En medio de las obligaciones del día a día, con los afanes tomando el control de nuestra vida, a menudo pasamos por alto la importancia de una simple muestra de afecto: el abrazo, especialmente para nuestros hijos.
Por ejemplo, estudios recientes han revelado que los abrazos desempeñan un papel fundamental en el bienestar emocional de los niños, brindándoles seguridad, consuelo y un sentido de conexión emocional.
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¿Cuál es la importancia de un abrazo?
Investigaciones en psicología y neurociencia han demostrado que los abrazos liberan hormonas como la oxitocina, conocida como la “hormona del amor”, que promueve sentimientos de calma y seguridad.
Para los niños, recibir abrazos regulares no solo les brinda una sensación de protección física, sino que también fortalece los vínculos emocionales con sus cuidadores.
Según el doctor David Hamilton, bioquímico y autor de “Los cinco beneficios de ser amable”, los abrazos tienen el poder de reducir el estrés y la ansiedad en los niños al disminuir los niveles de cortisol, la hormona del estrés.
Además, los abrazos promueven la liberación de serotonina y dopamina, neurotransmisores que contribuyen a una sensación general de bienestar y felicidad.
¿Qué significa el abrazo de un padre?
A nivel emocional, los abrazos fomentan la confianza y la autoestima en los niños al demostrarles que son amados y valorados. La psicoterapeuta infantil, doctora Elena Fernández, destaca que los abrazos son una forma poderosa de comunicar afecto y fortalecer los lazos emocionales entre padres e hijos.
“Los abrazos transmiten un mensaje de seguridad y apoyo incondicional que es fundamental para el desarrollo emocional saludable de los niños”, señala Fernández.
Además de los beneficios emocionales, los abrazos también juegan un papel crucial en el desarrollo cognitivo y social de los niños. Al recibir abrazos regulares, los niños aprenden a reconocer y expresar emociones de manera saludable, lo que les ayuda a desarrollar habilidades de empatía y relación interpersonal.
Los niños necesitan cerca de 12 abrazos diarios para crecer felices, según la ciencia.
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Así, en un mundo cada vez más digitalizado, donde la comunicación se reduce a mensajes de texto y emoticonos, es fundamental recordar el poder sanador de un simple abrazo.
Como sociedad, debemos fomentar un entorno en el que los niños puedan recibir abrazos con regularidad, ya que esto contribuye también a la creación de un mundo más empático y compasivo.
Los abrazos son mucho más que muestras de afecto; son una herramienta poderosa para promover el bienestar emocional, el desarrollo cognitivo y social de los niños.
Al abrazar a nuestros hijos con regularidad, les brindamos seguridad, amor y un sentido de pertenencia que perdurará toda la vida.