La bloguera Ita María conversa de moda
En la temporada Mundo Moda en el centro comercial Santafé, que propone las nuevas tendencias en medio de algunas ofertas, la conocida bloguera Ita María ha acompañado a los clientes del lugar, con cinco conversaciones alrededor del estilo, las compras inteligentes y la siempre necesaria edición del ropero.
Se trata de “entonar” a la gente alrededor del tema de la moda, para que se antojen y una vez tengan ese conocimiento que allí se comparte, puedan hacer mejores compras, explica la experta.
Así conversó CROMOS con Ita.
Sigue a Cromos en WhatsApp¿Qué quieres que la gente obtenga de estas charlas?
“Cuando hablamos de moda hay una gran barrera en el público masivo. Lo ven como algo frívolo, lejano y costoso, como algo “que no es conmigo”. Busco desmentir eso, porque considero que la moda es para todos. La quiero acercar y la manera de lograrlo es tener acceso a la información. Eso quiero hacer: darles herramientas, sobre cómo entender las temporadas y las tendencias. Hacer digerible esta información, para que no genere rechazo. En definitiva, hacer cultura de moda con el ciudadano de a pie”.
¿Si una lectora de Cromos quiere editar el ropero, qué debe tener en cuenta?
“Lo primero es no generalizar, porque nos acostumbramos a hablar de fondo de armario y básicos, pero eso es subjetivo. Lo primero es entender mis necesidades, clima, ocasiones de uso, cómo es mi cuerpo. Todo empieza con el auto conocimiento, de mi cuerpo y de mi mix de momentos. Con eso en mente, hacerse el mejor amigo del armario. Yo tengo todo organizado por colores y sé que el negro domina y que tengo más partes inferiores que tops, así que cuando salgo de compras apunto a estas piezas. Tengo muchas faldas y siempre me las pongo con la misma camisa de jean”.
Otra clave…
“Dejar ir. Uno se apega a muchísimas prendas por nada. Hay que romper con el sentimentalismo”.
¿Qué se está usando hoy?
Por primera vez, estamos súper sintonizados con las tendencias globales. El clima nos ha favorecido. Cuba está influyendo mucho en muchos climas. Sin duda, los hombros son el nuevo escote, se usarán los boleros, las pepas, todo con un acento muy español y a la vez tan latino, viene muy fuerte desde hace dos temporadas. Seguirá fuerte en la primavera verano que se aproxima. El reto es cómo no aburrirnos del escote Bardot y la blusa campesina, claro, manteniendo la atención en los hombros. Las mangas, por ejemplo, se llevan el protagonismo. Se verán muy voluminosas”.
¿En ese orden de ideas, los latinos podemos celebrar que no tenemos estaciones y, por ende, les podemos dar más aliento a las tendencias?
“Total. No tenemos estaciones, pero tenemos ciudades otoño y ciudades verano. Siempre tenemos la posibilidad de jugar a ser camaleones con las temporadas. Uno en Bogotá se cree invierno, pero la verdad es que somos primavera. Nos permite juegos chéveres, en tanto la información de temporada se la dejamos a los colores y a los estampados y otras veces a los materiales. Nos favorece mucho, sin duda”.
¿Qué te ha dado el trabajo con la moda, a ti como economista?
“Muchas alegrías, tengo muchos amigos. Este trabajo y pasión me hace ver el estilo de otra forma y otra perspectiva. Es conocer todo lo que le aporta esta industria a la economía, al país y a la cultura”.
¿Cómo se construyó esta pasión en tu vida?
“Casualidades. Me vine a Bogotá detrás de un amor y empecé a trabajar en una multinacional de fibras textiles. Aprendí mucho, este mundo me apasionó y no me soltó”.
¿Cómo ha sido tu trabajo con WGSN?
“¡Maravilloso! Es la Biblia de las tendencias, entonces es estar como en una bola de cristal y tener la posibilidad de irte al pasado, con sus 17 años de historia, o adelantarte dos años con el conocimiento de lo que viene en esta materia”.
¿Conocerlo con anticipación les quita la magia a las tendencias?
“No se la quita. Uno se relaja. Ya no me preocupo tanto por lo inmediato. Es como un juego. Es Disneylandia para mí. Lo mejor es poderlo compartir”.
¿Si nos vamos ahora a Santafé, dónde nos detendríamos y qué compraríamos?
“Nos detendríamos en Zara, Stradivarius y Forever 21 son obligatorios… Es absurdo lo acertados que son y lo amplia que puede ser la oferta en rangos de edades, estilos y presupuestos. En Nafnaf, que tiene opciones muy lindas. Y American Eagle, para todo el tema casual. Compraríamos prendas con flecos, todas las de la onda de los 70, piezas en tonos tierra. Y básicos, vestidos negros, bodies negros que vi en Zara y que son multiusos. En estampados nos llevaríamos prendas en rayas y estampado animal, y, claro, abrigos”.
¿Defiendes el uso de los tenis con vestidos y faldas?
“Sí. Hay que apostarle al confort. A los tenis les estamos sacando mucho jugo. Es otra compra inteligente para esta temporada. Pensar de manera sensata para qué me visto y llegar a un balance. Los códigos de vestuario son cada vez más relajados. Hay que perder el miedo y aprender a correr riesgos”.
¿Un riesgo que hayas corrido?
“Era negada para el animal print. Me parecía lobísimo. Uno tiene taras mentales muy tontas. Hoy me encanta. Venimos de una generación que tenía muchas reglas para vestirse. Hoy la norma es divertirse, no hay reglas”.
¿Un consejo para lograr romper taras?
“Empezar a probarte lo diferente”.
¿Y en complementos qué no nos debe faltar?
“Unos buenos zapatos muchas veces pueden ser la base de un look. Hay que tener tenis, estiletos negros y los que tienen contenido de moda. Igual con las carteras: las clásicas y las de temporada, que sé que no van a durar tanto y puedo jugar mucho con mis básicos”.
Foto: Cortesía Santafé.