Aunque la pareja viva con desconsuelo y dolor este momento, la comprensión y el amor serán las claves para continuar con su propósito de convertirse en padres.
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Cuando una pareja espera con ilusión la llegada de un nuevo integrante a la familia y, de repente, el ciclo de vida del bebé termina antes de la semana veinte de gestación, la tristeza, el desconcierto y, en ocasiones, la culpa, se apoderan de sus corazones. Superar esta pérdida no es una tarea fácil. Sin embargo, cuando ambos se sumen en el dolor y se sienten solos en ese camino, el primer paso que deberán dar es buscar ayuda profesional.
De acuerdo con el ginecólogo Fabio Aníbal Gómez, aproximadamente un 25% de los embarazos terminan en abortos espontáneos, como resultado de un proceso de selección natural. “El 75% ocurren por alteraciones cromosómicas del embrión y el porcentaje restante se asocia a enfermedades, infecciones y a malos hábitos de la madre, como fumar o ingerir alcohol”.
Las fases del duelo
Aunque el hombre y la mujer experimentan de distinta forma el duelo, según sus experiencias y emociones, la psicóloga Tatiana Barreto asegura que, a través de varios estudios, se han identificado unas etapas comunes. La primera ocurre cuando se conoce la noticia de la pérdida del bebé y los padres entran en una especie de espasmo emocional, en el que no entienden lo que ocurrió. Luego, atraviesan por un tiempo de negación, que no les permite aceptar la realidad y sienten tristeza, ira, frustración y desesperanza. Tras un largo periodo de reflexión, inician un periodo de conciliación y adaptación.
Juntos, con fortaleza y amor
Si atraviesas, con tu pareja, por esta situación, recuerda que ambos deberán trabajar y esforzarse por superarlo. Traten de entender y aceptar que la pérdida también era un riesgo que debían asumir dentro del proceso de gestación.
No olviden que su pareja y su familia son fuentes permanentes de amor. Compartan tiempo, hablen de lo sucedido y emprendan planes, como viajar o descansar para que puedan relajarse y, así, alivianar el dolor. Cuando física, psicológica y socialmente estén preparados, contemplen la posibilidad de buscar un nuevo embarazo.
¿Y si hay hijos de por medio?
El diálogo cercano y afectuoso será clave para contarles a sus hijos lo que pasó. Preferiblemente, usen términos positivos, como “no perdiste un hermano: has ganado un ángel”. Háganles ver a sus hijos que el bebé perdido no era la única fuente de felicidad de la familia, que ellos son su motor y el gran amor de la vida de ustedes.
Consejo Mi Bebé
Emprendan una valoración médica especializada antes de la concepción. Esto ayudará a identificar factores de riesgo y a tratar cualquier condición física y emocional que impida el embarazo.
Foto: Istock