Viviane Morales, más allá de los estigmas

La senadora cristiana ha enfrentado varios retos durante su carrera, entre ellos el matoneo diario en redes sociales.

Por Carlos Torres

13 de octubre de 2017

Viviane Morales, más allá de los estigmas
Viviane Morales, más allá de los estigmas

Fotos: David Schwarz.

 

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Después de liderar el polémico referendo contra la adopción gay, ahora quiere lanzarse a la presidencia. Una mujer de amores y odios que no teme a las críticas.

 

Viernes

 

Son gotas para dormir. Horas antes de la entrevista, de un gotero cae una llovizna debajo de su lengua. Es la una de la madrugada y ella espera el efecto en su habitación. A las dos ensaya con unas pastas para relajar los músculos, a ver si así sí. Faltan tres horas para que suene el despertador. A las cinco finalmente se incorpora. Una cosa es soportar el insomnio en la cama y otra por fuera de ella. Viviane no es de desvelarse.  Su sueño es del bueno, aunque últimamente, en concreto esta semana, ha abierto los ojos en la madrugada y ahí se ha quedado suspendida, como detenida en el aire, sin mucho qué hacer.  Por eso hoy tiene a la mano las gotas y las pastillas. El frasco va por la mitad, las tabletas están casi completas. 

 

Más tarde, en la entrevista, le preguntaré por qué últimamente no ha podido dormir, a lo que ella responderá que no lo sabe, si su sueño es del bueno.

 


Lunes antes del viernes

 

Diálogo con uno de los diseñadores de Cromos.

 

— ¿Qué te parece Viviane Morales para personaje de portada? Su respuesta es una mirada entre no sé quién es y qué te pasa. 

 

— ¿Qué tiene de malo una portada con Viviane? 

 

— Hay más personajes para destacar.

 

— Viviane es una mujer que fue fiscal general de la nación, que tiene su electorado, que es cristiana del partido Liberal. 

 

— Yo buscaría otros personajes. 

 

— Piénsalo esta noche y mañana me dices si te la imaginas en portada.

 

Pregunta para mí: ¿yo estaré equivocado por fijarme en un personaje de amores y odios? 

 

Diálogo con la editora, al rato. 

 

— ¿Cómo ves a Viviane Morales para personaje de portada?

 

Sus ojos son neutrales. 

 

— Viviane es una mujer que fue fiscal general de la nación, que tiene su electorado, que es del partido Liberal y es cristiana… Necesitamos una cara conocida después de la edición de Cromos dirigida por Goyo. No podemos salir con personaje de nicho, que conozcan pocos.

 

— ¿Viviane Morales?

 

— Viviane Morales, de amores y odios.

 

— No sé si quiera publicar en el medio en el que trabajo a una política con la que no me identifico. 

 

— Así como estuvo Claudia López en portada, debemos darles espacio a otras mujeres.

 

— (…)

 

— Piénsalo esta noche y mañana me dices si te la imaginas de portada.

 

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“A mis hijos no les gusta la política, salvo a mi hija mayor, que vive más enterada. pero en general no les gusta hablar. Para ellos ha sido un dolor mi carrera, porque han visto ataques crueles e infames”.

 


Martes

                                      
Ya con la idea masticada, la editora dice sí. Ahora toca proponer a Viviane Morales al director de la revista. 

 

Al diseñador hoy le suena la idea, pero si fuera por él, la publicaría con una condición: que Viviane salga en portada con su hija, cosa que seguro será muy difícil.  

 

La editora y yo vamos a la oficina del director. Entramos intuyendo que no le va a gustar. Tampoco hay un plan B. Yo le venderé la idea como lo he venido haciendo, ahora con el apoyo de la editora. No es necesario hacerlo porque el director aprueba casi al instante, moviendo las cejas hacia arriba, como él afirma.  

 

Contacto a Viviane Morales. Su jefe de prensa quiere saber qué tipo de preguntas le voy a hacer, cuál es el enfoque, quién es el periodista y para cuándo serían las fotos de portada. Las fotos son para el viernes y la entrevista, mi entrevista, para el lunes, le respondo por WhatsApp.

