Los cólicos del bebé: qué son y cómo tratarlos

Es un problema muy frecuente en los recién nacidos, y genera angustia y frustración en la mayoría de los padres.

Por Natalia Roldán Rueda

05 de marzo de 2020

Los expertos no tienen una explicación totalmente clara de este malestar en los niños y, en esa medida, tampoco hay certezas a la hora de tratarlo. / Pixabay

Los expertos no tienen una explicación totalmente clara de este malestar en los niños y, en esa medida, tampoco hay certezas a la hora de tratarlo. / Pixabay

Un día, poco después de que cumpliera un mes, mi bebé empezó a llorar desconsoladamente. Solo estaba tranquilo si lo amamantaba, pero a penas lo separaba del pecho, era un mar de lágrimas. Durante esas primeras semanas de maternidad, las primíparas sobre todo tenemos preguntas. Yo, por lo general, me dejé llevar por la intuición a la hora de tomar acciones, pero en ese momento estaba desconcertada por ese llanto inexplicable, así que busqué a Amapola Pacheco, la partera y doula que me acompañó durante el parto: “Lucas está llorando desde el mediodía, ¿será una crisis de crecimiento o pueden ser cólicos?”, le pregunté. Ella me respondió: “Durante las crisis de crecimiento los bebés empiezan a tomar teta mucho más seguido para incrementar la producción de leche. En cambio, se diagnostica cólico cuando lleva tres horas seguidas llorando, y tiene varios episodios como ese durante la semana, especialmente en las tardes”.

Al oírla respiré más tranquila. Era una crisis de crecimiento que podría calmar fácilmente si tenía paciencia y amamantaba a Lucas todo el tiempo que me lo pidiera. También podría consolarlo, según las recomendaciones de mi doula, si aprendía a portear; es decir, si lo llevaba alzado pegado a mi cuerpo, como si fuera un cangurito. Mi hijo solo necesitaba afecto y asegurar suficiente leche para sobrevivir.  

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El cólico, en cambio, habría sido otro cuento. Para mí siempre ha sido un misterio, ya que los expertos no tienen una explicación totalmente clara de este malestar en los niños y, en esa medida, tampoco hay certezas a la hora de tratarlo. Así que los padres pasan noches en vela frustrados, sin saber que hacer por sus bebés.

Cómo identificarlo

A pesar de que no hay respuestas definitivas, sí hay algunas conclusiones a las que la comunidad médica ha llegado para diagnosticar los cólicos y tratar de aliviarlos. Si crees que tu hijo puede sufrir de esta dolencia, el primer paso es identificarla. De acuerdo con el libro Gentle Baby Care, de Elizabeth Pantley, hay cuatro señales que se deben tener en cuenta:

1. El bebé llora de manera inconsolable, sin detenerse, al caer la tarde.

2. El ataque dura de una a tres horas.

3. El resto del día se encuentra sano y feliz.

4. El bebé tiene menos de 5 meses.

5. Puede apretar el cuerpo o enrollarlo como si tuviera dolor.

Las causas

A pesar de que no se conoce una causa exacta, muchos especialistas han relacionado los cólicos con la inmadurez del sistema digestivo del bebé. Y a esa teoría se suma la de aquellos que piensan que la inmadurez del sistema nervioso y la novedad a la hora de procesar estímulos sensoriales constantes hacen que, al final del día, los cólicos ocurran.

Harvey Karp, en su libro The Happiest Baby on the Block, da una teoría adicional, con la que madres como yo concordamos: todos los bebés nacen tres meses antes de lo que deberían, y a algunos les cuesta lidiar con un mundo demasiado complicado. Los chiquitos anhelan la comodidad del vientre materno.  

En esta medida, los cólicos no pueden prevenirse, solo tratar de aliviarse. Para ello, el ideal es consultar a un pediatra.

Qué podría ayudar

Para empezar, los padres deben llenarse de paciencia, respirar profundo, entender que sus bebés no lloran por su culpa y tratar de darles el afecto que necesitan. En pocos meses, cuando el cuerpo del chiquito haya madurado, los cólicos serán cosa del pasado. Una vez han entendido esto, pueden probar algunos consejos que en ciertos casos son útiles, de acuerdo con la autora Elizabeth Pantley:

1. Sostener al bebé de una manera más vertical cuando come o termina de comer.

2. Ofrecerle las comidas en lugares tranquilos y silenciosos.

3. Si recibe el chupo, dárselo.

4. Invertir en un portabebés y usarlo durante las fases de cólico.

5. Pasear al bebé en el coche.

6. Bañarlo con agua tibia.

7. Poner una toalla caliente (no hirviendo) alrededor de su barriga.

8. Masajear su estómago.

9. Envolverlo apretado en una cobija, incluidos sus brazos.

10. Ponerlo boca abajo sobre las piernas y masajear sus espalda.

11. Balancearlo en una mecedora o un columpio.

12. Caminar con el bebé en un cuarto silencioso y oscuro mientras que cantas o tarareas.

13. Tratar de evitar situaciones que sobreestimulen al niño durante el día.

14. Pasear en carro.

15. Poner música relajante o ruido blanco, como el sonido del secador.

16.  Si se continúa con la lactancia, que sea a demanda.

17. Si de le está dando fórmula, probar diferentes marcas.

Por Natalia Roldán Rueda

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