Es crucial destacar que el consumo excesivo de alcohol es un factor de riesgo conocido para el desarrollo de enfermedades hepáticas. El hígado metaboliza el alcohol, y el abuso continuo puede llevar a la inflamación y cicatrización, provocando enfermedades como la esteatosis hepática (hígado graso), la hepatitis alcohólica y la cirrosis.
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Sigue a Cromos en WhatsAppCuidar de la salud hepática implica adoptar hábitos de vida saludables, como limitar el consumo de trago, mantener una dieta equilibrada y realizar chequeos médicos regulares. La detección temprana de señales de mal funcionamiento hepático es esencial para buscar atención médica y tomar medidas preventivas antes de que los problemas se agraven.
Un hígado sano es clave para un cuerpo saludable y una vida plena.
El hígado: estos son los síntomas de un mal funcionamiento
Fatiga persistente
La fatiga constante e inexplicada puede ser una señal temprana de problemas hepáticos. El hígado afectado puede tener dificultades para eliminar las toxinas, lo que lleva a una acumulación de sustancias nocivas en el cuerpo y, como resultado, a la fatiga persistente.
Cambios en el color de la orina
Un hígado sano contribuye a la eliminación adecuada de bilirrubina, un pigmento que da color a la orina. Cuando el hígado no funciona correctamente, la bilirrubina puede acumularse, dando como resultado orina oscura o de color amarillo intenso.
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Ictericia
La ictericia se manifiesta por la coloración amarillenta de la piel y los ojos. Esto ocurre cuando hay un exceso de bilirrubina en el torrente sanguíneo, indicando que el hígado no está procesando adecuadamente este pigmento.
Problemas digestivos
Un mal funcionamiento hepático puede afectar la producción de bilis, esencial para la digestión de grasas. Los problemas digestivos como la indigestión, la hinchazón y la intolerancia a las grasas pueden ser signos de un hígado comprometido.
Pérdida de peso inexplicada
La pérdida de peso sin una razón aparente puede estar relacionada con un mal funcionamiento hepático. La acumulación de toxinas y la disminución de la capacidad del hígado para procesar nutrientes pueden contribuir a la pérdida de peso no intencional.
Cambios en los niveles de enzimas hepáticas
Los análisis de sangre que muestran un aumento en las enzimas hepáticas, como la ALT y la AST, pueden ser indicadores de daño hepático. Estas enzimas se liberan en el torrente sanguíneo cuando las células hepáticas están dañadas o inflamadas.
Problemas con coágulos de sangre
Un hígado saludable produce proteínas necesarias para la coagulación sanguínea. Cuando hay un mal funcionamiento hepático, puede haber un desequilibrio en estos factores de coagulación, aumentando el riesgo de hematomas y sangrado anormal.
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