
Una modelo presenta una creación de Salvatore Ferragamo durante la Semana de la Moda de Milán, en Milán, Italia, el 22 de septiembre de 2018. Las colecciones femeninas de Primavera-Verano 2019 se presentan en el Milano Moda Donna. / Foto: EFE.
Las colecciones que se verán para la próximos meses están llenas de transparencias, tejidos cómodos y amplios y estampado animal.
Salvatore Ferragamo fue el encargado de abrir esta jornada y lo hizo con un conjunto de prendas en tonos marrón "camel", negros, azules y verdes militares. Apostó por la piel para abrigos y gabardinas, pero también para pantalones y camisas, y vestidos de tirantes y cortes asimétricos.
La marca, fundada en 1914, también presentó conjuntos formados por camisas sin mangas, de cuero negro, y faldas de ante, en tonos marrones; petos largos de tirantes en colores oscuros y pantalones de cuero, con el corte por la rodilla. Las modelos también lucieron abrigos de botones que se llevaron como vestidos, vestidos de ganchillo con fondo de leopardo, y chalecos en colores beige, de inspiración exploradora.
En la línea de complementos optó por bolsos grandes, de asas cortas, de estampado geométrico y de tejidos de tela, pero también por carteras de piel en colores amarronados, naranjas y azul "klein", y por gafas de sol, de cristales oscuros y monturas de colores vivos.
En cuanto al calzado, se pudieron ver sandalias estilo "romanas", sandalias anidadas con tiras, botas de lluvia, zapato cerrado, tipo mocasín, y sandalias de playa, con pronunciada plataforma.
Tras Salvatore Ferragamo, fue el turno de Roberto Cavalli, que llevó hasta la pasarela milanesa un guardarropa femenino, repleto de estampado animal. Vestidos largos y vaporosos, de estampado de cebra, se alternaron con "tops" de un solo tirante también de cebra, o pantalones y chaquetas con estampado de tigre.
Las formas geométricas también tuvieron su espacio en vestidos de de seda, en minifaldas de cuero y en conjuntos formados por "tops" sin tirantes y faldas de talle alto.
La firma, fundada en 1960, también regaló camisas azules de rayas negras, anudadas en la cintura; vestidos ajustados, con pronunciados escotes y con colores en "degradado", de transparente en el pecho a azul oscuro en la falda, y petos de faldas, en lugar de pantalones.
Los bolsos pequeños de asas metalizadas y largas compartieron protagonismo con los bolsos grandes, de asas cortas. En complementos, también se vieron anchos cinturones plateados, collares metalizados y gafas de sol con cristales translúcidos.
Missoni cerró esta jornada de moda milanesa con una colección atrevida, de inspiración oriental y llena de tocados y turbantes. Los tejidos vaporosos y con volantes sirvieron para confeccionar camisas, faldas, chalecos largos y kimonos.
La colección de Missoni estuvo llena de elegantes vestidos, con tejidos con transparencias y decoración geométrica, lentejuelas, hilos dorados y mezcla de colores.
Apostó también por la combinación de prendas, con faldas sobre pantalones largos, camisas sobre vestidos, y vestidos sobre blusas y pantalones.










