Desde que nos enteramos de que estamos embarazadas inician cientos de preguntas sobre lo que sucederá en nuestro organismo, si estamos haciendo lo mejor para nuestro bebé, cómo será el parto y mucho más.
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Por esto, cualquier cambio dentro de la gestación podría desencadenar muchas dudas sobre si algo es normal o si deberíamos acudir al médico. Uno de esos factores puede ser la primera vez en que sentimos los movimientos de nuestro bebé en el vientre.
Superando la impresión inicial, estas pataditas y rotaciones se convierten en momentos de emoción que compartimos en familia. Sin embargo, una vez que comienza a hacerlo de manera vigorosa podríamos preguntarnos, si el bebé se mueve mucho en el vientre, ¿debería preocuparme?
¿Es malo que el bebé se mueva mucho en el vientre?
Mi bebé se mueve mucho en el vientre, ¿es una señal negativa?
De acuerdo con un artículo, publicado en la Revista de Especialidades Médico Quirúrgicas, que hace seguimiento al bienestar fetal, explica que los primeros movimientos del bebé se producen en la semana 6, aunque no lo notemos.
En ese momento, el bebé crece rápidamente pero su tamaño es tan pequeño que para la mamá es prácticamente imposible sentir sus movimientos. Es en esta época que se presentan los primeros síntomas, como cansancio y náuseas, que muchas mujeres confunden con algún malestar estomacal o viral.
Los movimientos del bebé en el vientre suelen apreciarse claramente a partir del cuarto mes de embarazo, aunque estén sucediendo desde antes.
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El bebé se mueve como parte de su neurodesarrollo y es su forma de interacción con el entorno uterino. Este comportamiento es explicado por la investigación “El comportamiento fetal: una ventana al neurodesarrollo y al diagnóstico temprano” publicada en la Revista Pediatría Atención Primaria.
Al principio, entre las semanas 7 y 8 se dan reflejos automáticos que aproximadamente en un mes se convertirán en movimientos producto de estímulos, como las caricias sobre el vientre o la voz.
Los brazos y piernas se forman en la sexta semana y comienzan a tener movimientos aproximadamente en la semana 10, que con el paso del tiempo se irán haciendo más complejos y se harán más evidentes entre las semanas 18 y 20, a medida que crecen los huesos y se forman los músculos del bebé.
El movimiento indica que todo marcha bien en la gestación y una vez lo sientas te aseguramos que vivirás una gran emoción que estrechará el vínculo afectivo madre-bebé.
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¿Que mi bebé se mueva fuerte, es peligroso?
Si tu bebé es inquieto y de vez sus movimientos te llegan a asustar de repente, mantén la calma, no es nada peligroso. Al contrario, es señal de que está activo, está creciendo y, por lo tanto, se encuentra sano. Normalmente, un bebé se puede llegar a mover hasta 10 veces por hora, aunque esto puede variar en cada embarazo.
La fuerza de sus movimientos puede estar relacionado con parámetros al nacer. Por ejemplo, un estudio de la revista BMC Pregnancy and Childbirth demostró que los niños que se mueven más tienen en el vientre mayor posibilidad de ser grandes para la edad gestacional.
Otro motivo muy común de los movimientos fuertes suele ser el hipo. Rápidamente aprenderás a identificarlo porque es un movimiento repetitivo, distinto a como se siente cuando cambia de posición dando vueltas o haciendo giros.
En el segundo trimestre, el bebé se mueve mucho porque ya tiene suficiente fuerza para mover sus extremidades (que son las que se marcarán en nuestra barriga, como un pie, la rodilla, un codo o una mano). Sin embargo, al crecer, el espacio en el útero es más estrecho y sus movimientos disminuirán.
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Esa disminución de movimiento, especialmente en el último mes, no tiene por qué ser una señal negativa, sino que puede deberse a los períodos de descanso del bebé.
Si está demasiado quieto, prueba con estímulos prenatales como música, masajes suaves en la barriga o encender una linterna y desplazarla desde varias direcciones.
Si notas que la quietud ha sido repentina y te preocupa, acude a tu médico para asegurarte de que todo está en orden y que sean los profesionales en la salud los que puedan hacer seguimiento a tu caso en particular, ya que cada embarazo es distinto.