María Ángela Holguín: "La capacidad de transformar y lograr consensos es muy gratificante"

Casa Ensamble fue el escenario propicio para que seis mujeres con cargos diplomáticos compartieran con los asistentes sus experiencias y percepción del cambio que está ocurriendo en cuanto a la paridad de género, a pesar de ir muy lento. ¿Qué dijeron?

Por Redacción Cromos

18 de julio de 2019

Izq - der: Lucy Duncan, Jessica Faieta, Ana Güezmes García, Alejandra Borrero, María Ángela Holguín, María Gabriela Vieira y Patricia Llombart.

Izq - der: Lucy Duncan, Jessica Faieta, Ana Güezmes García, Alejandra Borrero, María Ángela Holguín, María Gabriela Vieira y Patricia Llombart.

Los progresos con la mujer son más notables hoy en día. En un resumen rápido el primero comenzó en Nueva Zelanda y Australia, a comienzos del siglo XX, donde las mujeres obtuvieron el derecho a votar. El segundo fue la entrada masiva a la educación y con esta, en profesiones que estaban prohibidas como la medicina, la diplomacia y las modernas ingenierías.

Hasta los años 70, en muchos países, las mujeres en cargos diplomáticos no podían casarse, y si lo hacían debían renunciar a su cargo, en cambio hoy muchos países están desarrollando política de exterior con igualdad de género, porque se necesita: solo 1 de cada 5 parlamentarios en el mundo son mujeres, 1 de cada 3 mujeres ha sufrido o sufre violencia por razones de género, ganamos menos dinero por el mismo trabajo y trabajamos 2 a 5 veces más que los hombres, por dar algunos ejemplos.

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En un estudio que realizó la Universidad de Gotemburgo en el año 2015, año en el que se acordaron los objetivos de desarrollo sostenible en la ONU, solo el 15% de las embajadoras en el mundo eran mujeres, de ese en América Latina la representación era del 8% y Colombia sobresalía en ese momento con una tasa del 28%. ¿Por qué Colombia ha sido pionera en la diplomacia de las mujeres? En la actualidad, de las 37 embajadas que tiene Colombia en el mundo el 40% están a cargo de las mujeres. En el caso contrario cuando hablamos de las embajadas que están en Colombia, de 64 solo 27 son embajadoras mujeres.

En este conversatorio de “Mujeres que inspiran mujeres” organizado por la actriz y activista por los derechos de las mujeres Alejandra Borrero, Lucy Duncan, Embajadora de Nueva Zelanda, Patricia Llombart, Embajadora de la Unión Europea, María Gabriela Vieira Soares de Albergaria, Embajadora de Portugal, María Ángela Holguín Cuéllar, Exministra de Relaciones Exteriores y Jessica Faieta, Directora del PNUD para America Latina y el Caribe, bajo la moderación de Ana Güezmes García, Representante de ONU Mujeres, revelaron sus experiencias y aprendizajes en torno al empoderamiento, liderazgo y no discriminación:

María Ángela Holguín – Exministra de Relaciones Exteriores de Colombia

Cuando uno entra al mundo de la diplomacia es como cuando uno llega a un rodadero y no tiene de otra que ir hasta el final. Es una decisión grande, mucha gente no se da cuenta de lo trascendental que es porque en la mayoría de los casos no hay marido, ni hijos que acompañen, simplemente no quieren moverse como se mueve un diplomático, así que se lleva una vida relativamente sola, pero al mismo tiempo se toma esa decisión por querer mostrar al país. 

En mi caso personal siento un amor muy profundo por Colombia, por mostrar lo que somos, la potencialidad que tenemos. Colombia es un país extraordinario, desafortunadamente por la violencia y el narcotráfico, nosotros nos hemos dado muy duro, pero cuando uno viaja, compara y se da cuenta de la maravilla de país, continúa inspirado y a mostrando al mundo lo que tenemos.

¿Qué cambió? Uno se dedica las 24 horas del día a eso. Mi hijo ha compartido mi estilo de vida y muchas veces me decía: “mamá, ¿tú crees que eso se justifica?”, al estar 24 horas sobre 24 en una embajada o la cancillería, todo se justifica y para uno de mujer demostrar que tiene capacidad, que puede transformar, que puede lograr consensos, que tiene unos objetivos de querer negociar, que todos podamos estar bajo el mismo techo y que todos podemos lograr que las comunidades de este país sean distintas, eso realmente es muy gratificante y fue lo que realmente me movió en estos 8 años. Si me tocara volver a empezar, volvería a lanzarme por el rodadero.

