
Fotos Dolce & Gabbana / Óscar Pérez / Cortesía
Fue la pieza interior que acompañó a los militares durante la Primera Guerra Mundial. Abandonó los uniformes y llegó al escenario de los obreros por su sentido práctico y fresco para las jornadas veraniegas. Ya en los años 60, se impuso como sinónimo de rebeldía y posibilidad de exposición de nombres de marcas.
Hoy, este elemento utilitario retoma sus niveles más expresivos para compartir ideologías, estados de ánimo y frases que representan a quien las lleva, tal y como ocurre con las camisetas alusivas a disciplinas deportivas. Algo así como “te luzco y les hablo a los demás” o “mi camiseta dice lo que pienso”, “mi t-shirt me representa”.
Dos palabras se unen en nuestro medio a través de la camiseta: expresión y emprendimiento. Jóvenes empresarias y diseñadores han encontrado en este lienzo de algodón la oportunidad para crear –a bajo y mediano costo– y para establecer una conexión de ideas y emociones con sus consumidores.
La camiseta Colombianísima, que lució la exprimera dama ‘Tutina’ de Santos, cuando acudió a votar en la segunda vuelta, generó una pequeña revolución. ¿Qué mensaje quiso enviar? ¿Dónde la adquirió? ¿Cómo puedo tener la mía?
La respuesta la tenía la marca barranquillera Quote Me (@qm_quoteme en Instagram), creada hace un año por Cristina Dieppa y María Carolina Badel, apasionadas por la moda y las frases.
“Disfrutamos mucho creando los conceptos y buscando formas de comunicación simples y efectivas”, dicen. Y es que, además de la Colombianísima, sus camisetas regionales han sido la sensación. “En el caso de las regionales las creamos porque todas las personas nos sentimos orgullosas de dónde venimos y queremos que la gente entienda qué es ser costeña, rola, caleña, santandereana, paisa u opita. Decidimos hacer las definiciones en inglés, pues es el idioma universal y queremos que cualquier persona entienda lo que significa ser parte de cada región”.
En un año de trabajo, Quote ha vendido 5.000 camisetas y 3.000 de manga larga, dentro y fuera del país.
Color y vida
Hay más casos de emprendimiento, que vieron en esta prenda democrática y universal –porque la camiseta nunca pasa de moda y a todos nos va bien– la posibilidad de hacer empresa y generar empleo.
Alejandra Parra, diseñadora de modas de Medellín, creó hace 18 meses la marca Malala (malalabyalejandraparra). Como compradora de camisetas estampadas se preguntaba por qué no las encontraba con bordados de calidad, como valor agregado, y sí lo hacía, eran muy costosas. Empezó a diseñar para ella – siempre en lenguaje positivo o divertido– frases y animales en bordado mezclado con aplicaciones en sintético. Y encontró respuesta en sus clientes, cautivados en sus redes sociales, que hoy lucen vibrantes piezas con corazones, abejas, estrellas, coronas y frases como “Flores todos los días”, “Los besos son magia” y “Soy la reina”.
Maga es la marca de la diseñadora de modas Cristina Monsalve, quien empezó convencida de que una prenda versátil y atemporal era una buena oportunidad de negocio. Eso sí, una prenda económica, para llegar a todas las mujeres. El auge de los mensajes o las talking clothes q ue i mpuso D ior hace dos temporadas con su camiseta feminista le dio la pista para dedicarse a este segmento. En sus diseños se leen palabras como “Gratitud”, “Colombiana”, “No pido más”, “Más amor”, “Menos drama”, “Vida bonita”, “No como cuento”. “Maga es lo mejor que me ha pasado”, asegura ella con emoción. Seguramente las mujeres que usan sus prendas sienten algo parecido.
Ha recibido una respuesta que supera sus expectativas y le emociona saber que cada compradora recibe la historia positiva que Maga (maga_ bazar) quiere transmitir.
Prendas que son historia, empleo y empresa. ¡Larga vida a la camiseta!
ASÍ, SÍ
Algunas ideas para apropiarse de la camiseta, con la certeza de que a todas nos va bien. Cada una aporta sus toques personales.
1. Con sastre: Un toque de frescura al traje masculino, que se ha convertido en el aliado perfecto para la oficina.
2. Falda y fiesta: Una falda de fiesta y una camiseta logran un resultado atractivo y casi rebelde.
3. Falda y calle: Para refrescar piezas que se consideran excesivamente formales, nada como la compañía de una camiseta.
Dolce & Gabbana: La casa de moda italiana siguió los pasos de Dior, que sonó en todo el mundo por su camiseta que decía “Todas deberíamos ser feministas” .




