El experimento científico que está ocurriendo dentro de tu cuerpo puede llevar a que tengas cambios bruscos de humor o a que empieces a sentir náuseas, pero es bastante probable que estos síntomas arranquen un poco más adelante en el embarazo. Lo que seguramente ya has sentido es tu colon inflamado como una bomba. Tanto, que muchas mujeres llegan a pensar que esa barriguita que se les empieza a ver es el bebé, cuando en realidad es su sistema digestivo, lleno de gas o de agua.
La inflamación abdominal es uno de los síntomas más frecuentes del embarazo y, como casi todo lo demás, se debe al aumento de estrógeno y progesterona en tu cuerpo, que reducen la velocidad en que trabaja el sistema digestivo para que la mamá y el bebé absorban más nutrientes de los alimentos que consumen.
Para que tu digestión funcione de la mejor manera posible, come mucha fibra y toma mucha agua. La manera más eficiente de prevenir la hinchazón es darle a tu cuerpo combustible más fresco, en lugar de llenarlo de antojos grasosos y procesados difíciles de digerir. Busca comida verde, como ensaladas y frutas, y recurre a la avena, las legumbres y los frutos secos.
También es posible que empieces a sentir aversión a ciertos alimentos. Incluso, puede que te disgusten comidas que solían ser tus favoritas y, por el contrario, que te llamen la atención productos que no consumías en años. La explicación científica a este síntoma tiene dos corrientes. Está la escuela que asegura que se debe a al aumento de hCG, la hormona producida por esa placenta que alimentará y protegerá al bebé durante el embarazo. Y esta la escuela que asegura que esa aversión es la manera en que tu cuerpo te previene de comer cosas que podrían ser malas para el desarrollo del embrión. Independientemente de la creencia, recuerda que muchos de los efectos del embarazo simplemente ocurren para mantenerlos seguros a ti y al bebé.
Ligado a estas aversiones está un elevando sentido del olfato (que puede hacer que odies el perfume de tu esposo, que antes te encantaba). Por lo tanto, trata de mantener tu cocina lo más aireada posible. Los ambientadores no se recomiendan durante el embarazo porque pueden tener químicos peligrosos para el bebé, al igual que muchas velas aromáticas, así que trata de buscar velas ecológicas o inciensos naturales. Los olores cítricos ayudan, así que vale la pena tener limones a la mano, y también jengibre, que tiene propiedades contra las náuseas.
El bebé
Ese pedacito de vida que crece en tu interior ya es un embrión. La placenta en la que hará su hogar los próximos meses empieza a formarse: sus raíces se expanden por la pared del útero. Esté órgano viscoso que aparece durante la gestación se adhiere al interior del cuerpo de la mamá, se conecta a su corriente sanguínea y se encarga de transportar oxígeno y comida al bebé, quien se comunica con esa sustancia viva a través del cordón umbilical. Mientras la placenta termina de acomodarse, el chiquito se alimenta del saco que recubre tu óvulo.
En este momento se está desarrollando el tubo neural, del que se originarán la médula espinal y el cerebro del bebé. Además, el embrión está compuesto por tres capas: una se convertirá en sus pulmones y en la mayoría de sus órganos vitales; otra crecerá para ser el corazón y el esqueleto, y la última conformará el sistema nervioso.
Fuentes:
Obvia Health
Sir John Dewhurst, Dewhurst's Textbook of Obstetrics and Gynaecology. 8th ed.
G V Pepper, S C Roberts. Rates of nausea and vomiting in pregnancy and dietary characteristics across populations.
Mayo Clinic Staff. First trimester pregnancy: what to expect.
Linda McCart. "Natural Progesterone & Bloating". Livestrong.
CN Nyaruhucha. "Food cravings, aversions and pica among pregnant women in Dar es Salaam, Tanzania". Tanzania Journal of Health Research.
Amber Canaan. "How to Cope With Nausea & Food Aversions During Pregnancy". Livestrong.
Foto: Getty