María Nela Sinisterra, un viaje le cambió la vida

Historia de una modelo de Buenaventura quien decidió buscar suerte en Buenos Aires. Obnubiló a los argentinos con su espectacular cuerpo en la portada de Playboy.

Por Redacción Cromos

24 de septiembre de 2010

María Nela Sinisterra, un viaje le cambió la vida
María Nela Sinisterra, un viaje le cambió la vida

María Nela Sinisterra, un viaje le cambió la vida

En la época colonial, en el territorio que hoy es la República Argentina, uno de cada tres habitantes era negro. Después de la independencia, las consecuencias de la esclavitud, la marginación y las guerras fueron mermando significativamente la población afrodescendiente. La historia oficial argentina niega las raíces, pero a pesar de las adversidades, la comunidad negra se mantuvo y ahora se ve potenciada por las corrientes migratorias africanas y de otros países latinoamericanos. Una colombiana que trepó peldaño tras peldaño se acaba de imponer como una de las bellezas que deleitan los ojos de los argentinos. Su éxito es un emergente del resurgimiento afro que se vive en territorio gaucho. Desde su Buenaventura natal, hasta su éxito en la Argentina, adonde llegó en 2008, una mujer vallecaucana recorrió un intenso camino y acaba de dar el salto al podio de las más deseadas del Cono Sur.

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Así como los creativos de Disney, bajo el influjo de la obamamanía, crearon por primera vez una protagonista negra en La Princesa y el Sapo, la versión argentina de Playboy consagró en su tapa de agosto a una chica negra que generó una repercusión que se expande alrededor del globo con la inmediatez de internet. Señoras y señores, presentamos a la chica a la que la capital colombiana le dio la espalda cuando quiso representar la belleza local en Cartagena. Sí, estamos hablando de María Nela Sinisterra, que a sus 27 años está pasando por su mejor momento. Con su elegancia sensual busca conquistar las pampas. Y sin perder en ningún momento la humildad y la espontaneidad.

En exclusiva, CROMOS realizó con la modelo y actriz una producción de fotos plenas de insinuación y glamur. La intensa sesión fue encabezada por el experto fotógrafo Eduardo Fabián Miller y se realizó en el lujoso hotel alojamiento General Paz. Desde el primer segundo, María Nela demostró sin atenuantes su ductilidad y predisposición al trabajo. Al instante explotó en seducción ni bien el fotógrafo comenzó a disparar. Cuando terminó la sesión, hasta se animó a dar unas clases de salsa a los presentes. Cuesta creer que en 2005 no le hayan permitido competir representando a Bogotá para ser la Señorita Colombia. Aunque la eligieron virreina y la que había ganado el reinado de la capital fue descalificada por posar desnuda, a ella tampoco le permitieron disputar en el terreno nacional.

De todos modos, para Sinisterra, los concursos de belleza quedaron atrás. “No sé si ya pasó el reinado, yo me desvinculé totalmente de eso”. Considera que estas competencias y sus rígidas normas son algo anticuados. “¡Quieren a las chicas cuasivírgenes!”, se burla. Su reinado frustrado trae a la memoria del cronista la historia de Angie Sanclemente Valencia, otra belleza colombiana que recayó en Argentina. Los lectores recordarán que la modelo se encuentra presa acusada dirigir una red de narcotráfico basada en Buenos Aires. María Nela no duda: piensa que Angie fue engañada. “Ella no es la responsable, su novio o alguien la enganchó en esto y ella es el chivo expiatorio. Así suele ocurrir. Muchos narcos quieren estar con las reinas de la belleza. Yo misma actué en ese papel en la telenovela El cartel de los sapos, en la televisión colombiana”.

Rumbo definido

Sinisterra no quiere vivir más entre la fantasía y las apariencias. Hace poco, estuvo a punto de casarse con un empresario colombiano con el que fueron novios durante cinco años y medio. Ya habían preparado la fiesta y había decidido regresar a Bogotá. Sin embargo, Facebook, señal de los tiempos, destruyó la confianza. Un amigo del pretendiente publicó unas fotos de una fiesta en su finca de Colombia. El hombre estaba en líos: en las imágenes que recorrieron el ciberespacio, aparecía bailando pegadito y abrazado a otra mujer, también joven, negra y bonita. Así las cosas, el proyecto de matrimonio se hizo trizas y ella lo mando al mismísimo demonio. El engañador la persiguió un tiempo, pero ya se lo sacó de encima. Más tarde, María Nela intentó una relación con el periodista televisivo Pablo Duggan, pero no funcionó. Aunque dice estar soltera, durante la entrevista y la sesión de fotos, alguien a quien ella le dice “lindo” la llama en un par de oportunidades. Parece mentira, pero parece que el tipo no quiere nada serio. “Los hombres ya no quieren comprometerse”, se lamenta.

