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La organización AG Bell International ha advertido que el excesivo ruido que producen algunos juguetes puede causar lesiones "irreversibles" en el oído de los niños más pequeños, especialmente si superan los 80 decibelios (dB).
Entre los potenciales peligros se encuentran carritos con sirena, armas sonoras o instrumentos musicales. "La pérdida de audición por ruido se acumula gradualmente a lo largo de los años. Los efectos no son inmediatos, pero sí irreversibles", recuerda la directora de AG Bell International, Carmen Abascal.
Sigue a Cromos en WhatsAppLa experta apunta que lo primero es comprobar que el juguete cumple las normas de conformidad de la Unión Europea (CE) y el sonido que emite el juguete antes de comprarlo. "Se puede medir el nivel con aplicaciones móviles como los sonómetros. A la hora de elegir, mejor que tenga controles de volumen o interruptores de encendido y apagado. Luego, ya en casa, se debe evitar que los niños se acerquen los juguetes a los oídos", detalla.
Abascal añade que otra manera de probar el posible riesgo es que si el sonido es muy fuerte para el adulto "evidentemente también lo será para el niño". "Cuando no se puede limitar o controlar el volumen, existe un truco para reducir el nivel de sonido que consiste en colocar una cinta de esparadrapo sobre el altavoz", aconseja la experta.