Desde muy temprana edad, Yomijara Curvelo, más conocida como ‘Yomi’, descubrió la magia del nail art. Con apenas 14 años, en Venezuela, donde la cultura del embellecimiento de las uñas ya era popular, se sintió atraída por este mundo. “Siempre pensé: esto no puede quedar aquí, tiene que haber algo más”, confiesa la artista. Esa inquietud la llevó a formarse y a buscar nuevos métodos y técnicas, aprendiendo de quienes ya dominaban el arte y transformándolo a su manera.
No tardó en darse cuenta de que su vocación iba más allá de aplicar esmalte; su alma artística se manifestó en la creación de verdaderas obras de arte en miniatura. Así, aquella afición de la adolescencia se convirtió en una carrera profesional que la llevó a viajar y capacitarse internacionalmente, sumergiéndose en congresos y talleres en México, España y Venezuela. Cada experiencia y cada técnica aprendida se tradujeron en una evolución constante de su trabajo, donde la creatividad no conoce límites.
“Siempre tuve algo dentro de mí que me decía que esto no podía quedarse en lo básico. Comencé haciendo bisutería, collarcitos, pulseras, aretes… y, de repente, nació la idea de las uñas. Cuando veo el potencial que tienen, digo: tiene que haber más de aquí. Llegué a un congreso en el Hotel Caracas Hilton y, a partir de ese momento, mi pasión por las uñas alcanzó otro nivel. Conocí gente que me impulsó a viajar, a capacitarme en diferentes países y a perfeccionar cada técnica. Hoy, cada escultura en uñas que realizo es una declaración de amor a este arte y una muestra de la fusión perfecta entre técnica y creatividad", explica en una entrevista con CROMOS.
Sigue a Cromos en WhatsAppEsculturas en uñas: un arte sin fronteras
Hace tres años, Yomijara alcanzó un hito en su carrera al convertirse en Master Instructor Internacional y certificarse “en un doctorado de alta fantasía”.
“No solamente hago uñas normales, sino que también hago esculturas con productos para uñas”, explica con orgullo. Este giro en su carrera implicó el uso de una amplia gama de materiales: acrílico, poligel, plastilingel, esmalte semipermanente, cristalería y geles de construcción, entre otros. Cada uno de estos elementos se utiliza no solo para embellecer, sino para estructurar y dar forma a verdaderas miniaturas artísticas.
Entre sus obras más llamativas, tiene varias esculturas realizadas enteramente con productos de uñas que fueron presentadas en la Feria de la Belleza en Corferias, donde llamó la atención de importantes medios de comunicación y que mostró con orgullo durante nuestra entrevista.
Este tipo de obras demuestran que, para ella, el nail art es un medio para contar historias, expresar emociones y desafiar los límites del espacio. La técnica, sin embargo, requiere un equilibrio perfecto entre precisión y creatividad, ya que cada diseño es un reto por el pequeño lienzo que es la uña.
Los retos diarios del nail art
Ahora bien, como en todo arte, la transformación de uñas en esculturas conlleva desafíos significativos. Uno de los mayores retos es trabajar en un espacio tan reducido sin sacrificar la complejidad del diseño. “Todo es técnica y práctica”, afirma Yomijara. La disciplina y la autoexigencia son pilares fundamentales en su proceso creativo, permitiéndole enfrentar retos diarios y transformar ideas en obras concretas, incluso en las uñas más pequeñas.
La artista destaca que cada diseño, ya sea cotidiano o una obra de alta fantasía, requiere de una dedicación y un tiempo específicos. Mientras un diseño básico puede tomar 45 minutos, las esculturas complejas, como muñecas o mundos mágicos, pueden demandar hasta tres días de trabajo. Este esfuerzo constante no solo realza la calidad del trabajo, sino que también impulsa a sus alumnas a elevar sus propios estándares, promoviendo una cultura de perfeccionismo y creatividad en el gremio.
La importancia de la profesionalidad en el cuidado de las uñas
A lo largo de su carrera, ‘Yomi’ también ha enfatizado la relevancia de acudir a profesionales para el cuidado de las uñas. En un ámbito donde muchas personas recurren a tutoriales en línea y a técnicas poco profesionales, la artista advierte sobre los riesgos de aplicar productos sin el conocimiento adecuado. “Lo mejor que le puede ocurrir a tus uñas es tener un gran profesional que las trabaje”, señala, haciendo hincapié en la importancia de contar con técnicos especializados.
El nail art no solo se trata de estética, sino también de salud. Un mal manejo de los productos o una aplicación incorrecta pueden dañar la uña natural, debilitándola y afectando su crecimiento. La formación y el conocimiento técnico son esenciales para garantizar resultados duraderos y saludables.
“Cuando hablo de un profesional, no me refiero a alguien que tenga cinco títulos, sino a una persona que sepa realizar el trabajo con conocimiento y respeto por la salud de las uñas. Muchos se basan en videos de YouTube, pero sin la capacitación adecuada, es muy fácil generar daño. La uña natural es una lámina delgada que necesita cuidados específicos para mantenerse fuerte y saludable. Por eso, cada técnica y producto debe aplicarse con precisión, respetando la integridad del material natural. La diferencia entre un buen trabajo y uno mediocre está en el detalle y en el conocimiento de cómo actuar en cada situación”, añade.
El nail art como medio de transformación personal y profesional
La historia de esta artista latina es también una invitación a descubrir y practicar el nail art como una forma de crecimiento personal y profesional. Para ella, la pasión por este arte va más allá de la mera aplicación de productos; es una forma de expresar la individualidad, de transformar lo cotidiano en extraordinario y de alcanzar la independencia a través del talento y la creatividad.
“La satisfacción personal y profesional que te genera hacer algo que amas y que te haga crecer como persona es demasiado bonito”, comenta la artista, resaltando el impacto positivo que esta carrera puede tener en la vida de quienes deciden seguir este camino.
Y es que, según ‘Yomi’, convertirse en un profesional del nail art no solo abre las puertas a oportunidades creativas y financieras, sino que también permite viajar, conocer nuevas culturas y formar parte de una comunidad global que celebra el arte en todas sus formas. Cada diseño es un testimonio de esfuerzo, disciplina y amor por el detalle, valores que se reflejan tanto en el producto final como en la trayectoria personal y profesional de esta empresaria.
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Así, el nail art, en manos de Yomijara Curvelo, se transforma en una manifestación sublime de creatividad y técnica. Su capacidad para convertir pequeñas uñas en auténticas esculturas demuestra que, con pasión y dedicación, cualquier medio puede convertirse en arte. Los retos diarios y la constante búsqueda de la perfección son parte de una carrera que no solo embellece, sino que también educa sobre la importancia de cuidar la salud de las uñas a través de la profesionalidad.
El legado de ‘Yomi’ es un ejemplo inspirador para todos aquellos que desean explorar nuevas fronteras en el mundo del nail art. Su mensaje es claro: practicar este arte no solo enriquece la vida personal y profesional, sino que también eleva la calidad y el valor de cada obra, recordándonos que en cada detalle se esconde la posibilidad de crear algo verdaderamente único.