Aunque no es grave, puede resultar molesta por su aspecto, especialmente durante el verano, cuando la piel queda más expuesta. Este trastorno ocurre cuando las células muertas de la piel obstruyen los folículos pilosos, generando una textura áspera similar al papel de lija o a la piel de gallina permanente.
La Academia Americana de Dermatología (AAD) señala que la QP afecta a más del 60% de los adolescentes y al 40% de los adultos, siendo más frecuente en mujeres. Suele aparecer antes de los 10 años y puede empeorar durante la pubertad; en algunos casos mejora o desaparece con la edad. También está asociada a condiciones como piel seca, dermatitis atópica, y asma.

Los granitos en los brazos, aunque no sean algo perjudicial para la salud puede llegar a ser molesto.
Recomendaciones para el cuidado de la Queratosis pilaris
Aunque no existe una cura definitiva para la QP, ciertos hábitos y productos pueden mejorar su aspecto y reducir la aspereza. La AAD recomienda las siguientes prácticas:
Higiene adecuada:
- Optar por duchas cortas con agua tibia, ya que el agua caliente puede resecar e irritar la piel.
- Usar limpiadores corporales suaves y sin fragancia, preferiblemente libres de jabón, para evitar irritaciones.
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Hidratación intensiva:
- Aplicar cremas o pomadas con ingredientes como urea o ácido láctico inmediatamente después de la ducha, mientras la piel aún está húmeda.
- Usar un humidificador en ambientes secos para potenciar la hidratación de la piel.
- Repetir la aplicación de la crema hidratante 2-3 veces al día si se percibe sequedad.
Evitar prácticas que empeoren la QP:
- No depilarse con cuchilla o cera, ya que estas prácticas pueden agravar la condición. Optar por métodos menos agresivos, como maquinillas de una sola hoja.
- Evitar los autobronceadores, que tienden a resecar la piel.
Tratamientos dermatológicos y personalizados
Si la rutina básica no mejora la piel, es recomendable acudir a un dermatólogo para explorar tratamientos más avanzados. Entre las opciones están:
- Exfoliaciones químicas: Utilización de ácidos como el glicólico o salicílico en mayores concentraciones.
- Microdermoabrasión y peelings: Procedimientos que ayudan a eliminar las células muertas acumuladas.
- Terapias con láser y luz pulsada: Aunque pueden reducir la pigmentación o el enrojecimiento, su eficacia no abarca todos los síntomas de la QP.
Un estudio reciente del Departamento de Dermatología del Centro Médico de las Fuerzas Armadas de Pekín evaluó el uso de altas concentraciones de ácido glicólico (50-70%) durante 80 días en pacientes con QP grave. Aunque el 44% de los participantes mostró una mejora significativa en la textura de la piel, los efectos desaparecieron al suspender el tratamiento, lo que evidencia la naturaleza crónica y resistente de la QP.
La queratosis pilar tiene un componente hereditario, por lo que el riesgo de desarrollarla aumenta si hay antecedentes familiares. Aunque no representa un problema de salud, puede afectar psicológicamente a quienes la padecen, especialmente en los casos más visibles. Sin embargo, es crucial entender que se trata de una condición benigna y manejable con los cuidados adecuados.
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La queratosis pilar se puede controlar con constancia y paciencia. Es fundamental buscar la asesoría de un dermatólogo, quien podrá recomendar tratamientos personalizados y procedimientos especializados.