 


Ahora sí, viernes

 

Afuera están sus guardaespaldas. A las diez en punto la senadora Viviane está sentada frente al espejo del estudio de fotografía. Detrás se encuentra el estilista Enrique Trujillo, a cargo del maquillaje y el peinado. Lo primero que me cuenta la senadora Morales son sus recientes problemas de insomnio. 

 

—Ayer me acosté temprano, pero no dormí nada.  Hoy me fui a poner un suero que tiene relajante, para ayudarme a dormir.

 

Ya me he presentado, ya le he presentado a Enrique y a los fotógrafos encargados de la portada. Son muchos nombres para aprenderse en poco tiempo. No creo que se haya aprendido siquiera el mío. 

 


Aprovecho para hablarle mientras la acicalan. Y dice:

 

—Sueño con el día en que pueda dejar de tener un celular conmigo. Hoy es imposible, uno no se alcanza a imaginar la crueldad de la gente en las redes. Hay mensajes que causan heridas. Hay épocas en las que estoy dando ciertas batallas y los insultos son durísimos, por eso he tomado la decisión de no leerlos. Yo escribo mi trino y no leo los comentarios. 

 

Viviane viene dando dos batallas. La primera, en resumen: presentar un proyecto de referendo para que, con el voto popular, se defina si las niñas y los niños colombianos pueden ser dados en adopción a parejas del mismo sexo. La segunda: su aspiración a la presidencia de la República, que de momento está en veremos porque sus convicciones cristianas se convirtieron en una piedra en el zapato para su propio partido, el Liberal. 

 

Sobre todo en la primera batalla, que dividió opiniones, la abogada sufrió matoneo virtual.

 

— Hoy un político no se puede dar el lujo de ausentarse de las redes. Es un gran instrumento porque los medios de comunicación, tal vez por intereses políticos, son muy selectivos con lo que quieren mostrar. Las redes son un instrumento maravilloso para manifestar lo que no te quieren publicar. 

 

Sus días comienzan con una taza de café y la Biblia. La lee todas las mañanas antes del desayuno con su esposo, Carlos Alonso Lucio. Al fondo de su sala no hay un radio o un televisor encendido que tenga un noticiero. Entre las 5:00 y las 7:30 de la mañana es sagrado el tiempo con los suyos, sin información que contamine el ritual familiar. 

 

Esta es una charla, no es una entrevista. El estilista le aplica cremas, delineador, polvos a la  senadora.

 

—¿Se ha sentido discriminada?

 

—Me he sentido discriminada como cristiana y como mujer. Cuando entré a la Fiscalía se dedicaron a atacarme por la situación de mi marido. Yo estaba divorciada de Carlos Alonso y luego me reconcilié.

 

La senadora Morales se llama Viviane por la actriz de la película Lo que el viento se llevó.  La gente normalmente le dice Vivian o pronuncia su nombre con un leve acento al final (Vivián), como yo. A su papá se le ocurrió el nombre. 

 

— Mi papá es el ser qué más ha influido en mi vida. Es un hombre echado para adelante, de origen humilde, tuvo que sacar su bachillerato en las noches. Estudió Contaduría pública y Derecho, también nocturno, porque en el día debía trabajar. Adora la política, mejor dicho, la adoraba, porque ya se desconectó. Moría por las ideas de Gaitán, era de esos militantes antiguos, de los que ponían de su sueldo para mantener la casa del Partido Liberal en el barrio.

 

Los padres de la época transmitían su sangre política a sus hijos. Los marcaban liberales o conservadores. La mamá de Viviane también fue una mujer de su época: dedicada a su casa, cristiana y pintora.

 

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“Yo seré candidata presidencial; estamos mirando los caminos. Hay una cantidad de normas para una candidatura por fuera del Partido Liberal, que estamos estudiando. No hacerlo sería cercenarme de una manera ilegítima mis derechos políticos y los de mi electorado”.

 

 

—Mi mamá es una mujer muy espiritual. Tengo una sola hermana, de ella y de mi papá, a la que le llevo ocho años de diferencia. Mi mamá me decía “quédese cuidando a su hermana” y yo me dedicaba a cambiarle el pañal, a darle el tetero, a ponerle cuidado.

