Origen de la foto con una líder paramilitar que enredó a Oscar Iván Zuluaga

La historia de cómo surgió una investigación por parapolítica contra el candidato presidencial a raíz de una publicación de CROMOS.

Por Redacción Cromos

30 de octubre de 2013

Origen de la foto con una líder paramilitar que enredó a Oscar Iván Zuluaga
Origen de la foto con una líder paramilitar que enredó a Oscar Iván Zuluaga

Origen de la foto con una líder paramilitar que enredó a Oscar Iván Zuluaga

En abril de 2007, CROMOS entrevistó en exclusiva a la expresidenta del Concejo de Dorada Caldas, Maribel Galvis, la única mujer que se desmovilizó con las AUC, y quien contó cómo hizo campaña política de la mano con el ejército paramilitar de Ramón Isaza. En esa edición publicamos las fotos del entonces ministro de Hacienda, Oscar Iván Zuluaga, haciendo política con esta dirigente local. Las fotos y las revelaciones de CROMOS motivaron que las autoridades iniciaran una investigación contra Zuluaga, que fue precluida.

 

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Una sencilla casa campesina, camuflada en las montañas de Antioquia, le sirve de refugio a la única mujer que ha sido señalada como dirigente de los grupos paramilitares y emplazada, a través de edictos en la televisión nacional y en diarios de todo el país, para que responda por el delito de extorsión. CROMOS la localizó en un laberinto montañoso al que solo se llega a pie, en medio de un caluroso enclave bajo control de las llamadas Autodefensas del Magdalena Medio. Entre pollos, perros, cerdos, mulas y muchos mosquitos, Maribel Galvis Salazar, quien hasta hace algo más de un año era la presidenta del Concejo Municipal de La Dorada (Caldas), revisa papeles, lanza acusaciones y reclama “justicia” en su caso.

No se quiere entregar y en su huida carga varios sobres de manila donde guarda recortes de periódicos, cartas y oficios que les ha dirigido a fiscales y jueces, intentando revocar una orden de captura que profirieron en su contra el año pasado. La acusan de extorsionar en diez millones de pesos a la multinacional Coca-Cola, a nombre de los paramilitares de esta región.

Ella se declara inocente y asegura que todo se debe a una persecución política. Enfundada en una sudadera, sin maquillaje y con el pelo recogido, esta mujer de 30 años decidió dar la cara y explicar por qué el 2 de febrero del año pasado se desmovilizó como integrante de los grupos ilegales liderados  por el aquí legendario Ramón Isaza. Lo hizo junto a dos de los hijos y dos yernos del comandante y casi mil combatientes más, justo dos días después de conocer la orden de detención en su contra.

Confiesa que su único delito es simpatizar con las autodefensas, como lo hace y lo ha hecho durante las últimas dos décadas la mayoría de los habitantes del Magdalena Medio. Vocifera: «Si eso me hace una bandida, este país está jodido». Por la intensidad de su discurso, de entrada queda claro por qué sus colegas del Concejo y los periodistas locales dicen que sin ella, los debates del cabildo se volvieron aburridos.

Hasta sus contradictores políticos, los liberales barquistas (de la corriente del senador Víctor Renán Barco) le reconocen su verbo aguerrido, aunque dicen no entender por qué decidió desmovilizarse con los paramilitares.

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El edicto con el que la justicia busca a Maribel Galvis.

 

Ella explica que era colaboradora de Ovidio, hijo de Ramón Isaza y con el alias de ‘Roque’, a quien conoció en Norcasia, durante sus públicas correrías políticas. «Era un señor respetable, honorable, todo el mundo lo quería. Me dijo que si le colaboraba con unos asuntos sociales en la región y yo cómo no iba a colaborar, si en todos los caminos y trochas donde yo hacía campaña política me lo iba a encontrar».

–¿No pensó que estaba trabajando para personas al margen de la ley?

