Además de la parte superior de los hombros y la zona baja de la espalda, hay otras áreas propensas en la espalda a acumular sudor, suciedad o células muertas de la piel. Algunas de estas áreas incluyen:
- Pliegues de la piel: Donde la piel tiende a doblarse o friccionar, como en la parte inferior de la espalda cerca de la cintura o debajo de los omóplatos.
- Zona central de la espalda: Especialmente en personas que tienen cabello largo, esta área puede acumular residuos de champú o acondicionador durante el lavado del cabello.
- Parte superior de la espalda: Debido a la exposición al sol y a los elementos, esta área puede acumular más suciedad y residuos ambientales.
- Zona entre los omóplatos: Esta área puede ser difícil de alcanzar y a menudo se pasa por alto durante la limpieza diaria.
- Área alrededor de la columna vertebral: La piel que rodea la columna vertebral puede acumular células muertas de la piel y otras impurezas, especialmente si se descuida durante la limpieza.

Al prestar atención a estas áreas propensas a la acumulación de grasa, puedes asegurarte de una limpieza más completa y efectiva de tu espalda durante la ducha.
Hay una zona que a menudo pasa desapercibida en la ducha: la espalda. Esta área, a pesar de ser una de las más grandes de nuestro cuerpo, suele ser ignorada cuando se trata de limpieza. Aquí te traemos una guía para asegurarte de que tu espalda reciba el cuidado que merece en cada ducha.
Sigue a Cromos en WhatsAppLo que necesitas
Antes de abrazar el arte de la limpieza de la espalda, asegúrate de tener a mano los elementos adecuados:
- Una esponja o cepillo de mango largo: Esto te ayudará a alcanzar todas las áreas de tu espalda con facilidad.
- Gel de ducha o jabón líquido: Elije un producto que se adapte a tu tipo de piel y preferencias personales.
- Toalla suave: Para secar tu espalda con delicadeza después de la ducha.
Preparación
Antes de empezar, asegúrate de mojar bien tu espalda con agua tibia. Esto abrirá los poros y facilitará la limpieza.
Limpieza en acción
- Aplica una cantidad adecuada de gel de ducha o jabón líquido en tu esponja o cepillo.
- Con movimientos suaves pero firmes, comienza a frotar tu espalda, empezando por la parte superior y trabajando hacia abajo.
- No olvides los costados de tu torso y la parte baja de la espalda, áreas que a menudo se pasan por alto.
- Presta especial atención a áreas propensas a acumular sudor, suciedad o células muertas de la piel, como la parte superior de los hombros y la zona baja de la espalda.
Enjuague y secado
Una vez que hayas cubierto toda tu espalda con el gel de ducha y te sientas satisfecho con la limpieza, enjuaga completamente con agua tibia. Asegúrate de que no quede residuo de jabón.
Después de la ducha, seca tu espalda con suavidad utilizando una toalla limpia. Presta atención a áreas donde la humedad pueda quedar atrapada, como la parte baja de la espalda y los pliegues de la piel.
Cuidado adicional
Si deseas dar un paso extra en el cuidado de tu espalda, considera exfoliarla una vez por semana para eliminar células muertas de la piel y mantenerla suave y radiante.
