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Nunca tuvimos a la mano tantos ejemplos para inspirarnos. En internet abundan testimonios edificantes que responden nuestras inquietudes más complejas.
Ya no hace falta ir al médico ni leer una enciclopedia para acceder a fuentes confiables. Los usuarios convertimos los medios de comunicación y las redes sociales en una bola de cristal que cobra relativamente barato por sacarnos de dudas. Nos refugiamos en las "www" sin preguntarnos si está bien o mal hacerlo.
Este es el mejor momento para ser madre. Sobran argumentos para revindicar esta figura que, al menos en mi familia, está sometida al machismo y a la abnegación. Si no fuera por las diferentes versiones de serlo, tal vez seguiríamos pensando en una mamá disminuída por su esposo opresor, dedicada a las labores del hogar, sin individualidad ni libertad.
En Instagram y You Tube hay mamás y papás con tips para todo: para sacar los gases del bebé, para dormirlo, para comprarle juguetes, para buscarle un nombre, para repartirse las tareas por igual. Su consejo es tan iluminador como el horóscopo del domingo.
Celebro la reivindicación de la maternidad, lo que no aplaudo es el lugar que empieza a ocupar cuando una futura madre, que es famosa, se quita la ropa para exhibir su gravidez. Esta moda, que parece inventada por Kim Kardashian, llegó para quedarse.
¿Una famosa que muestra la forma de su panza empodera a sus seguidoras y seguidores? ¿Cuál es su intención? No solo vemos a una mujer en avanzado estado de gestación; también vemos a una persona hiperatractiva, protegida por un ejército de fotógrafos y editores de imagen, a quien seguramente solo le interesa acumular "me gusta" y engordar la fama.
Es evidente que su objetivo es multiplicar su popularidad, aunque sea a costa de la maternidad, de su nuevo álbum o la coyuntura que puedan instrumentalizar para su beneficio. Por eso no les creo cuando me encuentro con sus hermosas postales maternas. Su efecto me resulta pernicioso porque refuerza arquetipos de belleza que justamente deben combatir los influenciadores y los consumidores de redes sociales, en tiempos donde ser madre, padre, abuela, abuelo, tío, tía, profesor, profesora tienen versiones que trascienden a la mera belleza.