Scott Munguía, el mexicano que transformó la semilla del aguacate en pitillos biodegradables

Su creación la consumen más en Estados Unidos y Europa, que en México. Todo se debe al éxito del producto que se degrada en 240 días, mientras que a los de plástico les toma 100 años. ¿Cómo lo hizo?

Por Redacción Cromos

14 de febrero de 2019

Scott Munguía, creador de los pitillos biodegradables. / Foto: tomada de Fanpage Biofase.

Scott Munguía, creador de los pitillos biodegradables. / Foto: tomada de Fanpage Biofase.

Desde hace unos años se está generando una conciencia ambiental más fuerte y no es para menos. El cambio climático que se experimenta a diario, más todas las noticias alrededor del daño que los humanos le estamos haciendo a la madre tierra, ha llevado a que colectivamente se hagan prácticas pequeñas como reducir el consumo del pitillo, las bolsas plásticas, la electricidad, entre otras. Sin embargo, el uso del pitillo no es un paso tan fácil de dar para algunos y es por lo que emprendimientos como el del Munguía, ayudan y motivan para seguir avanzando en pro del medio ambiente.

En el 2012, Scott Munguía, que estudiaba ingeniería química en el Tecnológico de Monterrey, descubrió que las semillas de aguacate tenían un elemento que podía transformarse en plástico biodegradable o bioplástico. Tras año y medio de investigación en el laboratorio, encontró la receta con la que se extrae una molécula de la semilla, se sintetiza para convertirse en biopolímero, se moldea y finalmente se obtiene plástico biodegradable. (Te puede interesar: La pepa de aguacate tiene más de 700 usos).

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“Yo crecí escuchando los problemas de contaminación y por eso sabía que mi negocio tenía que enfocarse en problemáticas importantes y una de esas es el plástico, por eso estuve buscando una cierta molécula parecida a lo que ya se utiliza ahorita para hacer plástico biodegradable, pero con otras fuentes - contó Scott Munguía para el diario mexicano El Financiero - trataba de ir buscando en cosas que fueran desechos, algo que pudiera ser útil y me encontré con el aguacate”.

Aunque no ha sido fácil porque la gente está poco dispuesta a pagar más por un elemento que protege al medio ambiente, manufactura entre 300 y 400 toneladas de cubiertos y pitillos al año. Estados Unidos, España, Reino Unido, Canadá y algunos países de Centro América, son los principales países a los que exportan, lo que indica el éxito de su servicio y producto. Y, aunque hay otros pitillos a base de maíz en el mercado y el bioplástico no es la mejor solución - porque apesar de que dura menos en el ambiente, sigue siendo una fuente importante de contaminación - Munguía agrega: “un bioplástico tiene que ser sustentable… ¿Cómo uno hace bioplástico de alimento? Tanta gente muriéndose de hambre, hay tanto problema con los costos del maíz que es absurdo e incongruente, y sí es biodegradable, pero no hay que quitarle el alimento a la gente, es como si hiciéramos nuestra ropa de tortillas o de arroz, menos si estás tratando de resolver una problemática ambiental”. (Te recomendamos leer: Pitillos amigables con el ambiente made in Colombia).

Munguía también cree que en cinco años más del 40% de los plásticos que usemos serán biodegradables. Así que la reflexión queda para los consumidores, teniendo en cuenta que se estima que para el año 2050 habrá más plásticos que peces en los océanos, ¿se debe seguir usando el plástico de la manera desenfrenada en la que se hace?

Por Redacción Cromos

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