Machismo de la A a la Z

La Real Academia Española incluyó en el diccionario la palabra feminicidio, pero fue solo una palmadita en el hombro.

Por Camila Builes - @CamilaLaBuiles

28 de marzo de 2017

Machismo de la A a la Z
Mujer mirando la pantalla de un computador

Mujer mirando la pantalla de un computador

 

En el 2014, el diccionario de la Real Academia Española (RAE) sacó su edición actualizada. La Academia incluyó casi cinco mil términos nuevos, entre los que se destacaban bótox, cameo, dron y pilates. La palabra más importante fue feminicidio, ya que representó un triunfo para la mujer –aunque fuera corto, aunque fuera chico–, después de una lucha de más de veinte años. La iniciativa fue impulsada por la antropóloga mexicana Marcela Lagarde, quien tradujo el término de la obra de Diana Russell y Jill Radford: Femicide: The Politics of Woman Killing (Femicidio: La política del asesinato de las mujeres)

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El libro, que se publicó en 1992 en Estados Unidos, por primera vez puso sobre el papel una palabra que se refería al asesinato de una mujer solo por su género. Según Lagarde, “Femicidio –que es la palabra original del título– no incluye el análisis de la construcción social de la violencia y tampoco el papel del Estado, por la particular perspectiva anarquista de las autoras. El feminicidio, en cambio, pondera la responsabilidad del Estado y plantea, como en toda violencia contra las mujeres, la necesidad de una política para erradicarla”. 

 


Ese año, la entrada al diccionario de la RAE causó emoción en algunos grupos académicos feministas. Para Fabiana Tuñez, presidenta de la Asociación Civil La Casa del Encuentro, en Argentina, esa inclusión fue para celebrar. “Es un avance que una terminología creada y definida dentro del feminismo académico esté incluida en el diccionario. Implica el reconocimiento a una forma política de entender la violencia de género, y visibilizarla en el idioma nos parece importante”. 

 


Pero no se ilusionen. A pesar de que la Academia decidió incluir esta palabra, los significados de hombre, mujer y sexo son iguales a los de la edición de 1956. En la palabra mujer, por ejemplo, el diccionario hace algunas precisiones sobres término. Una de ellas es 'mujer pública' que, según la RAE, significa prostituta. Mientras tanto, 'hombre público' denota “hombre que tiene presencia e influjo en la vida social”. 'Sexo débil' es lo mismo que "conjunto de las mujeres" y 'sexo fuerte' es conjunto de los hombres. 

 


Cleóbulo Sabogal, secretario de la comisión del vocabulario técnico de la Academia Colombiana de la Lengua, cuenta que los significados que aparecen en el diccionario de la RAE tienen que ver con el uso del lenguaje en la sociedad. “El lenguaje es machista porque la sociedad lo es. Así como las palabras no brotan de manera espontánea de los diccionarios, tampoco los significados brotan por arte de magia”. Pero Mar Esquembre, miembro de la Red Feminista de Derecho Constitucional en España, no está tan de acuerdo: “Ahora mismo no creo que alguien utilice la expresión 'pública' para referirse a una prostituta. El diccionario debería aclarar que la palabra está en desuso”.

 

 

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En la definición de la anterior edición del diccionario, el verbo 'afeminar' se definía como “hacer que un hombre pierda la energía atribuida a su condición viril; inclinarse a que en sus modales y acciones o en el adorno se parezca a las mujeres”. En la nueva edición ha cambiado ligeramente para quedar de la siguiente manera: “Hacer que un hombre adquiera características propias de las mujeres, especialmente en el aspecto o el comportamiento”. Se nota un ligero cambio. En la anterior definición quedaba bastante claro que afeminar era algo intrínsecamente malo. 

 


La culpa es de la literatura y el periodismo. “En la Academia tienen al Búho, un programa de computador que lee día y noche publicaciones periódicas y literatura –cuenta Sabogal–. El programa registra los usos que se les dan a las palabras en ciertos contextos y capta los significados más empleados para esas palabras”. Las mujeres estamos en desventaja: la producción literaria y periodística de los hombres sobrepasa por mucho la de las mujeres, así que las definiciones que recoge el diccionario han sido creadas, en su mayoría, por hombres. 

 


La respuesta de la RAE es que el Búho “no siempre puede atender a algunas propuestas de supresión, pues los sentidos implicados han estado hasta hace poco o siguen estando perfectamente vigentes en la comunidad social”. ¿Hasta hace poco? ¿En serio? En el Diccionario de Autoridades, de 1726, uno de los significados de mujer dice: “A la mujer loca, más le agrada el panadero que la toca”. Censura en la mujer el afán inmoderado de divertirse. Entonces, ¿no ha cambiado en nada esta definición?, ¿seguimos siendo un animal que el hombre censura o doma? 

 


¿Cómo cambiar los significados?

 


Durante los 19 años que Cleóbulo Sabogal lleva en la institución, no se ha presentado ninguna enmienda y esta es la institución que tiene el contacto directo. Además, según Sabogal: “La Real Academia tiene un correo específico para recibir todo ese tipo de propuestas, de enmiendas”. 

 


La opción es presentar una enmienda oficial ante la Academia Colombiana de la Lengua con mínimo mil firmas para que ellos la pasen a España. En la página change.org este año se postuló “RAE: la mujer no es el sexo débil #Yonosoyelsexodébil”, que ha recogido hasta ahora 99.631 firmas. No es muy fácil que cambien los significados, Sabogal cuenta que, en la RAE, los encuentros para cambiar el sentido de una palabra o para agregar términos pueden durar semanas. Como un cónclave: cerrados y misteriosos, llenos de ancianos y sin presencia femenina. 
 

 

Foto: Nelson Sierra 

Por Camila Builes - @CamilaLaBuiles

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