Ante un diagnóstico psiquiátrico en el que el profesional recomienda medicamentos, acceder a tomarlos puede llegar a ser una decisión difícil. Primero, porque implica disciplina para consumirlos a diario y poder ver resultados, pero también por la estigmatización asociada con ellos.
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Hay que reconocer que tienen una mala fama bien ganada. Durante décadas, las farmacéuticas que producen medicamentos psiquiátricos han recibido demandas por efectos secundarios.
Además, la posibilidad de generar dependencia, que hoy todavía tienen algunos de los fármacos más usados para estos diagnósticos, ha alejado a muchos de su consumo.
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Sin embargo, con el transcurrir del tiempo y los estudios científicos, han surgido efectos positivos en esta industria, y hoy la mayoría de estos tratamientos, además de efectivos, son seguros.
Así lo demostró un estudio publicado en 2018 en la revista médica The Lancet, en el que analizaron a más de 116.000 usuarios de los 21 fármacos antidepresivos más comunes, y los resultados reportaron una alta eficacia y aceptabilidad de los medicamentos.
Pese a que para muchos pacientes psiquiátricos los tratamientos con fármacos son una buena opción y logran mejorar su calidad de vida, hay un porcentaje de personas que el Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud sitúa entre un 20 y un 30 % que no logran mejoría de sus síntomas con la medicación y las terapias tradicionales.
Frente a este escenario, algunos expertos han iniciado estudios en terapias alternativas, y hay un campo en especial que parece destacarse en esta búsqueda: el uso de psicodélicos.
Encuentra mañana la segunda entrega del texto ¿Los psicodélicos funcionan para tratar trastornos mentales? en Cromos.