Patricia Llombart – Embajadora de la Unión Europea

Más que cambiar, he ido evolucionando como persona. Yo quería viajar, estar en el mundo, conocer, y poco a poco fui entrando en la diplomacia. Tuve la gran oportunidad de que la vida me llevara aquí a donde estoy y en poner mi esfuerzo a los asuntos europeos, hoy somos 28 países que salimos de dos guerras tremendas y que hoy trabajamos y contribuimos a la paz y la estabilidad del mundo y me parece un proyecto fantástico. 

Relacionado en el tema de equidad de género, en lo que he ido evolucionando es en tomar consciencia de la situación de las mujeres presentada en la diplomacia y en la sociedad. Las mujeres enfrentaban más retos y debían hacer más sacrificios para llegar a donde querían llegar, mientras que yo tuve la suerte de crecer en una familia donde no hacían excesivas diferencias entre mis hermanos y yo. 

Entré a la Universidad pensando que era bastante normal, porque los hombres como las mujeres tenemos las mismas condiciones, pero en medio de mi juventud tuve que tomar esa consciencia, ganar confianza en mis competencias, habilidades y atreverme a hacer cosas por primera vez, combinados a estos dos moverme al activismo, acompañar este camino que es la equidad de género en la diplomacia y en la sociedad.

 


María Gabriela Vieira – Embajadora de Portugal en Colombia

Con respecto a los estereotipos de las mujeres y las emocionales, la debilidad no son tan cierto. Esa emocionalidad que las mujeres tenemos en un grado un poco superior a los hombres nos confiere o por lo menos a mí, una sensibilidad distinta que me permitió distinguirme sobre los demás. Creo que lo importante es utilizar esas características femeninas para enriquecer nuestro desempeño laboral. Una mujer tiene por naturaleza una capacidad mucho más amplia, comparada con los hombres, de escuchar y eso da más entendimiento, abertura y percepción desde todos los puntos de vista. Además que nos permite alcanzar consensos y construir puentes mucho más rápidos que los hombres. Todos esos estereotipos podemos utilizarlos como una ventaja, porque constituyen una riqueza que como mujeres debemos valorizar.

Lucy Duncan – Embajadora de Nueva Zelanda en Colombia 

En mi experiencia estos son los estereotipos que existen en la mayoría de las profesiones. La diplomacia no es una excepción, esto significa que las mujeres diplomáticas compartimos un desafío en común con otras mujeres. En los primeros años de mi carrera decidí volverme una experta en temas importantes para Nueva Zelanda, que eran de dominio de hombres diplomáticos como desarme nuclear y control de armas. Me di a conocer como una negociadora audaz en la conferencia de desarme de Ginebra en la década de los 90. 

Mirando hacia atrás recuerdo haber desafiado este estereotipo de que las mujeres son demasiado débiles y emocionales, pero más adelante en mi carrera me he sentido cómoda siendo quién soy, tan fuerte como un ex combatiente de la guerra fría. Los líderes que no pueden demostrar sus emociones son menos efectivos y están en desventaja cuando se trata de motivar e inspirar a sus equipos.

Jessica Faieta – Representante del PNUD en Colombia 

Yo pertenezco a una generación de la ONU, pero sobre todo en el PNUD, donde se toma una decisión de empezar a hacer paridad de género en la organización, esto fue hace 28 años. Al principio entramos 50% mujeres jóvenes, pero quedó visiblemente en el camino que, si bien teníamos diferentes aspiraciones y deseos de trabajar en las condiciones de los países en crisis o en guerra, estas se iban perdiendo a lo largo de la carrera porque también muchas querían formar familia, tener hijos y no había facilidades laborales. En ese sentido, es cierto lo que dice María Ángela al respecto de que las mujeres están más dispuestas en seguir y viajar con los hombres, pero los hombres no con sus esposas diplomáticas. La ONU tuvo que cambiar esta paridad, se ha hecho mucho, pero aún falta. 

La ONU tiene 70 años, y en la última elección de secretario general, se hizo un esfuerzo muy grande porque quedara una mujer en el cargo y no se pudo porque nuestra organización también refleja al mundo actual. El 85% de los embajadores son hombres, y también en el consejo de seguridad. 

Ahora, el secretario general se comprometió de tener una paridad de género y pudo establecer el 50% de las mujeres en cargos altos, pero eso no quita lo mucho que hay que hacer para retener a las mujeres, sobre todo a las jóvenes que también tienen aspiraciones de tener familia, una carrera, una pareja y son limitaciones con las que vivimos. Si bien nuestro trabajo es enriquecedor, por muchas razones, también nos forza a tomar decisiones donde pesa más la familia, el lado personal y a también hacer sacrificios cuando tomamos decisiones no en pro de la familia. Sí, queremos ser una inspiración al mundo de ser una organización que hace lo que predica, pero todavía reflejamos lo que es el mundo y tenemos nuestros propios retos. 

Por Redacción Cromos

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