–«No, porque se hablaba con mucha normalidad del tema, era una costumbre. Todo el mundo se aconductó y durante 22 años todos convivimos con ellos. No le vi nada grave porque siempre los he visto como personas normales. Yo siempre he visto la parte positiva de los seres humanos».

–Pero ellos han asesinado, masacrado y causado desplazamientos…

–“Yo nunca conocí las masacres ni los asesinatos ni conocí nada directamente mandado por ellos. Nunca los escuché delante de mí dando una orden de esa magnitud”.

–¿No cree que hayan cometido esos delitos?

–«No puedo decir que no… la prensa habla, la prensa dice, la televisión cuenta, pero que yo personalmente haya escuchado o conocido algo relacionado con eso, no. Siempre vi la parte positiva y considero que mucha gente la vio desde ese punto de vista, porque a la gente le gusta cuando hacen una inversión social en la región».

Sentada en una intrincada trocha que lleva al visitante a la única casa en varios kilómetros a la redonda, cuenta que nació en Cocorná (Antioquia), que a su padre lo mató la guerrilla cuando ella tenía 7 años y que cuando cursaba bachillerato se dedicó a organizar a la gente gracias a que tomó cursos de liderazgo comunitario.

Hasta este apartado sitio llegan sus colaboradores más leales a ponerla al tanto de los asuntos de la política local y de su proceso judicial. Apenas un par de personas sabe ubicarla. No confía en nadie más y se mantiene a un par de horas de La Dorada para ver a sus hijos uno o dos días a la semana.

Por eso no se fue a Urrá, en donde se concentraron los desmovilizados del bloque John Isaza que tenían cuentas pendientes con la justicia. Una vez se acabó la zona de ubicación en el corregimiento Las Mercedes, de Puerto Triunfo, volvió a su tierra. En el feudo de Ramón Isaza, Maribel se concentró con casi mil hombres desde el acto de entrega de armas en febrero, hasta diciembre de 2006. En ese lapso organizó a las esposas de los ex combatientes para hacer bolsos y tapetes en fique  con la ayuda de ‘don Ramón’. También hicieron collares, aretes y manillas.

Dos veces ha huido de las autoridades a la espera de poder aclarar su situación sin ir a la cárcel. La primera fue el 30 de enero del año pasado, cuando al regresar a su casa luego de estar dos días en Buenavista, la vereda más alejada del casco urbano de La Dorada, le avisaron que la estaban buscando para capturarla. Ella estaba acostumbrada a pasar los fines de semana en la zona rural llevando «obras sociales» a la comunidad. Así lo hace desde 1995 cuando se decidió por la política. Justo en esa misma vereda, en 1997 conoció a Ramón Isaza.

«Estaba haciendo la fiesta del campesino y él estaba asando la novilla para la comunidad. Todo el mundo hablaba de un personaje muy distinguido en el Magdalena Medio pero yo nunca me imaginé que me lo iba a encontrar asando carne. Era un líder comunitario y todos se dirigían al señor como una persona muy respetable. He simpatizado con la organización desde ese entonces… ¿Quién no lo ha hecho aquí en la zona? Al Presidente (Uribe) le va a tocar construir no sé cuántas cárceles para meter a toda la gente de la región».

Los doradenses de estas zonas apartadas o deprimidas donde la conocieron llevando mercados y haciendo la fiesta de la madre, del niño, del campesino, le tienen verdadero aprecio y aseguran que la esperan para votar por ella, como lo tenían previsto antes de su huida, para conseguir ahora un escaño en la Asamblea Departamental.

Profesores, presidentes de juntas de acción comunal y líderes barriales enumeran las obras sociales que ella adelantaba: inscribía familias al Sisbén, gestionaba vivienda para los pobres, recogía a los indigentes para bañarlos, darles ropa y hacerles consulta médica y odontológica, consiguió libros para hacer una biblioteca en la cárcel...

