Nueve recomendaciones para evitar la obesidad infantil

Esta problemática es totalmente prevenible si se toman medidas a tiempo, antes de que los niños repliquen los malos hábitos de los padres.  

Por Redacción Cromos

01 de agosto de 2019

No se debe utilizar la comida como premio.  / Getty.

No se debe utilizar la comida como premio. / Getty.

El 60% de los habitantes de América Latina y el Caribe tienen sobrepeso, según un informe reciente de la agencia de la ONU para la agricultura y la alimentación (FAO) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Esta cifra podría disminuir radicalmente si pensáramos en la problemática a tiempo y previniéramos la obesidad infantil; sin embargo, los malos hábitos de los padres por lo general se repiten en los niños.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI es la obesidad infantil y afecta principalmente a países de bajos y medianos ingresos, sobre todo en el medio urbano. Y ha aumentado a un ritmo alarmante: “Se calcula que en el 2016, más de 41 millones de niños menores de cinco años en todo el mundo tenían sobrepeso o eran obesos. Y cerca de la mitad de los niños menores de cinco años con sobrepeso u obesidad vivían en Asia y una cuarta parte vivían en África”, afirma la OMS.

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Los niños obesos y con sobrepeso tienden a seguir esa tendencia en la adultez y tienen más probabilidades de padecer a edades más tempranas enfermedades cardiovasculares o diabetes. Pero todo esto es prevenible, por eso es importante que los padres conozcan las acciones que pueden tomar desde el momento en que los niños nacen para evitar que suban de peso de manera excesiva. Hemos reunido algunas sugerencias de varios pediatras y nutricionistas:

1. En la medida de los posible, la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses de vida es la recomendación de la OMS. Si antes de llegar a los 6 meses el bebé toma leche artificial, debería empezar alimentación complementaria desde los 4, para disminuir la ingesta de proteínas procedentes de la fórmula que suelen aumentar el peso. La leche de vaca se debe evitar hasta el año.

2.  Cuando se empieza la alimentación complementaria son prioritarias las frutas y las verduras. No se debe añadir sal o azúcar a nada. Es normal si el niño no acepta la comida en un principio, en estos casos, no hay que insistir ni obligar, pero sí promover que tenga acceso a alimentos variados a lo largo del día.

3.  Es clave dar ejemplo: mostrarle que sus papás también comen alimentos saludables. Es muy productivo que el niño se siente a comer con los adultos, muy pronto empezará a estirar las manos para pedirles que compartan con él.  

4. Es importante respetar el apetito del niño y adaptar las porciones a sus necesidades. Las cantidad de carne, papa o manzana debe medir lo mismo que la palma de su manita..  

5. No se debe utilizar la comida como premio. Esto por lo general ocurre con los dulces y los paquetes: establecemos una asociación positiva entre una comida que no es sana con un buen comportamiento. Esa sensación de bienestar y esa satisfacción de haber alcanzado algo podrá llevar a que, más adelante, el niño se refugie en el helado si está en medio de un problema o que se llene de chocolates para sentirse bien.  

6. Si en los controles con el pediatra se dan cuenta de que ha aumentado de peso en exceso, vale la pena limitar las proteínas animales y promover las grasas saludables, que contengan ácidos grasos esenciales, como el aguacate.

7. La televisión y las pantallas deben estar apagadas durante las comidas. El niño debe poner su atención en los alimentos, aprender a disfrutarlos y entender cuando su cuerpo le dice que ya ha sido suficiente. Cuando la televisión está prendida, toda la atención se dirige a ella y no se crea un vínculo adecuado con la comida: el niño puede dejar de recibir alimentos o, por el contrario, comer en exceso.  

8. Hay que promover un tiempo de sueño adecuado, tanto en las noches como en las siestas. Dormir poco se asocia con un aumento del riesgo de obesidad.

9. Así no camine o gatee, hay que ayudarle a practicar actividades físicas. Mover sus piernas como si estuviera en una bicicleta, hacer ejercicios para que aprenda a girar, ponerlo boca abajo en posición de gateo, estirar y doblar sus bracitos. Si ya se traslada de un lado a otro solo, ¡hay que dejar que lo haga todo el tiempo que quiera!

Por Redacción Cromos

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