 

La hija de Aleyda Hoyos e Israel Morales, que se graduó en Derecho en la Universidad del Rosario, hoy senadora, fue representante a la Cámara (1994-1998) y fiscal general de la nación (2011-2012).

 

—En la Fiscalía amé a mis funcionarios, amé la labor, el trabajo, la misión del fiscal. Me dolió la manera como me sacaron, porque fue injusta, no era jurídica, usaron la mampara de un fallo del Consejo de Estado para anular mi elección. En la Fiscalía ataqué el carrusel de la contratación de Bogotá y otros casos de corrupción del gobierno anterior, como Agro Ingreso Seguro y las chuzadas.

 

—Su salida fue un duelo.

 

—Hay duelos que se pueden nombrar y otros que son innombrables. La pérdida de mi ojo.

 

— (…)

 

— ¿Tú me estás grabando?

 

— Sí.

 

— La pérdida del ojo fue por un trasplante de córnea que se infectó. Los médicos lo vieron incontrolable, ya iba para el cerebro, entonces me dijeron “se extrae el ojo o se muere en 24 horas”. Fue en el 2001, de hecho; por eso yo me retiré del Senado; eso y otros temas personales. El periodo se vencía en el 2002, yo no quería verme en una cámara, en una foto, sencillamente no quería.

 

—¿Por qué le hicieron trasplante de córnea?

 

— Por un queratocono. Al tiempo me explicaron que de pronto no era tan necesario. Equivocación médica tras equivocación médica. También fui víctima de una bacteria cogida en la clínica.

 

— ¿Cuánto duró ese duelo?

 

— Uno no tiene señalado el tiempo de los duelos. Fue largo, se juntó con el divorcio del papá de mis hijos. Fueron muchos conflictos juntos, pero gracias a Dios todo eso se superó y uno lo mira como una riqueza en la vida. 

 

La charla se interrumpe porque suena un secador de pelo. Al fondo están los fotógrafos esperándola.  La senadora nos dio una hora para maquillarla y tomar las fotos de la portada. Ya van 40 minutos. Se pone las gafas y le gusta lo que ve reflejado en el espejo. Antes de ir a posar le pide el teléfono al estilista Enrique. 

 

Se queda dos horas y media en el estudio.

 

Lunes

El encuentro es en su oficina, en un segundo piso. Otra vez a las diez de la mañana. Ya no hay estudio ni cámaras de fotos, apenas una grabadora de voz. Quiero preguntarle por sus aspiraciones presidenciales y sobre el referendo de la adopción gay. Me gustaría que le diera un mensaje a la comunidad LGBT, porque según la misma senadora, ella no es homófoba. 

 

Su oficina es de colores claros, amplia. Encima del escritorio hay una Biblia. En una biblioteca hay libros de política, filosofía, algunas películas cristianas, carpetas con documentos. Viviane me espera sentada. Vuelve a saludarme de mano. Algo del look del viernes todavía se conserva. De repente nos encontramos hablando de la familia.

 

—La raíz está en la familia, en los valores que se reciben desde la infancia. Ahí tenemos que volver. 

 

—¿Hay una familia o hay tipos de familia?

 

— Por supuesto que en nuestra sociedad ahora hay familias monoparentales. Más del 34% de las familias tiene a una mujer como cabeza de familia; están las familias conformadas por papá y mamá, que están en el 48% de los hogares. La confusión del referendo parte de desinformar sobre el centro de la discusión. La adopción, para  mí, está centrada en el niño, no en el adulto, y cuando miramos al niño, un niño que está vulnerable, como el que va a ser adoptado, el Estado es responsable, porque no me estoy refiriendo a todos los niños, sino solo a los que van a ser dados en adopción en las mejores posibilidades, que garanticen un desarrollo armónico e integral. 

 

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“Yo no soy una improvisada, llevo treinta años en la vida pública. Hay que trascender los clichés con los que me han encasillado. Te ponen palabras como si fueran lápidas”.

 

 

—¿Qué tipo de parejas pueden garantizarle un desarrollo armónico e integral?

