Rihanna ha dejado de aparecer tanto en los tabloides desde la llegada de su primer hijo con A$AP Rocky. Luego de verla en casi todas las fotos de noticias de celebridades cuando estaba embarazada, ahora la hemos visto más ausente, hasta hace unos pocos días en los que expuso un estilo que podría convertirse en una de las tendencias del próximo año.
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En su última salida el viernes pasado, Rihanna apareció con unas botas en Manhattan que quizás están destinadas a volverse virales. A pesar del verano en Nueva York, la cantante visitó un par de botas Y/Project hasta los muslos, un calzado que apareció en diferentes colores y materiales en la pasarela primavera/verano 2023 de la marca de moda francesa dirigida por Gleen Martens.
En este look, la cantante también apostó por otra tendencia de la temporada: las remeras musicales. Sumo a la ecuación una minifalda de jean y un bolso vintage de la colección creada por Tom Ford para Gucci en 1996 (Getty Images)
La cantante combinó las botas que parecen pantalones con una minifalda de jean de R13, una camiseta del álbum de RZA de 2003, Birth Of A Prince, y un bolso vintage. Como accesorio llevó un brazalete de Briony Raymond con los símbolos de Piscis y Libra, sus respectivos signos zodiacales y los de A$AP.
Se trata de un look que sigue manteniendo a Rihanna como una de las promotoras máximas de la estética Y2K en street style, con una de las apuestas más arriesgadas para la nueva temporada 2023.
“Siempre tratamos de invitar a nuestros clientes a disfrutar de las prendas y jugar con ellas”, dijo el director creativo de Y/Project a Vogue sobre las muchas siluetas provocativas de la presentación. Y añadió: “Es un poco como las catedrales góticas, una vibra flamenca... como de brujas”.
La cantante se caracteriza por usar siempre prendas que llamen la atención, pero no necesariamente de manera clásica o conservadora. Rihanna rompe esquemas y es una de las personas más influyentes de la cultura popular.
A principios de esta semana, la dueña de Fenty también apareció, mientras visitaba el restaurante de Emilio Ballato en el barrio de Nolita, con un pequeño vestido negro debajo de una camisa blanca de Raf Simons y unos zapatos de satín adornados con cristales cortesía de The Attico.
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