Las letras de Ricardo Arjona se oyen cada día mejor. ¿Qué diferencia a un clásico de un artista del momento? La respuesta es sencilla: el paso del tiempo. En este caso, unas canciones sobreviven a los minutos (“como sale la herida, se me pasa la vida, gastando el reloj”), a la competencia y al mismo artista, que puede lanzar al vacío su carrera si tiene una racha como la de Juanes, que hace años se quedó sin inspiración.
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Pero bueno, aquí vinimos a hablar de Arjona y Camilo. O, mejor dicho, del guatemalteco que ya tiene asegurado un lugar en los libros de historia musical, al nivel de titanes como Alejandro Sanz, Luis Miguel, Franco de Vita y Ricardo Montaner.
Si usted leyó lo anterior y se le revolvieron los intestinos, déjeme decirle que Arjona es el único que es capaz de llenar tantas veces el Luna Park en Argentina o despertar tantos amores (y odios. Camilo Echeverry tampoco se escapa del ranking de gustos vergonzantes, lista que seguramente es liderada por Arjona).
Es prematuro valorar la condición de clásico de Camilo. Sin embargo, desde ya se puede intuir que muchas canciones con millones de clics quedarán en el baúl del olvido y se escucharán en una década como “rarezas que un día pegaron”. En cambio, el Animal Nocturno y Buenas noches don David suenan en la actualidad como hits que transmiten o evocan algo difícil de explicar.
Los temas de Arjona le hablan a una generación y también retratan un estado de las cosas. Álbumes como Historias, Sin daños a terceros y Santopecado deberían reeditarse como los LP de Los Beatles, no porque sean semejantes, pero sí por representativos.
Se me hace extraño que el centroamericano no se presente cada año en los escenarios colombianos. ¿Será que esta nunca ha sido su plaza? ¿Qué tiene Colombia que es más afín al reguetón que a Arjona, Fito, Charly y Montaner? No me vengan a decir que esta es una nación de gusto exigente. Si Maluma es un poeta para Iván Duque, entonces Ricardo Arjona es un Nobel de Literatura.
El día que Camilo y Ricardo lancen una canción en conjunto, quizás se declarará oficialmente la Tercera Guerra Mundial. Ambos son dos placas que no se pueden juntar, con uno tenemos, con que Pablo Neruda entre y escoja al cantautor tenemos para que este alocado mundo siga teniendo su torcido curso.
Autor de la columna: Alberto Ochoa Mackenzie.