 

—Una pareja que esté conformada por hombre y mujer le va a dar algo que no le va a dar una pareja conformada por dos personas del mismo sexo. El rol de papá y mamá. Algunos críticos me dicen que las parejas son muy disfuncionales. Estamos hablando del niño que va a ser adoptado, y que el Estado va a estudiar a fondo las familias, hará un análisis de su capacidad económica, social, afectiva y emocional. Estamos hablando de una situación que no está en manos de personas sino en manos del Estado. Quiero garantizar los roles de papá y mamá a una pareja conformada por hombre y mujer.

 

—¿Usted es homófoba?

 

—Se me quiso calificar de homófoba y yo he respetado siempre los derechos de las personas con orientaciones sexuales diversas. Yo creo que el Estado tiene que darles todos los derechos, tienen el mismo nivel de dignidad de cualquier ciudadano, y precisamente por eso reivindico que la adopción no es un derecho, porque si lo fuera, la persona o pareja que no ha tenido un niño y quiere tenerlo, podría recurrir a la tutela.

 

—¿Qué piensa cuando una mujer o un hombre gais tienen un hijo?

 

—El papá biológico homosexual que tiene un hijo, pues tiene un hijo, es su hijo; en cambio, sobre el tema de las parejas homosexuales que adoptan no se ha podido hacer un análisis estadístico o sociológico. Eso de que les va divinamente, no lo sabemos. 

 

—A menos de un año para las elecciones, se encuentra sin partido para representar en las presidenciales. ¿Es víctima de sus propias ideas?

 

—La dirección del Partido Liberal me hizo una trampa. Después de conocer mis luchas, mi pensamiento y mis propuestas (como promover un referendo para definir el alcance y el concepto de familia y de matrimonio), me tuvo como segundo renglón en la lista al Senado y, a los tres años, cuando digo que quiero ser candidata, me hacen la encerrona. Yo sigo insistiendo en que voy a ser candidata, estoy mirando los caminos, porque ya no será por el partido.

 

En las elecciones al Senado, Viviane Morales obtuvo 53.838 votos. Para alcanzar la presidencia tendrá que multiplicarlos. De acuerdo con el Consejo Evangélico de Colombia, el 20% de la población colombiana es cristiana. Es decir, Viviane Morales tiene más o menos 10 millones de potenciales electores para llegar a la presidencia.

 

La charla finaliza con un apretón de manos. Hemos hablado mucho. Saliendo pienso en Viviane Morales como presidenta. No la veo y también la veo. Si ganó el ‘No’ en el plebiscito por la paz, ¿por qué ella no puede aspirar a un cargo que hoy parece lejano?  La senadora reúne las condiciones para dar la pelea: es dedicada, tiene experiencia y defiende con el pellejo sus ideales. Colombia puede tener a su primera presidenta mujer y cristiana. Si llegara a suceder, que la vida nos libre de que gobierne con la Biblia en la mano, por más de que ella sostenga que en política primero está la Constitución que el Antiguo y el Nuevo Testamento. 

 

Opiniones en la punta de la lengua:

 

Álvaro Uribe
“A este Congreso lo caracterizan los liderazgos importantes. El presidente Uribe merece un gran respeto, es un líder, usted lo ve sentado en cada sesión, juicioso, aplicado a su trabajo. Es el primer caso de un expresidente sentado nuevamente como senador. Eso ya dice mucho”.

 

Claudia López
“Hace poco leí un caso sobre la embajada estadounidense en La Habana, Cuba, sobre ataques acústicos que causaron daño a sus funcionarios. Me pasa algo parecido con la gritería de Claudia López. Tengo dificultades para escuchar a una persona que siempre tiene que usar la diatriba, el insulto, la voz en unos decibeles exagerados. Se llega a la agresión cuando los argumentos no son suficientes”.

 

Iván Cepeda
“No ha sido un senador brillante ni ha hecho un gran trabajo. Reconozco que ha tenido coherencia en sus posiciones de izquierda y yo creo que son bien sabidos  sus ataques vehementes a Uribe. Uno en el Senado tiene que tener una posición más amplia, mirando al país, por encima de las diferencias personales”.

 

Roy Barreras
“Ah, por favor, Roy Barreras. Yo podría decirle que sus intervenciones tienen una elocuencia que busca una intelectualidad y una respetabilidad, pero eso se cae con su actuación política, siempre muy acorde con el Gobierno de turno”.

 

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