Aunque no está reconocida como fobia en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, algunas personas experimentan una intensa incomodidad, ansiedad o repulsión al exponerse a este tipo de imágenes. La tripofobia puede manifestarse al observar objetos cotidianos como panales, hongos, semillas o incluso la piel humana.
Los expertos sugieren que esta aversión visual puede estar relacionada con la evolución humana, ya que ciertos patrones visuales podrían haber sido asociados con peligros potenciales en el entorno ancestral, como la presencia de parásitos o enfermedades de la piel. Sin embargo, se necesita más investigación para comprender completamente las causas de la tripofobia.

La tripofobia es un fenómeno que se caracteriza por el miedo o la aversión a patrones visuales específicos, como agujeros pequeños, protuberancias o grupos de círculos.
Las causas de la tripofobia
Las causas exactas de la tripofobia no están completamente claras, y se han propuesto varias teorías para explicar este fenómeno. Algunas de las posibles causas incluyen:
Evolución evolutiva
Una teoría propone que los humanos han evolucionado para tener miedo de ciertos patrones visuales, ya que estos podrían indicar peligros potenciales en el entorno ancestral, como la presencia de parásitos o enfermedades.
Miedo a los parásitos
La tripofobia podría estar relacionada con el miedo a los parásitos o a las infecciones, ya que sus patrones visuales pueden parecerse a los parásitos o las enfermedades.
Semejanza con animales venenosos
Algunas personas la experimentan debido a la semejanza de los patrones visuales con animales venenosos, como serpientes.
Aposematismo
Otra teoría sugiere que la tripofobia es una respuesta evolutiva al aposematismo, es decir, la tendencia de algunos animales para imitar aspectos de otros especies. En este caso, los humanos podrían haber evolucionado para tener miedo de ciertos patrones visuales que se asemejan a los de otros animales.
¿Y el tratamiento?
En cuanto al tratamiento, al igual que con otras fobias, la tripofobia puede abordarse a través de enfoques terapéuticos como la desensibilización sistemática y la terapia cognitivo-conductual. Estos enfoques buscan reducir la ansiedad y la incomodidad asociadas con la exposición a los estímulos desencadenantes, ayudando a la persona a desarrollar estrategias para manejar su reacción emocional.