Tal vez por tener el corazón roto, afirma no tener sueños, sino metas. “Disfruto todo lo que hago, como la actuación y el modelaje. Mi meta es llegar a ser una muy buena conductora de televisión. Los sueños son las cosas que ya sabes que nunca vas a lograr. Entonces siempre me pongo metas en la vida. Mi meta era irme a vivir a Buenos Aires y que me pagaran todo, y me pasó, cuando gracias a mi agencia Stock Models vine a trabajar para Telemedia, haciendo un programa de Call TV para mi país”, rememora. “Mi siguiente paso es trabajar en algo que no sea el espectáculo, que sea algo más allá. Me encantaría presentar noticias o documentales, hacer un programa viajando por todo el país, mostrando la realidad social y ambiental de la Argentina”, se ilusiona, añorando los años en los que trabajó como conductora de Fluye Bogotá, el programa televisivo de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado durante la alcaldía de Luis Eduardo Garzón. Cuando se le acabó ese trabajo, decidió probar suerte en el sur.

Por recomendación de su fiel maquillador, Martín Blanco, con quien comparte un apartamento en Las Cañitas, un barrio de moda de Buenos Aires, se abrió paso para llegar al staff de mujeres más codiciadas de la televisión argentina, las secretarias de Gerardo Sofovich, en el programa de concursos La noche del domingo.

Sofovich, de 73 años, es una suerte de patriarca en el espectáculo argentino. Tiene dos apodos: El Ruso y El Padrino. Desde la década de los sesenta hace prósperos negocios con sus producciones y se muestra rodeado de mujeres bellísimas tanto en películas picarescas como en obras de teatro de revistas y programas televisivos, que son clásicos en el imaginario popular. En los años noventa estuvo a cargo del canal estatal y fue acusado de corrupción, aunque finalmente fue sobreseído. Es de esas personas que absolutamente toda la población conoce.

En La noche del domingo, María Nela ingresó como una de las tantas asistentes de Sofovich que conduce con severidad el programa de concursos y usa a las esculturales jóvenes para que sonrían fugazmente o muestren al pasar algún fragmento semierótico de baile. María Nela ganó terreno al tirar la bocha de bowling en uno de los tanto juegos en los que participan los televidentes. La muchacha fue ganando lugar y minutos de aire, lo cual no es menor teniendo en cuenta que el programa alcanzó este año picos que superaron el millón de televidentes. En la emisión del programa del domingo 22 de agosto, apareció vestida con una ropa distinta a las demás chicas. En este caso, le tocó cortar la manzana en otra de las competencias en las que interactúa con los concursantes que participan por teléfono.

Sofovich es una persona muy inteligente, con un innegable conocimiento sobre los gustos populares. En el ambiente se corre el mito de que pese a ser cojo y poco agraciado ha logrado intimar con la mayoría de las mujeres con las que se ha mostrado a lo largo del tiempo. Su divorcio de Sofía Oleksak, una atractiva morocha que actualmente tiene 35 años, fue escandaloso, con una disputa mediática y legal por un millonario monto que incluyó hasta afiches anónimos difamatorios sobre el pasado de Oleksak. Como quiera que sea, todas las chicas que quieren ser populares y deseadas saben que mostrarse al lado de Gerardo Sofovich es un buen punto de partida para triunfar.

Desde ese lugar, Sinisterra aprovecha cada minuto para mostrar sensualidad y simpatía. Cuando habla del conductor, lo hace con respeto y lo llama “Don Gerardo” o “mi jefe”. “Mi maquillador me presentó a mi jefe, don Gerardo Sofovich. He tenido una buena experiencia con él, la paso bien, tanto con mis compañeros como con él. Es muy estricto: exige un buen trabajo. Y tiene razón”, se admira. Gracias al presentador, presentó la lotería en el canal Gambling TV y participó de la obra Gracias a la Villa, en la temporada teatral de Villa Carlos Paz, la ciudad cordobesa donde el mundo del espectáculo argentino define las tendencias para los próximos años.“Me dio muchas oportunidades”, reconoce. Esto no es común en un ámbito donde predominan los golpes bajos y las competencias feroces entre las más lindas mujeres.

