A pesar de que para muchos pacientes psiquiátricos los tratamientos con fármacos son una buena opción y logran mejorar su calidad de vida, hay un porcentaje de personas que el Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud sitúa entre un 20 y un 30 % que no logran mejoría de sus síntomas con la medicación y las terapias tradicionales.
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Sigue a Cromos en WhatsAppFrente a este escenario, algunos expertos han iniciado estudios en terapias alternativas, y hay un campo en especial que parece destacarse en esta búsqueda: el uso de psicodélicos.
Aunque la guerra contra las drogas ha sido una piedra en el zapato para profundizar en estas sustancias, hoy es un campo que se está abriendo camino en la investigación, con prometedores resultados obtenidos en recientes estudios que han obligado al mundo de la ciencia y de la salud a volver la mirada sobre ellas.
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Yira Martínez Jiménez, médica psiquiatra de la Universidad Nacional de Colombia, explica que bebidas como el yage o la ayahuasca, usadas ancestralmente por comunidades indígenas en Colombia y otros países latinoamericanos, han revelado un potencial efecto terapéutico ante algunos trastornos de la salud mental.
Pero son el LSD y la psilocibina los que cuentan con más evidencia científica para lidiar con estas condiciones. Ambas sustancias se encuentran en hongos y, por ahora, es la psilocibina la que lidera los estudios. Por ejemplo, el Centro Johns Hopkins para la Investigación Psicodélica y de la Conciencia tiene por lo menos seis ensayos activos con esta sustancia, buscando alternativas para tratar condiciones como la depresión, la ansiedad, la anorexia nerviosa, el alzhéimer y algunas adicciones.
La psiquiatra Martínez cuenta que la psilocibina a nivel neurocognitivo parece tener la posibilidad de remover o desestructurar creencias y evaluaciones negativas que tienen las personas, lo que podría modificar patrones de pensamiento, respuestas emocionales y conductas previas que han generado sufrimiento.
Además, a nivel psicológico, el uso de psicodélicos puede generar episodios de tipo místico y de autotranscendencia, que la mayoría de los pacientes califican como una de las experiencias más significativas de sus vidas.
“Sin embargo, aún hay varios aspectos inciertos sobre la forma en la que actúan estas sustancias y consideran que su eficacia terapéutica necesita más investigaciones para tener resultados concluyentes”, advierte.
Colombia: la biodiversidad perfecta, pero las condiciones sociales y legales equivocadas
El Instituto Humboldt estima que Colombia cuenta con más de 7.000 especies de hongos, y muchos de ellos contienen psilocibina. Aunque podrían ser candidatos para ser usados en estudios y en tratamientos para mejorar síntomas de trastornos mentales, existe un bache legal que dificulta esos procesos.
El país prohíbe portar psilocibina pura, en cápsulas o cristales, pero no existe ninguna restricción para el porte de los hongos que la contienen. “Además, en Colombia no disponemos de respaldo clínico formal ni legal que permita el uso de esas terapias en la población en general. Quizá, como ha ocurrido con otras moléculas en el pasado, sea cuestión de tiempo y dentro de poco podamos empezar a implementarlas”, señala la psiquiatra Martínez.
La experta asegura que algunas personas de manera voluntaria consumen o contemplan consumir psicodélicos con intención sanadora o en busca de alivio de algún sufrimiento emocional o psíquico, aun por fuera de las prescripciones médicas usuales.
“En ese caso, la recomendación es tomar siempre decisiones informadas y tener precauciones para reducir los potenciales riesgos asociados, así como evaluar las propias circunstancias a nivel físico y mental, que pudieran condicionar algún desenlace no deseado al consumir psicodélicos”, afirma.
La médica hace esta aclaración porque, al igual que los fármacos tradicionales, estas terapias experimentales tienen algunos riesgos, como efectos alucinógenos intensos, desagradables y prolongados, experiencias sensoriales aterradoras, sensación de pánico, paranoia y psicosis, y lo que podría ser una experiencia sanadora, bajo las circunstancias inadecuadas, terminaría empeorando el problema.