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Famosa por su capacidad oratoria y dice que no sabe por qué la buscan si su certificado judicial (abajo) está vigente y libre de antecedentes.

 

Así logró arrebatarle a varios líderes comunales, y de paso, muchos votos, al barquismo. La mayoría de habitantes no se atreve a reconocer que los paramilitares tienen una fuerte presencia en la zonas. Quienes sí hablan del tema prefieren hacerlo discretamente y aceptan que Ramón Isaza y sus hijos se paseaban por estas poblaciones como Pedro por su casa después de desalojar a la guerrilla y de eliminar y espantar a ladrones, violadores y ‘jíbaros’. Repiten: «Ellos nos trajeron la paz».

Maribel explica que su compromiso con ‘Roque’ era ayudar a las familias de los combatientes paramilitares. «Yo visitaba una comunidad a dos o tres horas de camino y ellos (los paras) me colaboraban. El día de Halloween me daban dos cerdos y yo era feliz porque sabía que había niños descalzos y con hambre que venían a comer y si a eso le sumaban 150 mercados, pues yo me regalaba para ir a repartirlos… No creo que servirle a la comunidad sea ilícito».

Maribel fue una ficha clave del engranaje con el que los paras lograron moldear una base social que les permitió ejercer la hegemonía desde su nacimiento, combinando los actos de terror con un proyecto político.

-«El Estado sabe que ellos han hecho vías de acceso, pavimentaron carreteras, construyeron colegios. Para nadie es un secreto que en San Miguel hay vivienda de interés social construida por ellos».

–¿Cómo lo hacían?

–«A través de las ferias y fiestas. Convocaban a las comunidades y ellos tomando trago y ‘pachanguiando’ ponían la plata. A esas francachelas iba mucha gente invitada por el señor. Todos dejaban su aporte. Allá iban, compartían con ellos… Ahora tiran la piedra y esconden la mano. Ahora todos son santos y el pecador es uno».

 

Está indignada porque el jefe de bodega de Coca-Cola en La Dorada, Javier Valdés, la acusa de intento de extorsión, cuando, según ella, él le colaboraba a las autodefensas financiando los eventos que hacían en el Magdalena Medio. Como prueba, muestra las cartas que como presidenta del Concejo les enviaba a varias empresas pidiendo donaciones para las fiestas populares.

Por esta denuncia fue que el Fiscal 2º de La Dorada solicitó a un juez de garantías la expedición de la orden de captura en enero de 2006. El proceso fue trasladado después a Manizales y hoy no se sabe cuál fiscal es competente para seguir con esta indagación preliminar. Pilar Zárate, abogada defensora, dice que la orden de captura quedó sin piso legal porque no fue prorrogada a los seis meses de su expedición como lo ordena la ley.

Maribel se ha negado a asistir a las versiones libres para confesar sus posibles delitos. Hoy los fiscales de Justicia y Paz no saben cómo obligarla a comparecer ni cómo hacer para que pierda los beneficios que le otorga la ley por haberse desmovilizado.

Ella dice que no se arrepiente de lo que ha hecho. «A mí me da tristeza ver a los congresistas con sus utensilios de aseo en una bolsita para ir a la cárcel. Cuando uno tiene vínculos, tiene que ser directo. Yo fui honesta con el país. Así me hagan ver como la ex concejal paraca, tuve la capacidad de enfrentar a un proceso de paz, así yo nunca haya portado un radio, un arma o un uniforme… si Navarro Wolf es presidenciable, por qué yo no puedo aspirar políticamente más adelante».

Y tiene aspiraciones. A pesar de llevar apenas dos períodos como concejal, su carisma la había perfilado como una de las puntas de lanza del Movimiento del Pueblo, el único grupo que logró acabar con la hegemonía del senador Víctor Renán Barco y le rapó la Alcaldía y la mayoría en el Concejo hace seis años.

