Como papás siempre querremos aportar a nuestros hijos y dotarlos con herramientas para que sean adultos llenos de valores y actitudes positivas para desenvolverse en la sociedad, sin embargo, muchos de estos factores se nos pueden salir de las manos.
Te invitamos a leer más contenidos como este aquí.
Sigue a Cromos en WhatsAppLee también: 5 señales de que fuiste criado por papás manipuladores
En nosotros está enseñar y dar ejemplo sobre ciertas conductas, pero la personalidad y carácter de nuestros hijos es particular por lo que podría no actuar siempre como nosotros quisiéramos.
La diferencia de la generosidad y forzar a compartir
Por más que desees que tu hijo sea generoso, te explicamos por qué nunca deberías obligarlo a compartir sus cosas.
Es claro que la generosidad es una cualidad que todos los papás quisiéramos ver en nuestros hijos, pero no siempre es algo innato de su personalidad, por lo que es un área en la que debemos ser cuidadosos para no enviarles el mensaje equivocado.
Posiblemente te has encontrado en la situación de recibir una visita, por ejemplo los primitos de tu hijo, y en ese momento recuerda que quiere jugar con todas sus cosas a la vez, sin prestar ni un solo juguete o libro, que antes no habría mirado en meses.
Como adultos, nuestra reacción natural generalmente es indicarles a los niños que deben compartir alguno de sus juguetes, con diferentes motivos: “Ni que fueras a jugar con todos a la vez”, “Si no se lo prestas lo vas a hacer llorar”, “O se lo prestas o te quito todos” y muchos otros más.
Sin embargo, al analizar cualquiera de las razones que mencionamos anteriormente podríamos estar dándoles un mensaje equivocado o una presión que realmente no les corresponde.
Recomendado: 7 errores que cometemos los papás con el segundo hijo ¡Que no te vaya a pasar!
Sus juguetes, libros, ropa y cualquier objeto de su habitación son sus bienes más preciados, aunque a nosotros nos parezca algo mínimo, por lo que la generosidad debe ser algo que genuinamente les nazca, de lo contrario sentirán que están siendo profanados.
Además, al usar frases como “lo vas a hacer llorar”, estamos responsabilizándolos de las emociones de alguien más (cuando no es así) y estamos acercándonos peligrosamente a la manipulación, por lo que incluso podrían entender que deben ceder para complacer a otros con tal de no hacerlos sentir mal, aunque no estén de acuerdo.
Aunque en este momento forzar la generosidad podría desencadenar solo una pataleta o un rato de llanto, a largo plazo sí podría tener un impacto fuerte en lo que ellos permiten y en la “obligación” de dar gusto a quienes lo rodean a toda costa, incluso incluyendo sus cuerpos, por lo que el riesgo es altísimo.
Entonces, ¿cómo impulsar la generosidad?
Primero, pregunta y escucha. Si se encuentran en el mismo escenario de la visita de los primos, consúltale si desea prestar alguno de sus juguetes solo por un rato y en caso de que su respuesta sea no respeta su posición.
Además, los seres humanos aprendemos observando, por lo tanto, tendrás hijos más generosos si ve en ti el reflejo de la generosidad, si lo haces participe de situaciones en las que se pueda compartir libremente y en que se sienta tranquilo de estar cediendo.
Poco a poco irá siendo más fácil que acepte compartir, entendiendo que es su decisión, no por presión.
Te puede interesar leer: ¿Tu hijo es agresivo? Estos consejos te ayudarán a mejorar su conducta en casa