Diarrea en niños, sugerencias de especialistas para tratarla

La mayoría de los niños la padecen, y aunque suele ser leve y desaparecer a los pocos días, es necesario estar atentos a su evolución, sobre todo si se advierten síntomas de deshidratación.

Por Redacción Cromos

07 de mayo de 2021

Un alto porcentaje de niños la padece ocasionalmente y, por lo general, no dura mucho ni reviste gravedad.

Un alto porcentaje de niños la padece ocasionalmente y, por lo general, no dura mucho ni reviste gravedad.

Fotografía por: GettyImages

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cerca de 525.000 niños menores de 5 años mueren al año por enfermedades diarreicas, convirtiéndose en la segunda causa de fallecimientos en este grupo poblacional. Además, en ese mismo lapso y rango de edad, se presentan aproximadamente 1.700 millones de casos en el mundo anualmente.

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No son cifras menores, de allí la importancia de enterarte de por qué se produce y cómo puede tratarse y evitarse. La diarrea sucede cuando durante en el día hay tres o más deposiciones de heces líquidas o sueltas y con mayor frecuencia a la acostumbrada por quien la sufre.

“Existen 3 tipos de diarrea: la acuosa, que es muy líquida y abundante; puede durar horas o días. Disentería, que es la diarrea que se presenta con sangre. Y la diarrea persistente, que tiene una duración mayor a 14 días”, manifiesta Sandra Pabón*, pediatra de la Fundación Universitaria Sanitas.

Un alto porcentaje de niños la padece ocasionalmente y, por lo general, no dura mucho ni reviste gravedad, recuperándose a los pocos días después de un buen descanso y del consumo frecuente de líquidos. Las razones de su aparición están relacionadas con una infección del tracto digestivo, provocada por virus, bacterias o parásitos.

La gastroenteritis producida por virus es una de las principales causas de diarrea en los niños, y uno de estos gérmenes que más los afecta es el rotavirus, sobre todo a los lactantes y menores de 3 años. Náuseas, vómitos, fiebre inferior a 39°C, dolor abdominal, tos, secreción nasal, pérdida de peso y deposiciones líquidas y copiosas, en ocasiones con moco y algo de sangre, son los principales síntomas de esta enfermedad.

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La transmisión de la gastroenteritis es común en guarderías, jardines infantiles y colegios, y se da por agua o alimentos contaminados, por contacto con materia fecal o porque no se lavan las manos, tocan objetos y después las meten en la boca. Los enterovirus conforman otro grupo de virus que provocan diarrea en los menores, más que todo en época de verano.

En cuanto a las bacterias, diversos grupos causan diarrea en los infantes, entre las más conocidas: E. coli, Salmonella y Shigella. En estos casos, generalmente las deposiciones son más frecuentes, la fiebre es superior a 39°C y la manifestación de sangre y moco también aumenta, pero los vómitos no son tan continuos. Debido a parásitos, también se producen infecciones que ocasionan episodios de diarrea, entre estas la giardiasis y la criptosporidiosis.

Algunos tratamientos con medicamentos, consumo excesivo de azúcares, sensibilidad o alergias alimentarias, trastornos funcionales, intolerancia a la lactosa y afecciones o enfermedades intestinales, también pueden provocarle diarrea a tu hijo.

Una de las complicaciones más usuales y comprometedoras por eventos diarreicos es la deshidratación. Ocurre si tu pequeño pierde muchos líquidos (agua y electrolitos) debido a vómito, orina, sudor y respiración, sin que pueda recuperarlos con rapidez. Dicha situación puede ocasionar dificultades en algunos de sus órganos y sistemas.

En caso de que suceda, lo puedes hidratar con sueros o sales de rehidratación oral. Debes suministrársela de acuerdo con su peso y grado de deshidratación, dándole cantidades pequeñas cada 2 o 3 minutos en las primeras horas, teniendo en cuenta su nivel de tolerancia. Si vomita, espera unos 10 minutos e intenta dársela de nuevo pausadamente y mediante sorbos pequeños.

Cuando notes que se está recuperando, si ha perdido el apetito reanuda su alimentación gradualmente con comidas que le gusten. Si es bebé, la lactancia materna no debe suspenderse en ningún momento, pero si lo alimentas con leche de fórmula infantil es probable que el pediatra ordene una bebida con electrolitos y azúcar.

Si ya es mayorcito y no hay deshidratación lo ideal es no suspender la nutrición, pero ofrécele porciones pequeñas. A pesar de que no hay consenso entre los especialistas sobre la alimentación adecuada para un niño con diarrea, se aconseja que se base en carbohidratos complejos como arroz, trigo, papa, pan de maíz y cereales; carnes magras como el pollo, cerdo o pescado; plátano maduro, yogur bajo en grasas, y ciertas verduras y frutas, como zanahoria y manzana, entre otras.

“Los padres deben llevar a los niños a urgencias cuando la diarrea es abundante en cantidad y frecuencia, cuando se asocia a signos de deshidratación, a dolor abdominal y a fiebre de difícil manejo, y cuando no comen ni beben”, aclara la doctora Pabón.

Si bien no es fácil prevenir episodios de diarrea en tu pequeño, algunas sugerencias pueden ayudarte a reducir las posibilidades de que los tenga, o de tratarlos adecuadamente si se presentan:

1.Garantiza una buena higiene de manos, con agua y jabón, por parte de toda la familia y de quienes tienen contacto con tu hijo, especialmente antes y después de cada comida, y luego de ir al baño o de cambiar el pañal del bebé. Fuera de estas circunstancias, es necesaria la higiene de manos cada tres horas.

2. Lava muy bien las frutas, verduras y de todo alimento que lo requiera antes de cocinarlos o consumirlos.

3. Mantén las superficies del hogar bien aseadas, especialmente el baño.

4. Cumple con todo el esquema de vacunas en los momentos indicados.

5· Permanece atenta a señales de deshidratación: reducción de las micciones, fiebre difícil de controlar, vómito, boca reseca, pérdida de peso, decaimiento, incremento de sed, ausencia de lágrimas al llorar, malestar general, palidez, malestar, ojos hundidos, entre otras.

6· Sigue al pie de la letra las indicaciones y recomendaciones del pediatra.

7· No le suministres medicamentos al pequeño; solo los formulados por el especialista. Recuerda que la diarrea puede ser producto de diversos patógenos y que para todos los casos no se requiere el mismo tratamiento.

8· Mientras tenga diarrea no le des alimentos grasosos, fritos, procesados, con alto contenido de azúcar, comida chatarra, embutidos, jugos industriales o de frutas sin diluir, lácteos si aumentan las idas al baño, café, té, bebidas gaseosas o deportivas ni los que producen gases: garbanzos, fríjoles, guisos, brócoli, ciruelas, maíz y verduras de hoja verde, entre otros.

*www.sandrapabonpediatra.com.co

Redacción Cromos

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