La clase

La clase

Indiferente a los efectismos de Hollywood y, en general, al cine de crispetas, Laurent Cantet recrea la atmósfera de una escuela parisina en sus más íntimos detalles. Y nos ofrece, además, suficiente tiempo para que nos percatemos de los conflictos que allí se desarrollan, tanto entre los alumnos como entre alumnos y profesores.

El protagonista es François Bégaudeau, un ex profesor de escuela secundaria y autor del libro en el que se basa la película, quien hace las veces de él mismo enfrentado al estudiantado en un año de clases en una escuela pública. Y lo que nos muestra, más que una trama contundente, es la descripción de los miembros de un salón de clases, todos culturalmente tan disímiles entre sí, que al profesor le toca dar cátedra como pisando huevos, para no herir susceptibilidades.

Filmada en el estilo del documental, La clase se concentra en lo que sucede en la escuela de puertas para adentro, en el salón, pero también en los pasillos y en el patio de recreo, y progresa en la medida en que progresan (o retroceden) sus personajes, conforme aceptan desnudar algo de su personalidad, de sus ansias, de sus proyectos de vida en edades que oscilan entre los 14 y los 16 años.

El resultado es un reflejo muy verosímil de la Francia moderna, o mejor, de la juventud a la que tiene que enfrentarse el país en la actualidad, una juventud en medio de la cual los inmigrantes forman una parte esencial de los nuevos tiempos.

Pero, cuidado. No se trata simplemente de una cinta de alumnos rebeldes que en la última escena terminan aplaudiendo al profesor, como suele hacer Hollywood. Es más bien la reproducción de lo que muy posiblemente sucede a diario en los salones de clase quizás sin que los padres se den cuenta. Su honestidad la hizo merecedora de la Palma de Oro en Cannes el año pasado.

Dirección: Laurent Cantet

Guion: François Bégaudeau

Reparto: François Bégaudeau, Nassim Amrabt, Laura Baquela