Ni bien llegó al país, Sinisterra conoció la ferocidad del medio local. La hipersexual modelo Natasha Jaitt declaró a la prensa del corazón que era novia de la colombiana. Las fantasías se propagaron exponencialmente. Ella no se enoja cuando se lo preguntan. “Coincidimos con ella en varios eventos, y ella es clienta de mi maquillador, entonces salimos un par de veces. Ella, como maneja una prensa totalmente diferente, quiso enredarme. Yo estaba recién llegada y me llamaron de varios programas. Por supuesto que no fui: no tenía que desmentir lo que no era. No me interesa que la gente me recuerde por una vida que no es la mía. No me dio por meterme en ese rollo. Está loca esta Natasha, está rallada”, rememora sin rencor. “Ahorita estoy aquí, pensando proyectos”, afirma misteriosa. Se encomienda a Dios todos los días. Lo primero que hace es tomar un vaso de sábila con piña y agua. Se relaja cocinando sancocho o arroz con coco y camarones. Está estudiando danza jazz, tiene muchos amigos y una vitalidad que sorprende.

Acaba de hacer un papel en la película de terror Penumbras, una producción hispano argentina que se estrena el año que viene. “Hice un personaje muy lindo, de una chica colombiana que viene a buscar trabajo a la Argentina. La película es muy buena y tiene excelentes efectos especiales. Me encantó participar, me reencontré con la actuación”, confiesa. En sus años bogotanos, actuó en una versión de La comedia de los errores, de Shakespeare, como uno de los gemelos de Siracusa. Y participar en la película le dio ganas de seguir haciendo ficción. Según se rumora en los pasillos de los estudios de TV, ya la tentaron para sacar un disco con temas de cumbia y pop.

Sinisterra está agradecida por lo bien que ha sido tratada y por las posibilidades que los argentinos le abrieron. Pero sabe que no todo es color de rosa. “Viví racismo en la Argentina. Hay más gente buena que mala, pero los malos se hacen notar. Muchas veces, por la calle me gritan cosas terribles, como también me gritan cosas lindas. El otro día salí con unos amigos a un centro comercial y un chico que creo que no estaba bien me empezó a gritar “negra de m... vete a tu África”, dice con un dejo de tristeza. Aunque también sufrió agresiones simplemente por ser mujer bonita: “Un día me pasó en el subte que un señor me tocó. Dijo que era para ver si la secretaria de Gerardo Sofovich tenía la cola de verdad. Empecé a gritar. Era un tipo de dos metros. Nadie me defendió. Me dijo que quería ver si lo tenía inyectado o no”, se indigna. Pero a María Nela las agresiones no la amilanan en lo más mínimo.

La princesa que lucha por ser reina de las pampas se proclama “Cien por ciento colombiana” y “orgullosamente afrodescendiente”. Sabe que les está abriendo el paso a otras mujeres negras. Su espíritu es fuerte y no retrocede ante las adversidades: lo aprendió de chica, a orillas del Pacífico, viviendo en una casa de madera con su familión de 5 hermanos y 8 hermanastros, nacidos de padres y abuelos mineros. “Buenaventura es muy rumbera. La gente la pasa bien. Nuestra música es el currulao. La danza es muy linda, se baila pegadito. Las mujeres usan unas faldas largas y anchas. Es un baile de los descendientes de africanos”, evoca, con una enorme sonrisa contagiosa. No olvida sus orígenes y está dispuesta a hacer los esfuerzos necesarios para alcanzar sus objetivos. Se quiere imponer por su belleza pero, además, tiene inquietudes artísticas y periodísticas. Ambiciones, atributos físicos e ideas no le faltan. Ya dio un paso importante: es conocida y deseada. El camino de María Nela para encontrar su lugar en los medios, logrando sortear los lugares comunes y la reiteración de lo obvio, recién comienza.

Por Redacción Cromos

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