
La casa Fragonard, cuna de la perfumería mundial, fue inscrita en la lista de patrimonio cultural inmaterial de la UNESCO en 2018. / Fotos: AFP.
En un palecete privado frente a la ópera Garnier, en el centro de la capital francesa, la casa fundada por la familia Fragonard, basada en Grasse; explica un arte vinculado a esta ciudad de la Costa Azul, cuna de la perfumería mundial, que en 2018 fue inscrita en la lista de patrimonio cultural inmaterial de la UNESCO.
Gracias a un guía, los visitantes descubrirán un órgano del perfumista, que cuenta con 400 frascos para crear composiciones y se utilizó hasta el siglo XX, e intentarán unir fragancias de flores en un juego olfativo.
María Antonieta, reina perfumada
Uno de los platos fuertes de la muestra es el cofre de María Antonieta, la reina perfumada, quien al contrario de sus contemporáneos franceses mantuvo unos buenos hábitos de higiene heredados de su infancia en Viena.Los "vinagres" de los frascos tenían un olor muy fuerte, para devolver la consciencia a las mujeres que se desmayaban debido a lo apretados que llevaban los corsés.
"Actualmente nos gustan los perfumes más aéreos, más ligeros, si les hago oler un perfume del siglo XX, se sorprenderían. Eran muy pesados. Cuando se decía una gota, era una gota, el gesto del 'pschitt' no existía", destaca Agnès Costa.
