Cuando hablamos del hígado, es necesario recordar que los síntomas pueden ser comunes a otras condiciones y no necesariamente indican siempre un problema hepático. La aparición de uno o más de estas señales debe impulsarte a consultar a un profesional de la salud.
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Sigue a Cromos en WhatsAppElizabeth Correa Gutiérrez, médica Internista y hepatóloga, sostiene que “resulta difícil descubrir el cáncer de hígado en sus etapas iniciales debido a que los signos y síntomas no se manifiestan hasta que la enfermedad se encuentra en sus estadios más avanzados”.
Para Correa, que atiende en la Clínica Medellín, “los tumores pequeños de hígado son difíciles de detectar mediante un examen físico. El resultado es que la mayoría de los cánceres de hígado se diagnostican en sus etapas más avanzadas”.
Más allá de su papel en la digestión y desintoxicación, este órgano alberga una serie de curiosidades que echan luces sobre su importancia en el funcionamiento del cuerpo.
La mayoría de las personas no tienen síntomas en las primeras etapas del cáncer de hígado. Cuando estos existen, normalmente en las etapas avanzadas del cáncer, estos pueden incluir:
- Pérdida de peso
- Pérdida de apetito
- Dolor en la parte alta del abdomen
- Náuseas y vómitos
- Debilidad y fatiga general
- Hinchazón abdominal
- Decoloración amarillenta de la piel y la parte blanca de los ojos (ictericia)
- Heces blancas o blanquecinas (acolia).
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El hígado y su funcionamiento: sospecha de estas señales
Fatiga Crónica: Uno de los síntomas más comunes del daño hepático es la fatiga persistente, que puede no parecer relacionada con el hígado inicialmente.
Ictericia: La coloración amarillenta de la piel y los ojos, conocida como ictericia, es un signo clásico de problemas hepáticos. Esto ocurre cuando el hígado no procesa adecuadamente la bilirrubina.
Cambios en el color de los desechos corporales: La orina oscura y las heces pálidas o arcillosas pueden ser indicadores.
Dolor abdominal y hinchazón: El dolor o la hinchazón en la parte superior derecha del abdomen, donde se ubica el hígado, puede ser una señal de alarma.
Náuseas y pérdida de apetito: Estos síntomas, especialmente cuando son persistentes, pueden ser indicativos de problemas en el hígado.
Hematomas y sangrado fácil: Si el hígado está dañado, su capacidad para producir factores de coagulación de la sangre puede verse afectada, lo que puede resultar en una tendencia a tener hematomas o sangrados fáciles.
Alteraciones en el estado mental: En casos avanzados, el daño hepático puede afectar la función cerebral, llevando a confusión o problemas de memoria.
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