Aun así asegura que los paramilitares nunca le financiaron sus campañas y por lo tanto no tenían injerencia política en La Dorada, ni pedían porcentaje en la contratación del municipio. Maribel insiste en que no fue una concejal de las autodefensas. «He sido concejal de la comunidad. A mí no me eligieron las autodefensas, me eligió el pueblo». 

 

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En campaña con Óscar Iván Zuluaga

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Maribel Galvis, como dirigente del Movimiento del Pueblo, apoyó varias campañas políticas en La Dorada, entre ellas la del actual ministro de Hacienda Óscar Iván Zuluaga y la de la senadora Adriana Gutiérrez. Sin embargo, cuando se le preguntó en qué momento se cruzaron, la ex concejal dijo: «Hacían parte del proyecto político pero yo nunca estuve directamente con ellos, porque se reunían con la cúpula del movimiento».

–¿Tuvo contacto directo con ellos?

–«No, en ningún momento. Yo era una líder de bajo perfil, excepto una vez que compartimos tarima. Ellos no sabían que yo colaboraba...».

–¿No sabían quién era usted?

–«No, para nada. Todo se manejaba a través del líder César Alzate».

Sin embargo, CROMOS obtuvo una serie de fotografías en las que se ve al actual Ministro de Hacienda y a la congresista saludando y celebrando con la ex concejal. Políticos de La Dorada cuentan que Óscar Iván Zuluaga fue una especie de asesor del Movimiento del Pueblo, a raíz de los buenos resultados que obtuvo en Pensilvania (Caldas), donde retomó las banderas de Luis Alfonso Hoyos y juntos lograron derrotar al barquismo, en dos elecciones municipales seguidas.

«César Alzate se contactó con ellos. La idea era que nosotros pudiéramos hacer lo mismo: derrotar al senador Barco. El hoy Ministro nos ayudó, por eso aquí se le hizo campaña cuando aspiró al Senado», dijo Wilson Rivera, actual jefe de prensa de la Alcaldía de La Dorada.

Rocío Romero, líder del barrio Las Ferias, uno de los fortines electorales de Maribel Galvis y conocido popularmente como el sector que «elige alcalde», dijo que la ex concejal les había pedido hacer campaña por Zuluaga y Gutiérrez.

«A nosotros nos ha ido muy bien con el Partido de la U porque Óscar Iván nos ayudó para que la guardería bajara al estrato uno y Luis Alfonso Hoyos mandó ayuda para bienestar social».

Un estudio de la Corporación Arco Iris, dirigida por el columnita León Valencia, concluyó que, en el 2002, Zuluaga obtuvo «significativas votaciones en zonas de Caldas que sufrieron una importante expansión del paramilitarismo».

CROMOS intentó comunicarse con el Ministro, pero no obtuvo respuesta de su parte.

 

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«No le vi nada sospechoso»

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La senadora Adriana Gutiérrez (Izq.) dice que conoció a Maribel Galvis (Der.) como una líder connotada del barrio Las Ferias y admitió que llegó al Concejo con el aval del Nuevo Partido, hoy Partido de la U.

«Tuve una relación normal como la que se tiene con cualquier concejal en las regiones. Nunca le vi nada sospechoso ni raro. No conocí de acusaciones en su contra y, además, la comunidad la quería mucho».

La senadora se declaró sorprendida con la noticia de que Galvis se había desmovilizado con un grupo paramilitar y dijo que César Arturo Alzate, ex alcalde de La Dorada y cabeza visible del Movimiento del Pueblo, fue quien se la presentó.

«César Alzate es un hombre limpio, yo misma lo investigué, conozco su familia, conozco su casa y sé que vive en alquiler. No lo pueden señalar porque tiene un familiar acusado de narcotráfico» (su primo Jairo Correa Alzate).

Gutiérrez llamó la atención para que no siga adelante «esta cacería de brujas», porque «para un dirigente político resulta imposible conocer la vida íntima de todos líderes comunales del país».

 

 

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