Según la Real Academia Española, “la resaca es un malestar que padece al despertar quien ha bebido alcohol en exceso”.
National Institute on Alcohol Abuse and Alcoholism lo define como “se refiere a un conjunto de síntomas que ocurren como consecuencia de beber demasiado alcohol. Los síntomas característicos incluyen cansancio, debilidad, sed, dolor de cabeza, dolor muscular, náusea, dolor de estómago, vértigo, sensibilidad a la luz y al ruido, ansiedad, irritabilidad, sudor y presión arterial alta. La resaca puede variar según la persona”.
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La resaca es una señal de advertencia del cuerpo sobre los límites del consumo de alcohol. Mientras que una noche ocasional de excesos probablemente no tenga consecuencias duraderas, es importante tener en cuenta los riesgos asociados con el consumo excesivo y frecuente de alcohol.
Mantenerse bien hidratado, alternar con bebidas no alcohólicas y conocer los propios límites son prácticas clave para disfrutar de manera responsable.
Síntomas comunes de una resaca fuerte
- Dolor de cabeza: Un clásico de la resaca, el dolor de cabeza es a menudo causado por la deshidratación y la expansión de los vasos sanguíneos en el cerebro debido al alcohol.
- Náuseas y vómitos: La irritación del revestimiento del estómago, combinada con la descomposición de los subproductos del alcohol, puede provocar náuseas y, en algunos casos, vómitos.
- Fatiga y debilidad: La calidad del sueño se ve afectada por el alcohol, lo que puede resultar en fatiga y debilidad al día siguiente.
- Sensibilidad a la luz y al sonido: Los sentidos pueden volverse más sensibles, y la luz brillante o el ruido repentino pueden intensificar la incomodidad.
- Desidratación: El alcohol es un diurético, lo que significa que aumenta la producción de orina y contribuye a la deshidratación, lo que a su vez puede provocar sequedad en la boca y sed intensa.
- Problemas cognitivos: La resaca a menudo afecta la concentración y la capacidad cognitiva, lo que puede hacer que las tareas cotidianas sean más desafiantes.
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Riesgos asociados al guayabo
- Desbalance electroquímico: El consumo excesivo de alcohol puede provocar un desequilibrio en los electrolitos del cuerpo, lo que puede tener consecuencias graves, como la hiponatremia.
- Daño hepático a largo plazo: Aunque una noche de excesos no causará daño hepático significativo, el consumo excesivo y regular de alcohol a lo largo del tiempo puede tener consecuencias graves para el hígado.
- Aumento del riesgo de accidentes: La resaca puede afectar negativamente la coordinación y el tiempo de reacción, lo que aumenta el riesgo de accidentes y lesiones.
- Impacto en la salud mental: La resaca puede exacerbar los síntomas de ansiedad y depresión, y el consumo excesivo y frecuente de alcohol está vinculado a problemas de salud mental a largo plazo.
- Complicaciones cardiovasculares: El consumo excesivo de alcohol puede aumentar la presión arterial y el riesgo de enfermedades cardiovasculares.