importancia de estas fuentes de agua: “Qué bonito tener una ciudad ecosostenible, ecourbana, ecoamable. Yo por qué tengo que irme a nadar al magdalena si el Fucha va a estar limpio”.

Por Redacción Cromos

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