Las cosquillas siempre han causado inquietud entre las personas, pues es una reacción del cuerpo ante un tipo de contacto con otra persona.
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Un estudio reciente en España decidió analizar por qué cuando nos hacemos cosquillas a nosotros mismos no nos produce la misma sensación que cuando alguien más lo realiza.
¿Qué son las cosquillas?
Según la Real Academia Española, las cosquillas son la respuesta a una excitación nerviosa acompañada de risa involuntaria, y esta se experimenta en algunas zonas del cuerpo, especialmente en los pies.
El estudio anteriormente mencionado fue realizado por los neurocientíficos de la Universidad Humboldt de Berlín quienes descubrieron que las ratas se comportan de una manera similar a los humanos cada que les hacen cosquillas.

Las cosquillas contribuyen a tener una sensación de liberación y bienestar, después de soltar la risa y la tensión que se genera.
Lo que vieron fue que una vez los científicos les hacían cosquillas a las ratas, estas se movían y emitían un sonido, mientras que cuando se acariciaban ellas mismas, no ocurría ninguna reacción.
“De este modo, como la respuesta humana a las cosquillas es muy similar, quiere decir que nosotros tampoco asociamos ningún autocontacto con la sensación de cosquilleo, por lo que no tenemos la misma reacción que cuando alguien nos hace cosquillas en los pies”, destacó el medio El Español sobre los resultados del mismo.
Teniendo en cuenta ello “aunque nos hagamos cosquillas a nosotros mismos, el cerebro interpreta el autotacto como no amenazante. Así, puesto que no somos una amenaza para nosotros mismos, para que las cosquillas sean efectivas debe haber una mezcla de nervios y cosquillas”.
En el experimento, las ratas se mostraron quietas pero tensionadas cuando les hacían cosquillas, teniendo también un comportamiento similar con los niños. “Mientras sus risas indican diversión, al mismo tiempo no pueden soportar la sensación y tratan de escapar”.
La acción se debe a que las cosquillas también se asocian con un “ataque”, aunque simulado y amistoso. Según el estudio “el cosquilleo nos hace sentir lujuria y dolor al mismo tiempo, lo que conduce a la tensión que es liberada a través de una risa incontrolable”.
Sobre por qué nos reímos cada que nos hacen excitan con movimientos así es porque “tan pronto como el cerebro reconoce que el ataque de cosquillas no es una verdadera amenaza, liberamos la tensión provocada por esta acción a través de la risa. La risa es, por tanto, un alivio natural del estrés que ayuda a restablecer el equilibrio”.
