Michelle Obama enorgullece a su madre
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama no tiene ningún problema de vivir con su suegra. Marian Robinson, de 71 años, vive en la Casa blanca junto a su hija, su yerno y sus dos nietas, pues según afirma la señora Robinson "tomé esta decisión para que el cambio no fuera tan difícil para las niñas".
La oficina de la primera dama de Estados Unidos Michelle Obama se convirtió en el sitio adecuado para que madre e hija concedieron la primera entrevista juntas a la editora de la revista newyorquina Essence. Sobrias, elegantes y muy sonrientes, las señoras de la Casa blanca hablaron del rol de cada una, del apoyo que se brindan mutuamente y de la influencia que cada ejerce la una sobre la otra.
Sigue a Cromos en WhatsAppEl primer turno de esta tertulia sirvió para que Michelle Obama expresara lo que significa ser la primera dama de la nación, "es un honor y un privilegio. Cuando entras a la Casa blanca automáticamente sientes un nivel de obligación. Es una gran responsabilidad y yo sólo quiero estar segura que cada uno de mis pasos se conviertan en buenos mensajes y que la gente me vean como el apoyo del presidente". Tras estas palabras, la señora Robinson aprovecha para resaltar que nunca dudó de las capacidades de su hija para convertirse en la primera dama del país. "Ella está haciendo todo con dignidad. Estoy muy orgullosa".
La compañía de su madre en la nueva labor que está realizando Michelle Obama ha resultado de vital importancia para lograr un balance en su vida, pues según comenta, "tengo muchos recursos para equilibrar mi labor, vivo madre en casa, la Casa blanca tiene un grupo de personas que hacen mi vida más fácil".
Es entonces cuando llega el recuerdo del señor Fraser Robinson III, el padre de la señora Obama. Entre risas, su esposa comenta que si él estuviera vivo " no sería capaz de callarlo. Todo el tiempo estaría hablando de su hija. Se pasaba la vida fanfarroneando de ellas. Siempre las animaba a ser grandes personas".
Precisamente esa actitud que tenían su padre y su madre con ella la convirtieron en una mujer que no temía equivocarse. "Cualquiera que fuera el resultado de nuestras acciones, mi hermana Craig y yo siempre sabíamos que teníamos dos personas dispuestas a ayudarnos".